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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Salmos 17:1-7

La oración de un hombre justo

17 Oración de David.

Escucha, oh SEÑOR, una causa justa; atiende a mi clamor.
Presta oído a mi oración que es
de labios sin engaño.
Proceda de tu presencia mi
vindicación;
vean tus ojos la rectitud.
Tú has examinado mi corazón; me has visitado de noche.
Me has probado y nada infame has hallado
porque me he propuesto que mi boca no se exceda.
En cuanto a las obras de los hombres, por la palabra de tus labios me he guardado de las sendas de los violentos.
Mis pasos se han mantenido en tus caminos
para que mis pies no resbalen.
Yo te invoco, porque tú oirás, oh Dios. Inclina a mí tu oído; escucha mi palabra.
Muestra tus maravillosos actos
de misericordia,
tú que, a los que confían, libras con tu diestra de los que se levantan contra ti.

Salmos 17:15

15 En cuanto a mí,
en justicia veré tu rostro;
quedaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.

Génesis 31:22-42

22 Al tercer día le informaron a Labán que Jacob había huido. 23 Entonces tomó consigo a sus parientes y fue tras él en el camino, por siete días, y lo alcanzó en la región montañosa de Galaad. 24 Pero aquella noche Dios vino en sueños a Labán el arameo, y le dijo: “Ten cuidado, no sea que hables a Jacob bruscamente”.

25 Alcanzó, pues, Labán a Jacob, quien había instalado su tienda en el monte. Y Labán también instaló sus tiendas[a] en el monte Galaad.

Jacob y Labán se reconcilian

26 Entonces Labán dijo a Jacob:

—¿Qué has hecho? ¡Me has engañado al traer a mis hijas como cautivas de guerra! 27 ¿Por qué has huido a escondidas, engañándome, sin avisarme? Yo te habría despedido con alegría y cantares, con tamborín y con arpa. 28 Ni siquiera me has dado la oportunidad de besar a mis hijos y a mis hijas. Ahora pues, has actuado locamente. 29 Yo tengo poder para hacerles mal, pero el Dios de tu padre me habló anoche diciendo: “Ten cuidado, no sea que hables a Jacob bruscamente”. 30 Y ya que te ibas definitivamente porque tenías tanta nostalgia por la casa de tu padre, ¿por qué me has robado mis dioses?

31 Jacob respondió a Labán y dijo:

—Yo tuve miedo, pensando que quizás me arrebatarías a tus hijas. 32 La persona en cuyo poder halles tus dioses, que muera. Reconoce en presencia de nuestros parientes lo que yo tenga que sea tuyo, y llévatelo.

Jacob no sabía que era Raquel quien los había robado. 33 Entró, pues, Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea y en las tiendas de las dos siervas, y no los halló. Saliendo de la tienda de Lea, fue a la tienda de Raquel. 34 Pero Raquel había tomado los ídolos, los había puesto en la montura de un camello y se había sentado encima de ellos. Labán, pues, rebuscó toda la tienda y no los halló. 35 Entonces ella dijo a su padre:

—No se enoje mi señor porque no pueda levantarme delante de ti, pues estoy con la regla de las mujeres.

Buscó, pues, los ídolos, pero no los encontró.

36 Entonces Jacob se enojó y recriminó a Labán; respondió Jacob y dijo a Labán:

—¿Cuál es mi transgresión? ¿Cuál es mi pecado para que me hayas perseguido con tanto ardor? 37 Ya que has rebuscado todas mis cosas, ¿qué has hallado de todas las cosas de tu casa? Ponlo aquí delante de mis parientes y de los tuyos, para que ellos juzguen entre nosotros dos. 38 Estos veinte años que he estado contigo nunca han abortado tus ovejas ni tus cabras ni yo comí ningún carnero de tu rebaño. 39 Jamás te traje los restos del animal despedazado, yo pagaba el daño. Lo robado, tanto de día como de noche, tú lo reclamabas de mi mano. 40 De día me consumía el calor, y de noche la helada; hasta el sueño huía de mis ojos. 41 Así he pasado veinte años en tu casa: catorce años trabajé por tus dos hijas y seis por tu ganado; y tú has cambiado mi salario diez veces. 42 Si el Dios de mi padre, el Dios de Abraham y el Temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me dejarías ir ahora sin nada. Pero Dios ha visto mi aflicción y el duro trabajo de mis manos; por eso te reprendió anoche.

Romanos 1:8-15

Pablo anhela visitar Roma

Primeramente, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo con respecto a todos ustedes, porque su fe es proclamada en todo el mundo. Porque Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, me es testigo de que sin cesar me acuerdo de ustedes siempre en mis oraciones 10 rogando que, si de alguna manera por la voluntad de Dios, por fin yo sea bien encaminado para ir a ustedes. 11 Porque deseo verles para compartir con ustedes algún don espiritual a fin de que sean afirmados. 12 Esto es, para ser animado juntamente con ustedes por la fe que nos es común a ustedes y a mí. 13 Pero no quiero, hermanos, que ignoren que muchas veces me he propuesto ir a ustedes (y hasta ahora he sido impedido) para tener algún fruto también entre ustedes así como entre las demás naciones. 14 Tanto a griegos como a bárbaros, tanto a sabios como a ignorantes soy deudor. 15 Así que, en cuanto a mí, pronto estoy para anunciarles el evangelio también a ustedes que están en Roma.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano