Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
96 ¡Canten al Señor una nueva canción!
¡Que toda la tierra cante al Señor!
2 Canten al Señor, alaben su nombre;
cada día anuncien las buenas noticias de que él salva.
3 Anuncien sus gloriosas obras entre las naciones;
cuéntenles a todos las cosas asombrosas que él hace.
4 ¡Grande es el Señor! ¡Es el más digno de alabanza!
A él hay que temer por sobre todos los dioses.
5 Los dioses de las otras naciones no son más que ídolos,
¡pero el Señor hizo los cielos!
6 Honor y majestad lo rodean;
fuerza y belleza llenan su santuario.
7 Oh naciones del mundo, reconozcan al Señor;
reconozcan que el Señor es fuerte y glorioso.
8 ¡Denle al Señor la gloria que merece!
Lleven ofrendas y entren en sus atrios.
9 Adoren al Señor en todo su santo esplendor;
que toda la tierra tiemble delante de él.
10 Digan a todas las naciones: «¡El Señor reina!».
El mundo permanece firme y no puede ser sacudido.
Él juzgará a todos los pueblos con imparcialidad.
11 ¡Que los cielos se alegren, y la tierra se goce!
¡Que el mar y todo lo que contiene exclamen sus alabanzas!
12 ¡Que los campos y sus cultivos estallen de alegría!
Que los árboles del bosque canten de alegría
13 delante del Señor, ¡porque él viene!
Viene a juzgar la tierra.
Juzgará al mundo con justicia
y a las naciones con su verdad.
Acab gobierna sobre Israel
29 Acab, hijo de Omri, comenzó a gobernar Israel en el año treinta y ocho del reinado de Asa, rey de Judá; y reinó en Samaria veintidós años. 30 Sin embargo, Acab, hijo de Omri, hizo lo malo a los ojos del Señor, peor aún que todos los reyes anteriores. 31 Y como si fuera poco haber seguido el ejemplo pecaminoso de Jeroboam, se casó con Jezabel, hija del rey Et-baal, de los sidonios, y comenzó a inclinarse y a rendir culto a Baal. 32 Primero construyó un templo y un altar para Baal en Samaria. 33 Luego levantó un poste dedicado a la diosa Asera. Acab hizo más para provocar el enojo del Señor, Dios de Israel, que cualquier otro de los reyes anteriores de Israel.
34 Fue durante su reinado que Hiel, un hombre de Betel, reconstruyó Jericó. Poner los cimientos le costó la vida a su hijo mayor, Abiram; terminar la obra y colocar las puertas le costó la vida a su hijo menor, Segub.[a] Todo esto sucedió de acuerdo con el mensaje de parte del Señor acerca de Jericó transmitido por Josué, hijo de Nun.
Pablo y los falsos apóstoles
11 Espero que toleren un poco más de mis «tonterías». Por favor, ténganme paciencia; 2 pues los celo, con el celo de Dios mismo. Los prometí como una novia pura[a] a su único esposo: Cristo. 3 Pero temo que, de alguna manera, su pura y completa devoción a Cristo se corrompa, tal como Eva fue engañada por la astucia de la serpiente. 4 Ustedes soportan de buena gana todo lo que cualquiera les dice, aun si les predican a un Jesús diferente del que nosotros predicamos o a un Espíritu diferente del que ustedes recibieron o un evangelio diferente del que creyeron.
5 Pero de ninguna manera me considero inferior a esos «superapóstoles» que enseñan tales cosas. 6 Podré ser un orador inexperto, pero no me falta conocimiento. Eso es algo que les hemos dejado bien claro a ustedes de todas las maneras posibles.
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