Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
El alma sedienta se satisface en Dios
Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá[a].
63 Oh Dios, tú eres mi Dios(A); te buscaré con afán[b].
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela[c](B)
cual[d] tierra seca y árida donde no hay agua(C).
2 Así te contemplaba en el santuario,
para ver tu poder y tu gloria(D).
3 Porque tu misericordia es mejor que la vida(E),
mis labios te alabarán.
4 Así te bendeciré mientras viva(F),
en tu nombre alzaré mis manos[e](G).
5 Como con médula[f] y grosura está saciada(H) mi alma;
y con labios jubilosos te alaba mi boca(I).
17 Cuando Moisés los envió a reconocer la tierra de Canaán, les dijo: Subid allá[a], al Neguev[b](A); después subid a la región montañosa. 18 Ved cómo es la tierra, y si la gente que habita en ella es fuerte o débil, si son pocos o muchos; 19 y cómo es la tierra en que viven, si es buena o mala; y cómo son las ciudades en que habitan, si son como[c] campamentos abiertos o con fortificaciones; 20 y cómo es el terreno, si fértil o estéril[d]. ¿Hay allí árboles o no? Procurad(B) obtener[e] algo del fruto de la tierra(C). (Aquel tiempo era el tiempo de las primeras uvas maduras.)
21 Entonces ellos subieron y reconocieron la tierra desde el desierto de Zin(D) hasta Rehob, en Lebo-hamat[f](E). 22 Y subieron por el Neguev(F), y llegaron[g] hasta Hebrón, donde estaban Ahimán, Sesai y Talmai(G), los descendientes[h] de Anac(H). (Hebrón fue edificada siete años antes que Zoán en Egipto(I).)
23 Y llegaron hasta el valle[i] de Escol[j](J) y de allí cortaron un sarmiento con un solo racimo de uvas; y lo llevaban en un palo entre dos hombres, con algunas de las granadas y de los higos. 24 A aquel lugar se le llamó el valle[k] de Escol por razón del racimo que los hijos de Israel cortaron allí.
25 Y volvieron de reconocer la tierra al cabo de cuarenta días, 26 y fueron y se presentaron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel en el desierto de Parán, en Cades(K); y les dieron un informe[l] a ellos y a toda la congregación, y les enseñaron el fruto de la tierra. 27 Y le contaron a Moisés, y le dijeron: Fuimos a la tierra adonde nos enviaste; ciertamente mana leche y miel(L), y este es el fruto de ella(M). 28 solo que es fuerte el pueblo que habita en la tierra(N), y las ciudades, fortificadas y muy grandes; y además vimos allí a los descendientes[m] de Anac(O). 29 Amalec habita en la tierra del Neguev(P), y los hititas, los jebuseos y los amorreos habitan en la región montañosa(Q), y los cananeos(R) habitan junto al mar y a la ribera del Jordán.
30 Entonces Caleb calmó al pueblo delante de[n] Moisés, y dijo: Debemos ciertamente subir y tomar posesión de ella, porque sin duda la conquistaremos. 31 Pero los hombres que habían subido con él dijeron: No podemos subir contra ese pueblo, porque es más fuerte que nosotros(S). 32 Y dieron un mal informe a los hijos de Israel de la tierra que habían reconocido(T), diciendo: La tierra por la que hemos ido para reconocerla es una tierra que devora a sus habitantes(U), y toda la gente que vimos en ella son hombres de gran estatura(V). 33 Vimos allí también a los gigantes[o](W) (los hijos de Anac(X) son parte de la raza de los gigantes[p]); y a nosotros nos pareció que[q] éramos como langostas; y así parecíamos[r] ante sus ojos.
El pueblo se rebela
14 Entonces toda la congregación levantó la voz y clamó[s], y el pueblo lloró aquella[t] noche. 2 Y murmuraron(Y) contra Moisés y Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la congregación: ¡Ojalá hubiéramos muerto en la tierra de Egipto! ¡Ojalá hubiéramos muerto en este desierto(Z)! 3 ¿Y por qué nos trae el Señor a esta tierra para caer a espada(AA)? Nuestras mujeres y nuestros hijos[u] vendrán a ser presa(AB). ¿No sería mejor que nos volviéramos a Egipto? 4 Y se decían unos a otros: Nombremos un jefe y volvamos a Egipto(AC).
5 Entonces Moisés y Aarón cayeron sobre sus rostros(AD) en presencia de toda la asamblea de la congregación de los hijos de Israel. 6 Y Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rasgaron sus vestidos; 7 y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por la que pasamos para reconocerla es una tierra buena en gran manera(AE). 8 Si el Señor se agrada de nosotros(AF), nos llevará a esa[v] tierra y nos la dará; es una tierra que mana leche y miel(AG). 9 solo que no os rebeléis contra el Señor(AH), ni tengáis miedo de la gente de la tierra(AI), pues serán presa[w] nuestra. Su protección[x] les ha sido quitada, y el Señor está con nosotros; no les tengáis miedo.
Jesús anuncia otra vez su muerte
22 (A)Mientras andaban juntos por Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres. 23 Y le matarán, y al tercer día resucitará(B). Y ellos se entristecieron mucho.
Pago del impuesto del templo
24 Cuando llegaron a Capernaúm, se acercaron a Pedro los que cobraban el impuesto de dos dracmas[a](C) y dijeron: ¿No paga vuestro maestro las dos dracmas(D)? 25 Él dijo*: Sí. Y cuando él llegó a casa, Jesús se le anticipó[b], diciendo: ¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes cobran tributos(E) o impuestos(F) los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños? 26 Y cuando respondió: De los extraños, Jesús le dijo: Entonces los hijos están exentos[c]. 27 Sin embargo, para que no los escandalicemos[d](G), ve al mar, echa el anzuelo, y toma el primer pez que salga[e]; y cuando le abras la boca hallarás un estáter[f]; tómalo y dáselo por ti y por mí.
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