Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Oración de David.
1 Oye, oh SEÑOR, justicia; está atento a mi clamor; escucha mi oración hecha sin labios de engaño.
2 De delante de tu rostro salga mi juicio; vean tus ojos la rectitud.
3 Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has refinado, y nada inicuo hallaste; lo que pensé, no pasó mi boca.
4 Para las obras humanas, por la palabra de tus labios yo observé los caminos del violento.
5 Sustenta mis pasos en tus caminos, para que mis pies no resbalen.
6 Yo te he invocado, por cuanto tú me oyes, oh Dios: Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
7 Haz maravillosas tus misericordias, salvador de los que en ti confían, de los que se levantan contra tu diestra.
15 Yo en justicia veré tu rostro; seré saciado cuando despertaré a tu semejanza.
3 ¶ Y envió Jacob mensajeros delante de sí a Esaú su hermano, a la tierra de Seir, campo de Edom.
4 Y les mandó diciendo: Así diréis a mi señor Esaú: Así dice tu esclavo Jacob: Con Labán he morado, y me he detenido hasta ahora;
5 y tengo vacas, y asnos, y ovejas, y esclavos y esclavas; y envío a decirlo a mi señor, por hallar gracia en tus ojos.
6 Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Vinimos a tu hermano Esaú, y él también viene a recibirte, y cuatrocientos hombres con él.
7 Entonces Jacob tuvo gran temor, y se angustió; y partió el pueblo que tenía consigo, y las ovejas y las vacas y los camellos, en dos cuadrillas;
8 y dijo: Si viniere Esaú a una cuadrilla y la hiriere, la otra cuadrilla escapará.
9 ¶ Y dijo Jacob: Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, el SEÑOR, que me dijiste: Vuélvete a tu tierra y a tu natural, y yo te haré bien.
10 No soy digno de todas las misericordias, y de toda la verdad que has mostrado a tu esclavo; que con mi bordón pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos cuadrillas.
11 Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; que por ventura no venga, y me hiera, la madre con los hijos.
12 Y tú has dicho: Yo te haré bien, y pondré tu simiente como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.
13 ¶ Y durmió allí aquella noche, y tomó de lo que le vino a la mano un presente para su hermano Esaú.
14 Doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros,
15 treinta camellas paridas, con sus hijos, cuarenta vacas y diez novillos, veinte asnas y diez borricos.
16 Y lo entregó en mano de sus esclavos, cada manada de por sí; y dijo a sus esclavos: Pasad delante de mí, y poned espacio entre manada y manada.
17 Y mandó al primero, diciendo: Si Esaú mi hermano te encontrare, y te preguntare, diciendo: ¿De quién eres? ¿Y adónde vas? ¿Y para quién es esto que llevas delante de ti?
18 Entonces dirás: Presente es de tu esclavo Jacob, que envía a mi señor Esaú; y he aquí también él viene tras nosotros.
19 Y mandó también al segundo, y al tercero, y a todos los que iban tras aquellas manadas, diciendo: Conforme a esto hablaréis a Esaú, cuando le hallareis.
20 Y diréis también: He aquí tu esclavo Jacob viene tras nosotros. Porque dijo: Reconciliaré su ira con el presente que va delante de mí, y después veré su rostro; por ventura le seré acepto.
21 Y pasó el presente delante de él; y él durmió aquella noche en el campamento.
37 ¶ Entonces oído esto, fueron compungidos de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
38 Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Cristo, para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
39 Porque a vosotros es la promesa, y a vuestros hijos, y a todos los que están lejos; a cualesquiera que el Señor nuestro Dios llamare.
40 Y con otras muchas palabras testificaba y los exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.
41 Así que, los que recibieron su palabra, fueron bautizados; y fueron añadidas a ellos aquel día como tres mil personas.
42 ¶ Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, y en la comunión, y en el partimiento del pan, y en las oraciones.
43 Y toda persona tenía temor; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.
44 Y todos los que creían estaban juntos; y tenían todas las cosas comunes;
45 Y vendían las posesiones, y las haciendas, y las repartían a todos, según la necesidad de cada uno.
46 Y perseverando unánimes cada día en el Templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y con sencillez de corazón,
47 alabando a Dios, y teniendo gracia con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la Iglesia los que habían de ser salvos.
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