Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Salmos 104

¡Qué grande eres!

¡Con todo mi corazón alabo al SEÑOR!

SEÑOR mi Dios, qué grande eres;
    te vistes de gloria y honor.
Estás envuelto de luz como con un manto;
    extiendes los cielos sobre la tierra como si fueran un velo.
Tú construiste tu hogar por encima de los cielos[a];
    usas las oscuras nubes como carruaje
    y cruzas el cielo con las alas del viento.
Hiciste de los vientos tus ángeles[b];
    y de las llamas de fuego tus siervos.

Tú pusiste la tierra sobre una base sólida,
    y jamás será removida.
La cubriste con el mar como si fuera un vestido,
    y el agua cubrió todas las montañas.
Pero retaste las aguas y salieron huyendo;
    tu boca emitió trueno y se fueron corriendo.
El agua corrió hacia abajo desde las montañas, llegó a los valles
    y luego al lugar que le habías asignado.
Tú pusiste los límites de los mares
    para que el agua nunca volviera a cubrir la tierra.

10 Tú haces que el agua fluya de los manantiales hasta los ríos;
    que baje desde las montañas.
11 Las corrientes de agua alimentan a los animales del campo;
    todos los animalitos se acercan a ellas para beber.
12 Las aves se acercan a los manantiales
    y cantan en las ramas de los árboles.
13 Dios riega las montañas desde su hogar en lo alto,
    con el fruto de sus obras la tierra se sacia.
14 Hace crecer la hierba para que se alimenten los animales,
    y las plantas que el ser humano cultiva,
    para obtener su alimento de lo que produce la tierra:
15 el vino que alegra el ánimo,
    el aceite que suaviza la piel,[c]
    y el alimento que sustenta al ser humano.
16 Los árboles del SEÑOR están saciados,
    los cedros del Líbano que él plantó.
17 En ellos hacen las aves sus nidos;
    en los pinos vive la cigüeña.
18 Las altas montañas son el hogar de la cabra,
    y en los peñascos se refugia el damán.

19 Tú nos diste la luna para mostrarnos
    cuándo comienzan los días festivos;
    y el sol que sabe cuándo ocultarse.
20 Tú haces la oscuridad y llega la noche,
    entonces salen los animales del bosque.
21 Los leones rugen cuando agarran su presa,
    le piden su comida a Dios.
22 Entonces sale el sol,
    los animales regresan a su habitación a descansar,
23 y la gente sale a trabajar
    hasta el anochecer.

24 SEÑOR, ¡qué numerosas son tus obras,
    todas ellas nos muestran tu sabiduría!
    La tierra está llena de tus criaturas.
25 Allí está el mar, tan inmenso,
    donde viven tantas criaturas.
Hay criaturas grandes y pequeñas;
    son muchas, imposibles de contar.
26 Los barcos viajan por el mar mientras juega allí Leviatán,
    la criatura que tú hiciste.

27 Todos ellos dependen de ti;
    tú les das su alimento en el momento adecuado.
28 Tú les das y ellos recogen;
    abres tus manos y comen hasta quedar satisfechos.
29 Cuando te alejas de ellos, se asustan;
    si les quitas el aliento[d], mueren
    y se vuelven polvo de nuevo.
30 Pero cuando tú envías tu Espíritu, ellos recobran su salud
    y así haces que la faz de la tierra se renueve.

31 Que la gloria del SEÑOR permanezca para siempre;
    que el SEÑOR disfrute de su creación.
32 Basta con que él mire a la tierra para que ella tiemble;
    toca las montañas y ellas echan humo.

33 Mientras yo tenga vida cantaré al SEÑOR;
    cantaré alabanzas a mi Dios.
34 Espero que mis pensamientos alegren al SEÑOR
    porque yo soy feliz con él.
35 Que los pecadores desaparezcan de la tierra;
    que los perversos desaparezcan para siempre.

¡Con todo mi corazón alabo al SEÑOR!
    ¡Aleluya!

Deuteronomio 32:1-14

32 «Cielos, presten atención que voy a hablar;
    que la tierra escuche las palabras de mi boca.
Mi enseñanza caerá como lluvia.
    Mis palabras bajarán como el rocío,
como llovizna sobre pasto nuevo
    y como gotas de lluvia sobre plantas jóvenes.

»Porque proclamaré el nombre del SEÑOR.
    ¡Conozcan la grandeza de nuestro Dios!
Él es la Roca, sus obras son perfectas,
    y todo lo que hace es justo.
Dios es fiel, verdadero, digno de confianza,
    y no actúa con maldad.

ȃl no es corrupto;
    pero sus hijos han actuado corruptamente con él.
    Ellos son una generación perversa y mala.
¿Así le pagas al SEÑOR,
    pueblo vil y tonto?
¿Acaso no es él tu Padre, tu Creador?
    ¿Acaso no fue él quien te hizo y te creó?

»Acuérdate de los viejos tiempos;
    piensa en los años de las generaciones pasadas.
Pregúntale a tu papá,
    y él te dirá.
Pregúntales a tus ancianos,
    y ellos te contarán el pasado.
Cuando Dios Altísimo distribuyó las naciones,
    cuando dividió a la raza humana,
el arregló los límites de las naciones
    iguales al número de los ángeles reunidos con Dios[a].
Pero la porción propia del SEÑOR es su pueblo;
    Jacob es su herencia.
10 Él lo encontró en una tierra desértica,
    en una tierra azotada por el viento.
Él lo rodeó y lo cuidó.
    Lo protegió como a la niña de sus ojos.
11 Como águila que revolotea sobre su nido
    y anima a sus pequeños a volar,
así él abrió sus alas, lo agarró
    y lo cargó en sus plumas.

12 »Sólo el SEÑOR lo guió a través del desierto.
    No había ningún dios extranjero ayudándolo.
13 Hizo que fuera por la región montañosa
    y lo alimentó con las cosechas del campo.
Le dio a chupar miel de las rocas
    y aceite de oliva de las rocas duras.
14 Le dio mantequilla de la manada y leche del rebaño
    junto con lo mejor de los corderos y carneros;
ganado de Basán y cabras,
    junto con el mejor trigo,
y bebió vino fermentado,
    sangre de uva.

Hebreos 10:32-39

32 Recuerden aquellos días cuando acababan de conocer la verdad. Enfrentaron muchos sufrimientos, pero siguieron firmes. 33 En unas ocasiones sufrieron insultos y persecución, y en otras ayudaron a los que estaban sufriendo lo mismo. 34 Se condolieron de los encarcelados y soportaron con alegría cuando a ustedes les quitaron sus propiedades. Siguieron felices porque sabían que poseían algo mucho mejor, algo que dura para siempre. 35 Así que no pierdan la valentía que tenían antes, pues tendrán una gran recompensa. 36 Tengan paciencia y hagan la voluntad de Dios para que reciban lo prometido.

37 «Dentro de poco,
    el que va a venir, vendrá; no tarda.
38 (A)El aprobado por Dios, vivirá por la fe;
    pero no me agradará si por temor se vuelve atrás».[a]

39 Pero nosotros no somos de los cobardes que se vuelven atrás y se pierden, sino de los que se salvan por su fe.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

© 2005, 2015 Bible League International