Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
147 ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! ¡Qué bueno es cantar sus alabanzas! ¡Qué agradable y justo es alabarle!
2 El Señor está reconstruyendo Jerusalén y regresando a sus exiliados. 3 Él sana a los quebrantados de corazón y les venda las heridas. 4 Él cuenta las estrellas y las llama por su nombre. 5 ¡Cuán grande es él! ¡Su poder es absoluto! Su entendimiento no tiene fronteras. 6 El Señor sostiene al humilde, pero derriba hasta el polvo al malvado. 7 Canten al Señor con gratitud; canten alabanzas a nuestro Dios, con acompañamiento de arpa. 8 Él cubre los cielos de nubes, envía la lluvia sobre la tierra y hace que la hierba verde crezca en los pastizales del monte. 9 Él alimenta a las bestias salvajes y los polluelos del cuervo lo llaman a él pidiéndole comida. 10 A él la fuerza del caballo no le causa admiración. 11 Pero su gozo está en quienes lo honran; en aquellos que confían en su gran amor.
20 Esto no lo ha hecho con ninguna otra nación; estas no han conocido sus leyes.
¡Alabado sea el Señor!
10 El hombre bueno se preocupa por el bienestar de sus animales, pero el hombre malo es cruel.
11 El que trabaja su tierra tendrá abundante comida, pero el que vive soñando no es inteligente.
12 Los malos deseos son la trampa de los malvados, pero la raíz de los justos florecerá.
13 Los malvados quedan atrapados en sus propias palabras mentirosas, pero el justo se libra de ese aprieto.
14 Cada uno recibe el fruto de lo que habla, y el fruto del trabajo de sus manos.
15 El necio cree que lo que hace está bien, pero el sabio escucha consejos.
16 El necio se enfurece fácilmente, pero el prudente se mantiene sereno cuando lo insultan.
17 El testigo honesto dice la verdad, pero el falso dice mentiras.
18 Hay quienes hieren con sus palabras, pero las palabras del sabio traen alivio.
19 Los labios que dicen la verdad permanecen para siempre, pero la lengua mentirosa dura sólo un momento.
20 Llenos de engaño están los corazones de los que traman el mal, pero el gozo inunda los corazones de los que promueven la paz.
21 Al hombre justo no le vendrá ningún mal, pero el malvado se llenará de males.
2 Y óiganme bien: Yo, Pablo, les digo que si practican la circuncisión, Cristo no les sirve de nada. 3 Repito: El que se circuncide tendrá que obedecer toda la ley. 4 Se han apartado de Cristo si esperan justificarse guardando la ley. ¡Han caído de la gracia de Dios!
5 Pero nosotros, con la ayuda del Espíritu Santo, esperamos que por medio de la fe seremos justificados ante Dios. 6 Estando unidos a Cristo Jesús no cuenta nada si estamos circuncidados o no. Nos basta la fe que actúa a través del amor.
7 Ustedes iban bien. ¿Quién les ha impedido seguir la verdad? 8 Ciertamente, no ha sido Dios, porque él es el que los llamó. 9 Como se dice: «Un poco de levadura hace que fermente toda la masa».
10 Confío en el Señor que ustedes no cambiarán su forma de pensar. Dios castigará a la persona, quienquiera que sea, que los ha estado perturbando.
11 Algunos hasta se han atrevido a decir que yo predico la circuncisión. ¡Si fuera verdad, habrían dejado de perseguirme, porque tal mensaje no los ofendería! Pero entonces, ¿por qué me persiguen todavía?
12 ¡Ojalá que esos que los andan confundiendo a ustedes se castraran de una vez!
13 Les hablo así, hermanos, porque ustedes fueron llamados a ser libres. Pero no usen esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor. 14 Toda la ley se resume en este mandamiento: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». 15 Pero si en vez de hacerlo se muerden y se comen unos a otros, ¡cuidado no sea que acaben por consumirse unos a otros!
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