Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
La gloria de la ciudad del Gran Rey
48 Cántico. Salmo de los hijos de Coré.
¡Grande es el SEÑOR
y digno de suprema alabanza,
en la ciudad de nuestro Dios,
en el monte de su santuario!
2 ¡Qué hermosa altura!
El gozo de toda la tierra es el monte Sion por el lado norte,
la ciudad del Gran Rey.
3 Dios es conocido por refugio
en sus palacios.
4 Porque, he aquí, los reyes se
han aliado;
han avanzado juntos.
5 Pero viéndola así, se quedaron atónitos;
se turbaron y se dieron prisa a huir.
6 Allí se apoderó de ellos el
estremecimiento;
tuvieron dolor como de mujer que
da a luz.
7 Con el viento del oriente
rompes las naves de Tarsis.
8 Como lo oímos, así lo hemos visto
en la ciudad del SEÑOR de los Ejércitos,
la ciudad de nuestro Dios:
Dios la afirmará para siempre. Selah[a]
9 Oh Dios, hemos pensado
en tu misericordia
en medio de tu templo.
10 Conforme a tu nombre, oh Dios, así es tu alabanza hasta los confines de la tierra.
Tu diestra está llena de justicia.
11 Se alegrará el monte Sion;
las hijas de Judá se regocijarán
a causa de tus juicios.
12 Vayan alrededor de Sion y rodéenla; cuenten sus torres;
13 observen detenidamente
su muro exterior;
examinen sus palacios, para que lo cuenten a la generación venidera.
14 Porque Dios es nuestro Dios eternamente y para siempre; por siempre[b] nos guiará.
David es proclamado rey de Judá
2 Después de esto aconteció que David consultó al SEÑOR diciendo:
—¿Subiré a alguna de las ciudades de Judá?
El SEÑOR le respondió:
—Sube.
David volvió a preguntar:
—¿A dónde subiré?
El SEÑOR le respondió:
—A Hebrón.
2 Entonces David subió allá con sus dos mujeres: Ajinoam, de Jezreel, y Abigaíl, que fuera mujer de Nabal, de Carmel. 3 David hizo subir también a sus hombres que estaban con él, cada uno con su familia; y habitaron en las aldeas de Hebrón.
4 Entonces vinieron los hombres de Judá y ungieron allí a David como rey sobre la casa de Judá.
David bendice a la gente de Jabes
Informaron a David diciendo: “Los hombres de Jabes, en Galaad, son los que sepultaron a Saúl”. 5 Entonces David envió mensajeros a los hombres de Jabes, en Galaad, y les dijo: “Benditos sean del SEÑOR, porque han hecho esta bondad a[a] Saúl su señor, y le han dado sepultura. 6 Ahora pues, que el SEÑOR les muestre misericordia y verdad. Y yo también les haré bien por esto que han hecho. 7 Y ahora, fortalezcan sus manos y sean hombres valientes; porque ha muerto Saúl su señor, y la casa de Judá me ha ungido rey sobre ellos”.
Reinado rival de Isboset
8 Pero Abner hijo de Ner, jefe del ejército de Saúl, tomó a Isboset hijo de Saúl y lo trasladó a Majanaim. 9 Entonces lo proclamó rey sobre Galaad, sobre Gesur[b], sobre Jezreel, sobre Efraín, sobre Benjamín y sobre todo Israel. 10 Isboset hijo de Saúl tenía cuarenta años cuando comenzó a reinar sobre Israel y reinó dos años. Sin embargo, la casa de Judá seguía a David. 11 El tiempo que David fue rey en Hebrón sobre la casa de Judá fue de siete años y seis meses.
8 Ya están saciados; ya se enriquecieron; sin nosotros llegaron a reinar. ¡Ojalá reinaran, para que nosotros reináramos también con ustedes! 9 Porque considero que a nosotros, los apóstoles, Dios nos ha exhibido en último lugar, como a condenados a muerte; porque hemos llegado a ser espectáculo para el mundo, para los ángeles y para los hombres. 10 Nosotros somos insensatos por causa de Cristo; ustedes son sensatos en Cristo. Nosotros somos débiles; ustedes fuertes. Ustedes son distinguidos, pero nosotros despreciados. 11 Hasta la hora presente sufrimos hambre y sed, nos falta ropa, andamos heridos de golpes y sin dónde morar. 12 Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos. Cuando somos insultados, bendecimos; cuando somos perseguidos, lo soportamos; 13 cuando somos difamados, procuramos ser amistosos. Hemos venido a ser hasta ahora como el desperdicio del mundo, el desecho de todos.
Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano