Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Esperanza en que Jehová dará redención
Cántico gradual.
130 Desde lo profundo, oh Jehová, a ti clamo.
2 Señor, escucha mi voz;
Estén atentos tus oídos
A la voz de mi súplica.
3 JAH, si miras a los pecados,
¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse en pie?
4 Pero en ti hay perdón,
Para que seas reverenciado.
5 Espero yo en Jehová, espera mi alma;
Pendiente estoy de su palabra.
6 Mi alma aguarda al Señor
Más que los centinelas a la mañana,
Más que los vigilantes a la aurora.
7 Espere Israel a Jehová,
Porque con Jehová está la misericordia,
Y abundante redención con él;
8 Y él redimirá a Israel
De todos sus pecados.
37 Mas Absalón huyó y se fue a Talmay hijo de Amiud, rey de Gesur. Y David lloraba por su hijo todos los días.
38 Así huyó Absalón y se fue a Gesur, y estuvo allá tres años.
39 Y el rey David deseaba ver a Absalón; pues ya estaba consolado acerca de Amnón, que había muerto.
Joab procura el regreso de Absalón
14 Conociendo Joab hijo de Sarvia que el corazón del rey se inclinaba por Absalón,
2 envió Joab a Tecoa, e hizo traer de allá una mujer astuta, y le dijo: Yo te ruego que finjas estar de duelo, y te vistas ropas de luto, y no te unjas con óleo, sino preséntate como una mujer que desde mucho tiempo está de duelo por algún muerto;
3 y entrarás al rey, y le hablarás de esta manera. Y puso Joab las palabras en su boca.
4 Entró, pues, aquella mujer de Tecoa al rey, y postrándose en tierra sobre su rostro, hizo reverencia, y dijo: ¡Socorro, oh rey!
5 El rey le dijo: ¿Qué tienes? Y ella respondió: Yo a la verdad soy una mujer viuda y mi marido ha muerto.
6 Tu sierva tenía dos hijos, y los dos riñeron en el campo; y no habiendo quien los separase, hirió el uno al otro, y lo mató.
7 Y he aquí toda la familia se ha levantado contra tu sierva, diciendo: Entrega al que mató a su hermano, para que le hagamos morir por la vida de su hermano a quien él mató, y matemos también al heredero. Así apagarán el ascua que me ha quedado, no dejando a mi marido nombre ni descendencia sobre la tierra.
8 Entonces el rey dijo a la mujer: Vete a tu casa, y yo daré órdenes con respecto a ti.
9 Y la mujer de Tecoa dijo al rey: Rey señor mío, caiga toda la culpa sobre mí y sobre la casa de mi padre; mas el rey y su trono sean libres de culpa.
10 Y el rey dijo: Al que hable contra ti, tráelo a mí, y no te tocará más.
11 Dijo ella entonces: Te ruego, oh rey, que te acuerdes de Jehová tu Dios, para que el vengador de la sangre no aumente el daño, y no destruya a mi hijo. Y él respondió: Vive Jehová, que no caerá ni un cabello de la cabeza de tu hijo en tierra.
12 Y la mujer dijo: Te ruego que permitas que tu sierva hable una palabra más a mi señor el rey. Y él dijo: Habla.
13 Entonces la mujer dijo: ¿Por qué, pues, has pensado tú cosa semejante contra el pueblo de Dios? Porque hablando el rey esta palabra, se hace culpable él mismo, por cuanto el rey no hace volver a su desterrado.
14 Porque todos hemos de morir, y somos como aguas derramadas por tierra, que no pueden volver a recogerse. Dios no vuelve a conceder la vida, pero provee medios para que vuelva a sí el desterrado.
15 Y el haber yo venido ahora para decir esto al rey mi señor, es porque el pueblo me ha metido miedo; y tu sierva dijo: Hablaré ahora al rey; quizás él cumpla la palabra de su sierva.
16 Pues el rey escuchará, para librar a su sierva de mano del hombre que me quiere exterminar a mí y a mi hijo juntamente, de la heredad de Dios.
17 Tu sierva, pues, dice: Sea ahora de consuelo la respuesta de mi señor el rey, pues que mi señor el rey es como un ángel de Dios para discernir entre lo bueno y lo malo. Así Jehová tu Dios sea contigo.
18 Entonces David respondió y dijo a la mujer: Yo te ruego que no me encubras nada de lo que yo te pregunte. Y la mujer dijo: Hable mi señor el rey.
19 Y el rey dijo: ¿No anda la mano de Joab contigo en todas estas cosas? La mujer respondió y dijo: Vive tu alma, rey señor mío, que no se desvía ni un ápice a derecha ni a izquierda todo lo que mi señor el rey ha hablado; porque tu siervo Joab, él me mandó, y puso en boca de tu sierva todas estas palabras.
20 Para disimular el aspecto del asunto es por lo que tu siervo Joab ha hecho esto; pero mi señor es sabio conforme a la sabiduría de un ángel de Dios, para conocer lo que hay en la tierra.
21 Entonces el rey dijo a Joab: He aquí que voy a hacer esto; ve, y haz volver al joven Absalón.
22 Y Joab se postró en tierra sobre su rostro e hizo reverencia, y después que bendijo al rey, dijo: Hoy ha entendido tu siervo que he hallado gracia en tus ojos, rey señor mío, pues ha hecho el rey lo que su siervo ha dicho.
23 Se levantó luego Joab y fue a Gesur, y trajo a Absalón a Jerusalén.
24 Mas el rey dijo: Váyase a su casa, y no vea mi rostro. Y volvió Absalón a su casa, y no vio el rostro del rey.
15 Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
2 Cada uno de nosotros agrade a su prójimo para lo que es bueno con miras a su edificación.
3 Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.
4 Porque las cosas que se escribieron en el pasado, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por medio de la paciencia y de la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.
5 Y el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,
6 para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.