Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
6 Al Músico principal: en Neginoth sobre Seminith: Salmo de David. JEHOVA, no me reprendas en tu furor, Ni me castigues con tu ira.
2 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque yo estoy debilitado: Sáname, oh Jehová, porque mis huesos están conmovidos.
3 Mi alma asimismo está muy conturbada: Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?
4 Vuelve, oh Jehová, libra mi alma; Sálvame por tu misericordia.
5 Porque en la muerte no hay memoria de ti: ¿Quién te loará en el sepulcro?
6 Heme consumido á fuerza de gemir: Todas las noches inundo mi lecho, Riego mi estrado con mis lágrimas.
7 Mis ojos están carcomidos de descontento; Hanse envejecido á causa de todos mis angustiadores.
8 Apartaos de mí, todos los obradores de iniquidad; Porque Jehová ha oído la voz de mi lloro.
9 Jehová ha oído mi ruego; Ha recibido Jehová mi oración.
10 Se avergonzarán, y turbaránse mucho todos mis enemigos; Volveránse y serán avergonzados subitáneamente.
3 Y había cuatro hombres leprosos á la entrada de la puerta, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?
4 Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos pues ahora, y pasémonos al ejército de los Siros: si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.
5 Levantáronse pues en el principio de la noche, para irse al campo de los Siros; y llegando á las primeras estancias de los Siros, no había allí hombre.
6 Porque el Señor había hecho que en el campo de los Siros se oyese estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de grande ejército; y dijéronse los unos á los otros: He aquí el rey de Israel ha pagado contra nosotros á los reyes de los Heteos, y á los reyes de los Egipcios, para que vengan contra nosotros.
7 Y así se habían levantado y huído al principio de la noche, dejando sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y el campo como se estaba; y habían huído por salvar las vidas.
8 Y como los leprosos llegaron á las primeras estancias, entráronse en una tienda, y comieron y bebieron, y tomaron de allí plata, y oro, y vestido, y fueron, y escondiéronlo: y vueltos, entraron en otra tienda, y de allí también tomaron, y fueron, y escondieron.
9 Y dijéronse el uno al otro: No hacemos bien: hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos: y si esperamos hasta la luz de la mañana, nos alcanzará la maldad. Vamos pues ahora, entremos, y demos la nueva en casa del rey.
10 Y vinieron, y dieron voces á los guardas de la puerta de la ciudad, y declaráronles, diciendo: Nosotros fuimos al campo de los Siros, y he aquí que no había allí hombre, ni voz de hombre, sino caballos atados, asnos también atados, y el campo como se estaba.
14 Por tanto, amados míos, huid de la idolatría.
15 Como á sabios hablo; juzgad vosotros lo que digo.
16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?
17 Porque un pan, es que muchos somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel un pan.
18 Mirad á Israel según la carne: los que comen de los sacrificios ¿no son partícipes con el altar?
19 ¿Qué pues digo? ¿Que el ídolo es algo? ¿ó que sea algo lo que es sacrificado á los ídolos?
20 Antes digo que lo que los Gentiles sacrifican, á los demonios lo sacrifican, y no á Dios: y no querría que vosotros fueseis partícipes con los demonios.
21 No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios: no podéis ser partícipes de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.
22 ¿O provocaremos á celo al Señor? ¿Somos más fuertes que él?
23 Todo me es lícito, mas no todo conviene: todo me es lícito, mas no todo edifica.
24 Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.
25 De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia;
26 Porque del Señor es la tierra y lo que la hinche.
27 Y si algún infiel os llama, y queréis ir, de todo lo que se os pone delante comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia.
28 Mas si alguien os dijere: Esto fué sacrificado á los ídolos: no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por causa de la conciencia: porque del Señor es la tierra y lo que la hinche.
29 La conciencia, digo, no tuya, sino del otro. Pues ¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por otra conciencia?
30 Y si yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser blasfemado por lo que doy gracias?
31 Si pues coméis, ó bebéis, ó hacéis otra cosa, haced lo todo á gloria de Dios.
32 Sed sin ofensa á Judíos, y á Gentiles, y á la iglesia de Dios;
33 Como también yo en todas las cosas complazco á todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.
11 SED imitadores de mí, así como yo de Cristo.