Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo[a] de David, acerca de su experiencia en la cueva. Oración.
142 Clamo al Señor;
ruego la misericordia del Señor.
2 Expongo mis quejas delante de él
y le cuento todos mis problemas.
3 Cuando me siento agobiado,
solo tú sabes qué camino debo tomar.
Vaya adonde vaya,
mis enemigos me han tendido trampas.
4 Busco a alguien que venga a ayudarme,
¡pero a nadie se le ocurre hacerlo!
Nadie me ayudará;
a nadie le importa un bledo lo que me pasa.
5 Entonces oro a ti, oh Señor,
y digo: «Tú eres mi lugar de refugio.
En verdad, eres todo lo que quiero en la vida.
6 Oye mi clamor,
porque estoy muy decaído.
Rescátame de mis perseguidores,
porque son demasiado fuertes para mí.
7 Sácame de la prisión
para que pueda agradecerte.
Los justos se amontonarán a mi alrededor,
porque tú eres bueno conmigo».
Destrucción de Edom, restauración de Israel
15 »¡Se acerca el día cuando yo, el Señor,
juzgaré a todas las naciones paganas!
Como le hiciste a Israel,
así se hará contigo.
Todas tus malas acciones
recaerán sobre tu cabeza.
16 Así como te tragaste a mi pueblo
en mi monte santo,
así tú y las naciones vecinas
se tragarán el castigo que derramaré sobre ti.
Sí, todas las naciones beberán, se tambalearán
y desaparecerán de la historia.
17 »Sin embargo, Jerusalén[a] será un refugio para los que escapen;
será un lugar santo.
Y el pueblo de Israel[b] regresará
para reclamar su herencia.
18 El pueblo de Israel será un fuego violento,
y Edom, un campo de hierba seca.
Los descendientes de José serán una llama que rugirá a través del campo,
devorándolo todo.
No quedará nadie con vida en Edom.
¡Yo, el Señor, he hablado!
19 »Entonces mi pueblo que vive en el Neguev
ocupará las montañas de Edom.
Los que viven en las colinas de Judá[c]
poseerán las llanuras de los filisteos
y se apoderarán de los campos de Efraín y de Samaria,
y el pueblo de Benjamín
ocupará la tierra de Galaad.
20 Los desterrados de Israel volverán a su tierra
y ocuparán la costa de Fenicia hasta Sarepta, al norte.
Los cautivos de Jerusalén desterrados en el norte[d]
volverán a casa y repoblarán los pueblos del Neguev.
21 Los que hayan sido rescatados[e] subirán al[f] monte Sion en Jerusalén
para gobernar sobre las montañas de Edom.
¡Y el Señor mismo será rey!».
10 Sus discípulos vinieron y le preguntaron:
—¿Por qué usas parábolas cuando hablas con la gente?
11 —A ustedes se les permite entender los secretos[a] del reino del cielo—les contestó—, pero a otros no. 12 A los que escuchan mis enseñanzas se les dará más comprensión, y tendrán conocimiento en abundancia; pero a los que no escuchan se les quitará aun lo poco que entiendan. 13 Por eso uso estas parábolas:
Pues ellos miran, pero en realidad no ven.
Oyen, pero en realidad no escuchan ni entienden.
14 De esa forma, se cumple la profecía de Isaías que dice:
“Cuando ustedes oigan lo que digo,
no entenderán.
Cuando vean lo que hago,
no comprenderán.
15 Pues el corazón de este pueblo está endurecido,
y sus oídos no pueden oír,
y han cerrado los ojos,
así que sus ojos no pueden ver,
y sus oídos no pueden oír,
y su corazón no puede entender,
y no pueden volver a mí
para que yo los sane”[b] .
16 »Pero benditos son los ojos de ustedes, porque ven; y sus oídos, porque oyen. 17 Les digo la verdad, muchos profetas y muchas personas justas anhelaron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; y anhelaron oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron.
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