Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
93 ¡El Señor es rey! Se ha revestido de majestad, de majestad se ha revestido y se ha armado con poder. Ha establecido al mundo con firmeza; no lo sacudirán.
2 Tu trono desde el principio se estableció, y tú desde siempre has existido. 3 Los poderosos océanos braman, Señor. Los poderosos océanos braman como truenos; los poderosos océanos braman cuando sus olas se rompen en la playa. 4 Pero el Señor, en las alturas, se muestra poderoso; más poderoso que el estruendo de las muchas aguas. 5 Tus reales decretos no cambian. La santidad, Señor, es lo que hace a tu reino diferente.
Elías llevado al cielo
2 Llegó el día en que el Señor se iba a llevar a Elías al cielo en un torbellino. Elías le dijo a Eliseo cuando salieron de Guilgal:
2 ―Quédate aquí, porque el Señor me ha dicho que vaya a Betel.
Pero Eliseo le respondió:
―Juro por el Señor y por tu vida que no te dejaré.
Entonces fueron juntos a Betel. 3 Allí los jóvenes que se preparaban para la labor profética salieron a recibirlos, y le preguntaron a Eliseo:
―¿Sabes que hoy el Señor va a llevarse a tu maestro de tu lado?
―¡Cállense! —dijo Eliseo—. ¡Desde luego que lo sé!
4 Poco después Elías dijo a Eliseo:
―Quédate en Betel, porque el Señor me ha enviado a Jericó.
Pero Eliseo le replicó:
―Juro por el Señor y por tu vida que no te dejaré.
Y se fueron juntos a Jericó. 5 Entonces los jóvenes que se preparaban para profetas en Jericó se acercaron a Eliseo, y le preguntaron:
―¿Sabes que hoy el Señor va a llevarse a tu maestro de tu lado?
―¡Cállense! —les ordenó—. ¡Por supuesto que lo sé!
6-7 Luego Elías le dijo a Eliseo:
―Quédate aquí, porque el Señor me ha enviado al río Jordán.
Pero Eliseo le respondió como antes:
―Juro por el Señor y por tu vida que no te dejaré.
Y partieron juntos y se pararon junto al río Jordán, mientras cincuenta de los jóvenes profetas miraban desde la distancia. 8 Elías dobló su túnica y golpeó con ella las aguas, y el río se abrió ante ellos, y cruzaron por tierra seca.
9 Cuando llegaron a la otra orilla, Elías le dijo a Eliseo:
―¿Qué deseas que te conceda antes de ser llevado arriba?
Y Eliseo le respondió:
―Concédeme el doble del poder profético que tú has tenido.
10 ―Has pedido algo difícil —respondió Elías—. Si me ves cuando sea quitado de tu lado, entonces obtendrás lo que has pedido. Pero si no me ves, no te será concedido.
11 Mientras caminaban juntos y conversaban, repentinamente un carro de fuego, tirado por caballos de fuego, apareció y se puso entre ellos, y Elías fue llevado al cielo en un torbellino.
12 Eliseo, al verlo, gritó: «¡Padre mío, padre mío! ¡Carro de Israel y su guía!».
Eliseo no volvió a ver a Elías.
Luego, rasgó sus vestidos y los partió en dos.
La vida en Cristo
2 Antes de ser cristianos, ustedes estaban muertos para Dios a causa de sus delitos y pecados. 2 Vivían siguiendo la corriente de este mundo, obedecían los dictados del príncipe del imperio del aire, quien ahora mismo está operando en el corazón de los que se rebelan contra el Señor.
3 Nosotros mismos éramos así: obedecíamos los malos deseos de nuestra naturaleza y nos entregábamos a las perversidades de nuestras pasiones y malos pensamientos. Merecíamos ser castigados por la ira de Dios, como todos los demás. 4 Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto 5 que, aunque estábamos muertos a causa de nuestros pecados, nos dio vida con Cristo, pues solo por su gracia somos salvos. 6 Además, nos levantó con Cristo de la tumba y nos hizo sentar con él en los cielos. 7 Esto lo hizo para demostrar a las generaciones venideras la incomparable riqueza de su amor, que en su bondad derramó sobre nosotros por medio de Cristo Jesús.
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