Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Salmos 96

Dios es nuestro rey

SALMO 96 (95)

96 ¡Vamos, habitantes de este mundo!
¡Cantemos a Dios un nuevo himno!
¡Cantemos alabanzas a nuestro Dios!
¡Celebremos día tras día sus victorias!
¡Anunciemos su grandeza y maravillas
entre todas las naciones!

¡Grande y digno de alabanza
es nuestro Dios,
y más temible que todos los dioses!
Los dioses de otras naciones
son dioses falsos,
pero Dios hizo los cielos.
Lleno está su santuario
de majestad y esplendor,
de poder y belleza.

Pueblos todos,
¡reconozcan el poder de nuestro Dios
y ríndanle homenaje!
¡Vengan a los patios de su templo
y traigan sus ofrendas!
¡Adórenlo como él se merece!
¡Inclínense ante él
en su santuario majestuoso!
¡Que toda la tierra le rinda homenaje!
10 Que digan las naciones:
«¡Dios es nuestro rey!»

Él estableció el mundo con firmeza,
y el mundo jamás se moverá.
¡Él gobierna las naciones con justicia!

11 ¡Que se alegren los cielos!
¡Que grite la tierra de alegría!
¡Que ruja el mar,
con todo lo que contiene!
12 ¡Que canten alegres los campos,
con todo lo que hay en ellos!
¡Que griten de alegría
todos los árboles del bosque!
13 ¡Que canten en presencia de Dios,
que viene ya para gobernar al mundo!
¡Dios gobernará con verdadera justicia
a todos los pueblos de la tierra!

1 Reyes 12:20-33

20 Cuando todas estas tribus se enteraron de que Jeroboam había vuelto, lo mandaron a llamar ante todo el pueblo, y lo nombraron rey de todo Israel. La tribu de Judá fue la única que no estuvo de acuerdo, pues quería como rey a un descendiente de David.

21 Cuando Roboam llegó a Jerusalén, reunió a ciento ochenta mil soldados que eligió entre todas las familias de Judá y de la tribu de Benjamín, para luchar contra las demás tribus y recuperar el poder sobre todo Israel. 22 Pero Dios habló con Semaías, un hombre que amaba y respetaba a Dios, y le dijo: 23 «Debes darle a Roboam, y a todos los de la tribu de Judá y de Benjamín, y al resto del pueblo este mensaje: 24 “Dios no quiere que haya guerra contra las demás tribus de Israel, pues ellos son sus parientes. Vuelvan a sus casas, pues es una orden de Dios”».

Al escuchar este mensaje, todos regresaron a sus casas como Dios les mandó.

Los dos toros de oro

25 Jeroboam reconstruyó la ciudad de Siquem, que está en las montañas de Efraín, y vivió en ella. Después se fue de allí y reconstruyó Penuel. 26-27 Entonces Jeroboam pensó: «Si el pueblo va a ofrecer sacrificios al templo de Dios que está en Jerusalén, va a encariñarse con Roboam, el rey de Judá, y luego me matarán y lo nombrarán rey. Entonces la familia de David volverá a reinar sobre nuestras diez tribus».

28 Jeroboam le preguntó a sus consejeros qué podría hacer, y después decidió hacer dos toros de oro. Entonces le dijo al pueblo: «Israelitas, ustedes ya han ido bastante a Jerusalén. Aquí tienen a sus dioses que los sacaron de Egipto». 29 Jeroboam puso uno de los toros en la ciudad de Betel y el otro, en la ciudad de Dan. 30 Y el pueblo pecó contra Dios, pues fue a la ciudad de Dan y adoró al toro.

31 Jeroboam también edificó en las colinas pequeños templos, y nombró como sacerdotes a hombres que no pertenecían a la tribu de Leví. 32-33 Además, estableció una fiesta religiosa el día quince del mes de Bul,[a] parecida a la fiesta que se celebraba en Judá en esa misma fecha, y él mismo ofreció en Betel sacrificios a los toros de oro. Luego quemó incienso en el altar, y nombró sacerdotes para los templos que había construido.

2 Corintios 5:11-19

¡Seamos amigos de Dios!

11 Nosotros sabemos que hay que obedecer y adorar a Dios. Por eso tratamos de convencer a los demás para que crean en él. Dios nos conoce muy bien, y espero que también ustedes nos conozcan. 12 No estamos tratando de impresionarlos al hablar bien de nosotros mismos. Lo que queremos es darles una razón para que se sientan orgullosos de nosotros. Así sabrán cómo responder a los que se creen importantes, y que en realidad no lo son.

13 Si acaso estamos locos, lo estamos por querer servir a Dios. Y si no lo estamos, es para el bien de ustedes. 14 El amor de Cristo domina nuestras vidas. Sabemos que él murió por todos y que, por lo tanto, todos hemos muerto. 15 Así que, si Cristo murió por nosotros, ya no debemos vivir más para nosotros mismos, sino para Cristo, que murió y resucitó para darnos vida.

16 A partir de ahora, ya no vamos a valorar a los demás desde el punto de vista humano. Y aunque antes valorábamos a Cristo de esa manera, ya no seguiremos valorándolo así. 17-19 Ahora que estamos unidos a Cristo, somos una nueva creación. Dios ya no tiene en cuenta nuestra antigua manera de vivir, sino que nos ha hecho comenzar una vida nueva. Y todo esto viene de Dios. Antes éramos sus enemigos, pero ahora, por medio de Cristo, hemos llegado a ser sus amigos, y nos ha encargado que anunciemos a todo el mundo esta buena noticia: Por medio de Cristo, Dios perdona los pecados y hace las paces con todos.