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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Éxodo 14:19-31

19 Entonces el ángel de Dios, que iba delante del campamento de Israel, se trasladó e iba detrás de ellos. Asimismo, la columna de nube que iba delante de ellos se trasladó y se puso detrás de ellos, 20 y se colocó entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel, constituyendo nube y tinieblas para aquellos, mientras que alumbraba a Israel de noche. En toda aquella noche no se acercaron los unos a los otros.

21 Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el SEÑOR hizo que este se retirara con un fuerte viento del oriente que sopló toda aquella noche e hizo que el mar se secara, quedando las aguas divididas. 22 Y los hijos de Israel entraron en medio del mar en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. 23 Los egipcios los persiguieron, y entraron en el mar tras ellos con toda la caballería del faraón, sus carros y sus jinetes.

24 Aconteció que a eso de la vigilia de la mañana, el SEÑOR miró hacia el ejército de los egipcios, desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión en el ejército de los egipcios. 25 Trabó[a] las ruedas de sus carros, de modo que se desplazaban pesadamente. Entonces los egipcios dijeron: “¡Huyamos de los israelitas, porque el SEÑOR combate por ellos contra los egipcios!”.

26 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: “Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros y sobre sus jinetes”.

27 Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, este volvió a su lecho, de modo que los egipcios chocaron contra él cuando huían. Así precipitó el SEÑOR a los egipcios en medio del mar. 28 Las aguas volvieron y cubrieron los carros y los jinetes, junto con todo el ejército del faraón que había entrado en el mar tras ellos. No quedó de ellos ni uno solo. 29 Pero los hijos de Israel caminaron en seco por en medio del mar, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. 30 Así libró el SEÑOR aquel día a Israel de mano de los egipcios. Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. 31 Cuando Israel vio la gran hazaña que el SEÑOR había realizado contra los egipcios, el pueblo temió al SEÑOR, y creyó en él y en su siervo Moisés.

Salmos 114

Recuerdos de la salida de Egipto

114 Cuando Israel salió de Egipto,

la casa de Jacob de un pueblo extranjero,
Judá fue su santuario
e Israel su señorío.
El mar lo vio y huyó;
el Jordán se volvió atrás.
Los montes brincaron como carneros
y las colinas como corderitos.
¿Qué tuviste, oh mar, para que huyeras?
¿Y tú, oh Jordán, para que
te volvieras atrás?
Oh montes, ¿por qué brincaron como carneros;
y ustedes, oh colinas, como corderitos?
Ante la presencia del SEÑOR tiembla la tierra;
ante la presencia del Dios de Jacob
quien convirtió la peña[a] en estanque de aguas
y el pedernal en manantial de aguas.

Éxodo 15:1-11

Cántico al SEÑOR por la liberación

15 Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este cántico al SEÑOR, diciendo:

“¡Cantaré al SEÑOR,

pues se ha enaltecido grandemente!

¡Arrojó al mar al caballo y su jinete!

El SEÑOR[a] es mi fortaleza y mi canción; él ha sido mi salvación.

¡Este es mi Dios! Yo lo alabaré. ¡El Dios de mi padre! A él ensalzaré.

“El SEÑOR es un guerrero.

¡El SEÑOR es su nombre!

Ha echado al mar los carros

y al ejército del faraón.

Fueron hundidos en el mar Rojo sus mejores oficiales.

Las aguas profundas los cubrieron; descendieron como piedra

a las profundidades.

“Tu diestra, oh SEÑOR,

ha sido majestuosa en poder;

tu diestra, oh SEÑOR,

ha quebrantado al enemigo.

Con la grandeza de tu poder has destruido a los que se opusieron a ti; desataste tu furor,

y los consumió como a hojarasca.

Por el soplo de tu aliento

se amontonaron las aguas;

las olas se acumularon como un dique;

las aguas profundas se congelaron

en medio del mar.

Dijo el enemigo: ‘Perseguiré,

tomaré prisioneros y repartiré el botín;

mi alma se saciará de ellos;

desenvainaré mi espada,

y mi mano los desalojará’.

10 Pero tú soplaste con tu aliento,

y el mar los cubrió.

Se hundieron como plomo

en las impetuosas aguas.

11 “¿Quién como tú, oh SEÑOR, entre los dioses?

¿Quién como tú,

majestuoso en santidad,

temible en hazañas dignas de alabanza, hacedor de maravillas?

Éxodo 15:20-21

20 Entonces María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas. 21 Y María las dirigía diciendo:

“¡Canten al SEÑOR,

pues se ha enaltecido grandemente! ¡Ha arrojado al mar caballos y jinetes!”.

Romanos 14:1-12

La comprensión entre hermanos

14 Reciban al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. Porque uno cree que puede comer de todo, y el débil come solo verduras. El que come no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come; porque Dios lo ha recibido. ¿Quién eres tú que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie o cae; pero será afirmado porque poderoso es el Señor para afirmarle. Mientras que uno hace diferencia entre día y día, otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté convencido en su propia mente. El que hace caso del día, para el Señor lo hace. El que come para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come y da gracias a Dios. Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, sea que vivamos o que muramos, somos del Señor. Porque Cristo para esto murió[a] y vivió, para ser el Señor así de los muertos como de los que viven.

10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Pues todos compareceremos ante el tribunal de Dios, 11 porque está escrito:

Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios[b].

12 De manera que cada uno de nosotros rendirá cuenta a Dios de sí mismo.

Mateo 18:21-35

21 Entonces Pedro se acercó y le dijo:

—Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí y yo le perdonaré? ¿Hasta siete veces?

22 Jesús le dijo:

—No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete.

Parábola del siervo malvado

23 »Por esto, el reino de los cielos es semejante a un hombre que era rey, que quiso hacer cuentas con sus siervos. 24 Y cuando él comenzó a hacer cuentas, le fue traído uno que le debía muchísimo dinero. 25 Puesto que él no podía pagar, su señor mandó venderlo a él, junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, y que se le pagara.

26 Entonces el siervo cayó y se postró delante de él diciendo: “Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo”. 27 El señor de aquel siervo, movido a compasión, lo soltó y le perdonó la deuda.

28 »Pero al salir, aquel siervo halló a uno de sus consiervos que le debía poco dinero, y asiéndose de él, lo ahogaba diciendo: “Paga lo que debes”. 29 Entonces su consiervo, cayendo, le rogaba diciendo: “¡Ten paciencia conmigo, y yo te pagaré!”. 30 Pero él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que le pagara lo que le debía.

31 »Así que, cuando sus consiervos vieron lo que había sucedido, se entristecieron mucho; y fueron y declararon a su señor todo lo que había sucedido. 32 Entonces su señor le llamó y le dijo: “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te perdoné porque me rogaste. 33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, así como también yo tuve misericordia de ti?”. 34 Y su señor, enojado, lo entregó a los verdugos hasta que le pagara todo lo que le debía. 35 Así también hará con ustedes mi Padre celestial si no perdonan de corazón cada uno a su hermano.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano