Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Dios es rey de toda la tierra
SALMO 47 (46)
Poema compuesto por la familia de Coré.
47 ¡Aplaudan felices,
pueblos del mundo!
¡Alaben a Dios con alegría!
2 ¡El Dios altísimo
es el rey de toda la tierra
y merece toda honra!
3 El gran rey nos dio la victoria
sobre pueblos y naciones.
4 Dios nos ama,
pues somos su pueblo.
Por eso nos dio
la tierra prometida;
¡esa tierra es nuestro orgullo!
5 Dios se ha sentado en su trono
entre gritos de alegría
y toques de trompeta.
6 ¡Vamos a cantarle himnos a Dios!
¡Vamos a cantarle a nuestro rey!
7 ¡Cantémosle un himno hermoso,
pues él reina en toda la tierra!
8 Dios reina desde su templo
sobre todas las naciones.
9 Los jefes de las naciones
y el pueblo del Dios de Abraham,
se juntan para adorarlo,
10 pues a Dios le pertenecen
todos los pueblos del mundo.
15-17 Después de esto, Moisés subió a la montaña del Sinaí. Allí, en la parte más alta, Dios se manifestó en todo su poder. A la vista de todos los israelitas, la gloria de Dios era como un fuego que todo lo consumía. Durante seis días la montaña quedó cubierta por una nube, y desde esa nube Dios llamó a Moisés al séptimo día. 18 Moisés entró en la nube, y permaneció en la montaña cuarenta días y cuarenta noches.
Visión sobre Jesucristo
9 Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Dios, lo mismo que ustedes; tengo los mismos problemas y dificultades, pero también tengo la fuerza que Dios nos da para soportar esos sufrimientos. Por anunciar el mensaje de Dios y hablar de Jesucristo fui enviado a la isla de Patmos.[a] 10 Pero un domingo[b] quedé bajo el poder del Espíritu Santo. Entonces escuché detrás de mí una voz muy fuerte, que sonaba como una trompeta. 11 Esa voz me dijo: «Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias de la provincia de Asia, es decir, a las iglesias de Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea.»
12 Cuando me volví para ver quién me hablaba, vi siete candelabros de oro.[c] 13 En medio de los candelabros vi a alguien que parecía ser Jesús, el Hijo del hombre. Vestía una ropa que le llegaba hasta los pies, y a la altura del pecho llevaba un cinturón de oro. 14 Su cabello era tan blanco como la lana, y hasta parecía estar cubierto de nieve. Sus ojos parecían llamas de fuego, 15 y sus pies brillaban como el bronce que se funde en el fuego y luego se pule. Su voz resonaba como enormes y estruendosas cataratas. 16 En su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una espada delgada y de doble filo. Su cara brillaba como el sol de mediodía.
17 Al verlo, caí a sus pies como muerto. Pero él puso su mano derecha sobre mí, y me dijo:
«No tengas miedo. Yo soy el primero y el último, 18 y estoy vivo. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre, y tengo poder sobre la muerte.
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