Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
11 En aquel tiempo se dirá a este pueblo y a Jerusalén: “Un viento caliente viene desde los cerros del desierto en dirección de la hija de mi pueblo, pero no para aventar ni para limpiar. 12 Un viento más fuerte que estos viene de parte mía. Ahora también yo declararé juicios contra ellos”.
22 Porque mi pueblo es insensato; no me conocen. Son hijos ignorantes y carentes de entendimiento. Son expertos para hacer el mal, pero no saben hacer el bien.
23 Miré la tierra, y he aquí que estaba sin orden y vacía. Miré los cielos, y no había en ellos luz. 24 Miré las montañas, y he aquí que temblaban; todas las colinas se estremecían. 25 Miré, y he aquí que no había hombre, y todas las aves del cielo habían huido. 26 Miré, y he aquí que la tierra fértil era un desierto. Todas sus ciudades habían sido devastadas ante la presencia del SEÑOR, ante el ardor de su ira. 27 Porque así ha dicho el SEÑOR: “Todo el país será desolado, aunque no lo consumiré del todo. 28 Por esto se enluta la tierra, y se oscurecen los cielos arriba; porque he hablado, lo he planeado y no cambiaré de parecer ni desistiré de ello”.
El hombre necio y corrupto
14 Al músico principal. Salmo de David.
Dijo el necio en su corazón:
“No hay Dios”.
Se han corrompido;
han hecho cosas abominables. No hay quien haga el bien.
2 El SEÑOR miró desde los cielos sobre los hijos del hombre
para ver si había algún sensato que buscara a Dios.
3 Pero todos se habían desviado;
a una se habían corrompido. No había quien hiciera el bien;
no había ni siquiera uno.
4 ¿Acaso todos los que obran iniquidad no saben que comen a mi pueblo como si fuera pan,
y que al SEÑOR no invocan?
5 Allí temblarán de espanto
porque Dios está con la generación
de los justos.
6 Del consejo del pobre se han mofado pero el SEÑOR es su refugio.
7 ¡Quién hiciera que de Sion viniese
la salvación de Israel!
Cuando el SEÑOR restaure de la cautividad a su pueblo
se gozará Jacob; se alegrará Israel.
Acción de gracias por el ministerio
12 Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel al ponerme en el ministerio 13 a pesar de que antes fui blasfemo, perseguidor e insolente. Sin embargo, recibí misericordia porque, siendo ignorante, lo hice en incredulidad. 14 Pero la gracia de nuestro Señor fue más que abundante con la fe y el amor que hay en Cristo Jesús. 15 Fiel es esta palabra y digna de toda aceptación: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. 16 No obstante, por esta razón recibí misericordia, para que Cristo Jesús mostrase en mí, el primero, toda su clemencia para ejemplo de los que habían de creer en él para vida eterna. 17 Por tanto, al Rey de los siglos, al inmortal, invisible y único Dios[a], sean la honra y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Parábola de la oveja perdida
15 Se acercaban a él todos los publicanos y pecadores para oírle, 2 y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
—Este recibe a los pecadores y come con ellos.
3 Entonces él les refirió esta parábola, diciendo:
4 —¿Qué hombre de ustedes, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la que se ha perdido hasta hallarla? 5 Y al hallarla, la pone gozoso sobre sus hombros 6 y, cuando llega a casa, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: “Gócense conmigo porque he hallado mi oveja que se había perdido”. 7 Les digo que, del mismo modo, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
Parábola de la moneda perdida
8 »¿O qué mujer que tiene diez monedas[a], si pierde una, no enciende una lámpara, barre la casa y busca con empeño hasta hallarla? 9 Cuando la halla, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: “Gócense conmigo porque he hallado la moneda que estaba perdida”. 10 Les digo que, del mismo modo, hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
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