Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
El pacto del Señor con David, y las aflicciones de Israel
Masquil[a] de Etán ezraíta[b].
89 Por siempre cantaré de las misericordias del Señor(A);
con mi boca daré a conocer(B) tu fidelidad(C) a todas las generaciones.
2 Porque dije: Para siempre será edificada la misericordia(D);
en los cielos mismos establecerás tu fidelidad(E).
3 Yo he hecho un pacto con mi escogido(F),
he jurado a David mi siervo(G):
4 Estableceré tu descendencia[c] para siempre(H),
y edificaré tu trono(I) por todas las generaciones. (Selah[d])
19 Una vez hablaste en visión a tus santos[a],
y dijiste: He ayudado a[b] un poderoso(A);
he exaltado a uno escogido de entre el pueblo(B).
20 He hallado a David mi siervo(C);
lo he ungido con mi óleo santo(D),
21 y[c] con él estará siempre[d] mi mano(E);
mi brazo también lo fortalecerá(F).
22 No lo engañará[e] el enemigo,
ni lo afligirá el hijo de maldad[f](G).
23 Sino que yo aplastaré(H) a sus adversarios delante de él,
y heriré a los que lo aborrecen.
24 Con él estarán mi fidelidad(I) y mi misericordia,
y en mi nombre será exaltado su poder[g](J).
25 Pondré también su mano sobre el mar(K),
y su diestra sobre los ríos.
26 Él clamará a mí: Mi Padre eres tú(L),
mi Dios y la roca de mi salvación(M).
2 Y había un hombre de Zora(A), de la familia de los danitas, el cual se llamaba Manoa; su mujer era estéril y no había tenido hijos. 3 Entonces el ángel del Señor se le apareció a la mujer(B), y le dijo: He aquí, tú eres estéril y no has tenido hijos, pero concebirás y darás a luz un hijo. 4 Ahora pues, cuídate de no beber vino ni licor(C), y de no comer ninguna cosa inmunda. 5 Pues he aquí, concebirás y darás a luz un hijo; no pasará navaja sobre su cabeza, porque el niño será nazareo para Dios(D) desde el seno materno(E); y él comenzará a salvar a Israel(F) de manos de los filisteos. 6 Y la mujer fue y se lo dijo a su marido, diciendo: Un hombre de Dios vino a mí(G), y su aspecto era como el aspecto del ángel de Dios, muy imponente. Yo no le pregunté de dónde venía, ni él me hizo saber su nombre. 7 Pero él me dijo: «He aquí, concebirás y darás a luz un hijo; desde ahora no beberás vino ni licor, ni comerás cosa inmunda, porque el niño será nazareo para Dios desde el seno materno hasta el día de su muerte».
8 Entonces Manoa imploró al Señor, y dijo: Te ruego Señor, que el hombre de Dios que tú enviaste venga otra vez a nosotros, para que nos enseñe lo que hemos de hacer con el niño que ha de nacer(H). 9 Y Dios escuchó la voz de Manoa. Y el ángel de Dios vino otra vez a la mujer(I) cuando estaba sentada en el campo; y Manoa su marido no estaba con ella. 10 Y la mujer corrió rápidamente y avisó a su marido, y le dijo: He aquí, se me ha aparecido el hombre que vino[a] el otro día(J). 11 Manoa se levantó y siguió a su mujer, y cuando llegó al hombre, le dijo: ¿Eres el hombre que habló a la mujer(K)? Y él respondió: Yo soy. 12 Y Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser el modo de vivir del muchacho y cuál su vocación? 13 Y el ángel del Señor dijo a Manoa: Que la mujer atienda a[b] todo lo que le dije(L). 14 No comerá nada que venga de la vid(M), no beberá vino ni licor, ni comerá nada inmundo(N); que guarde ella todo lo que le he mandado.
Visión de Manoa y nacimiento de Sansón
15 Entonces Manoa dijo al ángel del Señor(O): Permítenos detenerte y prepararte un cabrito. 16 Y el ángel del Señor respondió a Manoa: Aunque me detengas, no comeré de tu alimento[c](P), mas si preparas un holocausto, ofrécelo al Señor. Y[d] Manoa no sabía que era el ángel del Señor. 17 Y Manoa dijo al ángel del Señor: ¿Cuál es tu nombre(Q), para que cuando se cumplan tus palabras, te honremos? 18 Y el ángel del Señor le respondió: ¿Por qué preguntas mi nombre, viendo que es maravilloso[e](R)? 19 Y Manoa tomó el cabrito con la ofrenda de cereal y los ofreció sobre una piedra al Señor(S), y el ángel hizo maravillas mientras que Manoa y su mujer observaban. 20 Pues sucedió que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel del Señor ascendió en la llama del altar. Al ver esto, Manoa y su mujer cayeron rostro en tierra(T). 21 Y el ángel del Señor no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces Manoa supo que era el ángel del Señor(U). 22 Y Manoa dijo a su mujer: Ciertamente moriremos, porque hemos visto a Dios(V). 23 Pero su mujer le dijo: Si el Señor hubiera deseado matarnos, no habría aceptado el holocausto ni la ofrenda de cereal de nuestras manos; tampoco nos habría mostrado todas estas cosas, ni nos habría permitido ahora oír cosas como estas(W).
24 Y la mujer dio a luz un hijo y le puso por nombre Sansón. Y el niño creció y el Señor lo bendijo(X).
40 Entonces algunos de la multitud, cuando oyeron estas palabras, decían: Verdaderamente este es el Profeta(A). 41 Otros decían: Este es el Cristo[a]. Pero otros decían: ¿Acaso el Cristo[b] ha de venir de Galilea(B)? 42 ¿No ha dicho la Escritura que el Cristo viene de la descendencia de David, y de Belén(C), la aldea de donde era David? 43 Así que se suscitó una división(D) entre la multitud por causa de Él. 44 Y algunos de ellos querían prenderle, pero nadie le echó mano(E).
Los alguaciles confundidos
45 Entonces los alguaciles(F) vinieron a los principales sacerdotes y fariseos, y estos les dijeron: ¿Por qué no le trajisteis? 46 Los alguaciles(G) respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre habla(H)! 47 Entonces los fariseos les contestaron: ¿Es que también vosotros os habéis dejado engañar(I)? 48 ¿Acaso ha creído en Él alguno de los gobernantes(J), o de los fariseos? 49 Pero esta multitud que no conoce de la ley, maldita es. 50 Nicodemo(K), el que había venido a Jesús[c] antes, y que era uno de ellos, les dijo*: 51 ¿Acaso juzga nuestra ley a un hombre a menos que le oiga primero(L) y sepa lo que hace? 52 Respondieron y le dijeron: ¿Es que tú también eres de Galilea(M)? Investiga, y verás que ningún profeta surge de Galilea.
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