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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Génesis 18:1-15

La visita del Señor

18 El Señor se le apareció a Abraham junto al bosque de encinas de Mamré. Ese día Abraham estaba sentado a la entrada de su carpa, a la hora más caliente del día. Abraham levantó la mirada y vio que tres hombres se dirigían hacia él. Se levantó de un salto y corrió al encuentro de ellos. Se inclinó hasta tocar el suelo con su frente, y dijo:

―Mi señor, le ruego por favor que no pase de largo, sino que se quede aquí un momento. Voy a pedir que les traigan agua para que se laven los pies, y podrán quedarse a descansar bajo la sombra de este árbol. Y ya que han pasado por la carpa de este servidor de ustedes, les voy a traer algo de comer, para que repongan sus fuerzas y puedan continuar su viaje.

―Muy bien —dijeron ellos—, aceptamos tu invitación.

Entonces Abraham entró corriendo a la carpa y le dijo a Sara:

―Toma pronto unos veinte kilos de la mejor harina, amásalos y haz unos panes.

Luego corrió al lugar donde estaba el ganado, tomó el mejor ternero, y le dijo a uno de sus sirvientes que lo preparara inmediatamente. Junto con el becerro ya preparado, Abraham les ofreció leche y mantequilla. Mientras los hombres comían, Abraham se quedo de pie junto a ellos, debajo del árbol.

―¿Dónde está tu esposa Sara? —le preguntaron.

―En la carpa —contestó Abraham.

10 Entonces uno de ellos dijo:

―El próximo año, por este tiempo, volveré a visitarte. En esa fecha Sara tendrá un hijo.

Sara escuchaba detrás de ellos, a la entrada de la carpa.

11 Ahora bien, Abraham y Sara eran muy viejos, y hacía tiempo que Sara no tenía la menstruación. 12 Por eso, Sara no pudo evitar reírse, mientras pensaba: «¿Será posible que vaya a tener semejante placer, siendo que tanto mi marido como yo somos muy viejos?».

13 Entonces el Señor le dijo a Abraham:

―¿Por qué se rio Sara? ¿A caso no cree que pueda tener un hijo a pesar de su edad? 14 ¿Hay algo que sea difícil para el Señor? Como te dije, el próximo año, por este tiempo, volveré a visitarte, y para entonces Sara tendrá un hijo.

15 Cuando Sara escuchó esto, tuvo miedo y quiso defenderse. Por eso dijo:

―No me reí.

Pero el Señor le contestó:

―Sí te reíste.

Génesis 21:1-7

Nacimiento de Isaac

21 El Señor se acordó de Sara y le cumplió lo que le había prometido. Por eso, Sara quedó embarazada y le dio un hijo a Abraham en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho. Al hijo que Sara le dio Abraham le dio el nombre de Isaac. Cuando el niño cumplió ocho días, Abraham lo circuncidó, tal como Dios le había ordenado. Cuando Isaac nació, Abraham ya tenía cien años. Y Sara dijo:

«Dios me ha hecho reír, y cualquiera que oiga que he tenido un hijo, se reirá conmigo. Porque, ¿quién se hubiera atrevido a decirle a Abraham que yo le iba a dar de mamar a un hijo? Sin embargo, ¡le he dado un hijo a Abraham en su vejez!».

Salmos 116:1-2

116 Amo al Señor; porque él escucha mis plegarias y las contesta. Porque se inclina y escucha, oraré a él mientras tenga aliento.

Salmos 116:12-19

12 Y ahora, ¿cómo puedo pagarle al Señor por tanta bondad que me ha mostrado? 13 Levantaré una copa como símbolo de su salvación y alabaré su nombre por haberme salvado. 14 ¡Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo! 15 Sus amados son muy preciosos para él; le causa tristeza cuando ellos mueren.

16 Señor, soy tu siervo; sí, soy tu siervo y el hijo que tú has hecho; ¡tú has roto mis cadenas! 17 Te ofreceré sacrificio de gratitud e invocaré, Señor, tu nombre. 18 ¡Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo, 19 en los atrios de la casa del Señor, en medio de ti, oh Jerusalén! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!

Romanos 5:1-8

Paz y alegría

Así que, ahora que Dios nos ha declarado justos por haber creído, disfrutamos de la paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros. Por medio de él, y confiando en su promesa, participamos de ese amor que no merecemos, y en el cual nos mantenemos firmes. Incluso nos sentimos orgullosos de la esperanza de gozar de la gloria de Dios.

Y también nos gozamos de las aflicciones, porque nos enseñan a tener paciencia; y la paciencia nos ayuda a superar las pruebas, y así nuestra esperanza se fortalece. Y esa esperanza nunca nos defrauda, pues Dios llenó nuestros corazones de su amor por medio del Espíritu Santo que él mismo nos dio.

Cuando éramos incapaces de salvarnos, Cristo llegó en el momento oportuno y murió por los pecadores.

Es muy difícil que alguien dé su vida por una persona justa y buena, aunque, en efecto, pudiera darse un caso así. Dios, no obstante, nos demostró su amor al enviar a Cristo a morir por nosotros, aun cuando éramos pecadores.

Mateo 9:35-10:8

Son pocos los obreros

35 Jesús recorría las ciudades y los pueblos de la región enseñando en las sinagogas, predicando las buenas nuevas del reino y sanando a la gente de sus enfermedades y dolencias. 36 Al ver a las multitudes, sintió compasión de ellas, porque eran como ovejas desamparadas y dispersas que no tienen pastor.

37 «¡Es tan grande la mies y hay tan pocos obreros!» —les dijo a los discípulos—. 38 «Pidan que el Señor de la mies consiga más obreros para sus campos».

Jesús envía a los doce

10 Jesús reunió a sus doce discípulos y les dio autoridad para echar fuera espíritus malignos y para sanar toda clase de enfermedades y dolencias. Los doce apóstoles eran:

Simón, también llamado Pedro; Andrés, hermano de Pedro; Jacobo, hijo de Zebedeo; Juan, hermano de Jacobo; Felipe; Bartolomé; Tomás; Mateo, cobrador de impuestos; Jacobo, hijo de Alfeo; Tadeo; Simón, miembro de los zelotes, y Judas Iscariote, el que más tarde lo traicionó.

A estos doce Jesús los envió y les dio las siguientes instrucciones:

«No vayan a los que no son judíos ni a los samaritanos. Limítense a visitar a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.

»Anúncienles que el reino de los cielos ya se ha acercado.

»Curen enfermos, resuciten muertos, sanen leprosos y echen fuera demonios. De la misma manera que ustedes están recibiendo este poder gratuitamente, tampoco cobren por sus servicios.

Mateo 10:9-23

No lleven dinero 10 ni bolsa con comida; no lleven más túnicas ni más calzado que los que traen puestos, ni lleven bordón, porque las personas a las que ustedes ayuden tienen el deber de alimentarlos y cuidarlos. 11 Cuando lleguen a cualquier ciudad o pueblo, busquen a una persona de confianza y quédense en su casa hasta que se vayan a otro pueblo. 12 Y al entrar a la casa, den su bendición a los que allí viven. 13 Si ellos lo merecen, tendrán la paz que ustedes les desearon; pero si no lo merecen, no la tendrán. 14 Si en alguna ciudad u hogar no los reciben ni les hacen caso, salgan de allí y sacúdanse el polvo de los pies al salir. 15 Les aseguro que en el día del juicio, el castigo de Sodoma y Gomorra resultará mucho más tolerable que el castigo que caerá sobre aquella ciudad.

16 »Ustedes son como ovejas y los estoy enviando a meterse donde están los lobos. Sean prudentes como serpientes e inofensivos como palomas. 17 Pero tengan cuidado, porque los arrestarán y los azotarán en las sinagogas. 18 Y hasta tendrán que comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa. Esto les brindará la oportunidad de hablarles de mí y de proclamarme ante el mundo.

19 »Cuando los arresten, no se preocupen por lo que vayan a decir en el juicio, porque en el momento oportuno se les pondrá en la boca lo que tengan que decir. 20 No serán ustedes los que hablen: ¡el Espíritu de su Padre hablará a través de ustedes!

21 »El hermano entregará a muerte a su hermano, los padres traicionarán a sus hijos y los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán. 22 El mundo entero los va a odiar a ustedes por causa de mí, pero el que se mantenga fiel hasta el fin será salvo. 23 Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no terminarán de recorrer todas las ciudades de Israel antes que yo haya regresado:

Nueva Biblia Viva (NBV)

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