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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Salmos 134

Cántico de los peregrinos.

134 Bendigan al Señor, todos sus siervos, ustedes que sirven por la noche en la casa del Señor. Alcen sus manos en santidad, y bendigan al Señor.

Que el Señor te bendiga desde Sion: el Señor que hizo el cielo y la tierra.

Éxodo 24:1-11

Ratificación del pacto

24 El Señor le dijo a Moisés: «Sube con Aarón, Nadab, Abiú y setenta de los ancianos de Israel. Pero ellos no podrán acercarse, sino que se arrodillarán a cierta distancia. Sólo tú podrás llegar junto a mí. Recuerda que nadie del pueblo podrá subir al monte».

Moisés anunció al pueblo todas las leyes y reglamentos que el Señor le había dado, y el pueblo respondió al unísono: «Obedeceremos todo lo que el Señor ha dicho». Moisés escribió todo lo que el Señor le dijo.

Al día siguiente, Moisés se levantó muy temprano y construyó un altar al pie del monte, con doce columnas alrededor, pues doce eran las tribus de Israel. Entonces envió a algunos de los jóvenes a hacer holocaustos y a sacrificar ofrendas de paz al Señor. Moisés tomó la mitad de la sangre de estos animales y la echó en grandes vasijas. La otra mitad la roció sobre el altar. Después leyó al pueblo el libro que había escrito, el Libro del Pacto, que contenía todas las órdenes y leyes de Dios. Y el pueblo dijo nuevamente:

―Solemnemente prometemos obedecer todas las leyes del Señor.

Moisés tomó la sangre que estaba en las vasijas, roció con ella al pueblo, y dijo:

―Esta sangre confirma y sella el pacto que el Señor ha hecho con ustedes, al darles estas leyes.

Moisés, Aarón, Nadab, Abiú y los setenta ancianos de Israel subieron al monte 10 y vieron al Dios de Israel parado sobre una especie de pavimento hecho con piedras de zafiro, tan puro como el cielo. 11 Y aunque los ancianos pudieron contemplar a Dios, y comer y beber con él, no murieron, pues él no usó su poder para destruirlos.

Juan 21:1-14

Jesús y la pesca milagrosa

21 Después de esto, Jesús se apareció una vez más a sus discípulos junto al lago de Tiberíades. Así fue como sucedió: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás al que llamaban el Gemelo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos discípulos.

Simón Pedro dijo:

―Me voy a pescar.

Ellos le contestaron:

―Nosotros vamos contigo. Salieron de allí y se subieron a la barca, pero esa noche no pescaron nada.

En la madrugada, Jesús estaba en la orilla, pero los discípulos no se dieron cuenta de que era él.

Jesús les preguntó:

―Muchachos, ¿tienen algo de comer?

―No —contestaron ellos.

Jesús les dijo:

―Echen la red a la derecha de la barca, y pescarán algo.

Así lo hicieron, y ya no podían sacar la red del agua por tantos pescados que tenía.

El discípulo a quien Jesús quería mucho le dijo a Pedro:

―¡Es el Señor!

Cuando Simón Pedro le oyó decir: «Es el Señor», se puso la ropa, pues estaba casi desnudo, y se tiro al agua. Los otros discípulos llegaron a la playa en la barca, arrastrando la red llena de pescados, pues estaban como a cien metros de la orilla.

Al bajar a tierra, vieron una fogata con un pescado encima, y pan.

10 Jesús les dijo:

―Tráiganme algunos de los pescados que acaban de sacar.

11 Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red, que estaba llena de pescados grandes. Eran ciento cincuenta y tres pescados, y a pesar de ser tantos la red no se rompió.

12 Jesús les dijo:

―Vengan a desayunar.

Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle quién era, porque sabían que era el Señor.

13 Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio a ellos, e hizo lo mismo con el pescado. 14 Esta era la tercera vez que Jesús se aparecía a sus discípulos después de haber resucitado.

Nueva Biblia Viva (NBV)

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