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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
2 Samuel 11:26-12:13

26 Al oír la mujer de Urías que su marido, Urías, había muerto, hizo duelo por su marido. 27 Pasado el luto, David envió a traerla a su palacio. Ella vino a ser su mujer y le dio a luz un hijo.

Pero esto que David había hecho pareció malo a los ojos del SEÑOR.

Natán amonesta a David

12 El SEÑOR envió a Natán a David, y al venir a él le dijo:

—Había dos hombres en una ciudad: el uno rico y el otro pobre. El rico tenía numerosas ovejas y vacas; pero el pobre no tenía más que una sola corderita que él había comprado y criado, que había crecido junto con él y sus hijos. Comía de su pan, bebía de su vaso y dormía en su seno. La tenía como a una hija. Pero un viajero vino al hombre rico, y este no quiso tomar una de sus ovejas o de sus vacas para guisarla para el viajero que le había llegado, sino que tomó la corderita de aquel hombre pobre, y la guisó para el hombre que había venido a él.

Entonces se encendió en gran manera la ira de David contra aquel hombre y dijo a Natán:

—¡Vive el SEÑOR, que el que hizo semejante cosa es digno de muerte! Él debe pagar cuatro veces el valor de la corderita, porque hizo semejante cosa y no tuvo compasión.

Entonces Natán dijo a David:

—Tú eres ese hombre. Así ha dicho el SEÑOR Dios de Israel: “Yo te ungí como rey sobre Israel y te libré de la mano de Saúl. Te di la casa de tu señor y puse las mujeres de tu señor en tu seno. Te di la casa de Israel y de Judá; y por si esto fuera poco, yo te habría añadido muchas otras cosas. ¿Por qué, pues, menospreciaste la palabra del SEÑOR e hiciste lo malo ante sus ojos? Has matado a espada a Urías el heteo; has tomado a su mujer por mujer tuya, y a él lo has matado con la espada de los hijos de Amón. 10 Ahora pues, porque me has menospreciado y has tomado la mujer de Urías el heteo para que sea tu mujer, jamás se apartará la espada de tu casa. 11 Así ha dicho el SEÑOR: He aquí yo levantaré contra ti el mal en tu propia casa. Ante tus propios ojos tomaré tus mujeres y las daré a tu prójimo, el cual se acostará con tus mujeres a la luz del sol. 12 Ciertamente tú lo hiciste en secreto, pero yo haré esto ante todo Israel y en pleno día”.

13 David respondió a Natán:

—He pecado contra el SEÑOR.

Y Natán dijo a David:

—El SEÑOR también ha perdonado tu pecado; no morirás.

Salmos 51:1-12

Oración de arrepentimiento

51 Al músico principal. Salmo de David, cuando el profeta Natán fue a él después de que David tuvo relaciones con Betsabé.

Ten piedad de mí, oh Dios,
conforme a tu misericordia.
Por tu abundante compasión borra mis rebeliones.
Lávame más y más de mi maldad,
y límpiame de mi pecado.
Porque yo reconozco mis rebeliones,
y mi pecado está siempre delante
de mí.
Contra ti, contra ti solo he pecado
y he hecho lo malo ante tus ojos. Seas tú reconocido justo en tu palabra
y tenido por puro en tu juicio.
He aquí, en maldad he nacido,
y en pecado me concibió mi madre.
He aquí, tú quieres la verdad en
lo íntimo,
y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
Quita mi pecado con hisopo,
y seré limpio;
lávame, y seré más blanco
que la nieve.
Hazme oír[a] gozo y alegría,
y se regocijarán estos huesos que has quebrantado.
Esconde tu rostro de mis pecados
y borra todas mis maldades.
10 Crea en mí, oh Dios, un corazón puro y renueva un espíritu firme
dentro de mí.
11 No me eches de tu presencia
ni quites de mí tu Santo Espíritu.
12 Devuélveme el gozo de tu salvación,
y un espíritu generoso me sustente.

Efesios 4:1-16

La unidad, los dones y el crecimiento

Por eso yo, prisionero en el Señor, les exhorto a que anden como es digno del llamamiento con que fueron llamados: con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándose los unos a los otros en amor, procurando con diligencia guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como han sido llamados a una sola esperanza de su llamamiento. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos quien es sobre todos, a través de todos y en todos.

Sin embargo, a cada uno de nosotros nos ha sido conferida la gracia conforme a la medida de la dádiva de Cristo. Por esto dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad y dio dones a los hombres[a]. Pero esto de que subió, ¿qué quiere decir, a menos que hubiera descendido[b] también a las partes más bajas de la tierra? 10 El que descendió es el mismo que también ascendió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. 11 Y él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, y a otros pastores y maestros, 12 a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos alcancemos la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, hasta ser un hombre de plena madurez, hasta la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. 14 Esto, para que ya no seamos niños, sacudidos a la deriva y llevados a dondequiera por todo viento de doctrina por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia las artimañas del error 15 sino que, siguiendo la verdad con amor, crezcamos en todo hacia aquel que es la cabeza: Cristo. 16 De parte de él todo el cuerpo, bien concertado y entrelazado por la cohesión que aportan todos los ligamentos, recibe su crecimiento de acuerdo con la actividad proporcionada a cada uno de los miembros para ir edificándose en amor.

Juan 6:24-35

24 Entonces, cuando la multitud vio que Jesús no estaba allí ni tampoco sus discípulos, ellos entraron en las barcas y fueron a Capernaúm buscando a Jesús. 25 Cuando lo hallaron al otro lado del mar, le preguntaron:

—Rabí, ¿cuándo llegaste acá?

26 Jesús les respondió diciendo:

—De cierto, de cierto les digo que me buscan, no porque han visto las señales sino porque comieron de los panes y se saciaron. 27 Trabajen, no por la comida que perece sino por la comida que permanece para vida eterna que el Hijo del Hombre les dará; porque en este, Dios el Padre ha puesto su sello.

28 Entonces le dijeron:

—¿Qué haremos para realizar las obras de Dios?

29 Respondió Jesús y les dijo:

—Esta es la obra de Dios: que crean en aquel que él ha enviado.

30 Entonces le dijeron:

—¿Qué señal, pues, haces tú para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra haces? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer[a].

32 Por tanto Jesús les dijo:

—De cierto, de cierto les digo que no les ha dado Moisés el pan del cielo sino mi Padre les da el verdadero pan del cielo. 33 Porque el pan de Dios es aquel que desciende del cielo y da vida al mundo.

34 Le dijeron:

—Señor, danos siempre este pan.

35 Jesús les dijo:

—Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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