Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
No hay otro Dios
SALMO 99 (98)
99 Pueblos de toda la tierra:
¡pónganse a temblar!
¡Dios es nuestro rey,
y reina entre los querubines!
2 La grandeza de nuestro Dios
está por encima de Jerusalén
y de todos los pueblos.
3 ¡Dios es grande y poderoso!
¡No hay otro Dios!
4 Dios nuestro,
tú eres un rey poderoso
que ama la justicia;
has establecido la igualdad;
has actuado en Israel
con rectitud y justicia.
5 ¡Alaben a nuestro Dios!
¡Inclínense a adorarlo!
¡No hay otro Dios!
6 Moisés y Aarón fueron sus sacerdotes;
Samuel estuvo a su servicio.
Todos ellos llamaron a Dios,
y él los escuchó;
7 les habló desde una nube,
y ellos cumplieron fielmente
las órdenes que les dio.
8 Dios nuestro,
tú atendiste a su llamado,
y aunque castigaste su maldad
también los perdonaste.
9 ¡Alaben a nuestro Dios!
¡Adórenlo en su propio templo!
¡No hay otro Dios!
Los artesanos del santuario
31 Dios habló con Moisés y le dijo:
2 «Tú conoces a Besalel hijo de Urí y nieto de Hur, de la tribu de Judá. Yo lo he elegido 3 y lo he llenado de mi espíritu. Le he dado sabiduría, entendimiento, conocimientos y capacidad para hacer obras de arte. 4 Él sabe hacer diseños y trabajos en oro, plata y bronce; 5 también sabe trabajar las piedras preciosas y hacer joyas, y además sabe tallar la madera y hacer toda clase de trabajos artísticos.
6 »También he elegido a Oholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan, para que sea el ayudante de Besalel. A todos los que van a ayudarlos les he dado más capacidad y entendimiento. Así podrán hacer lo que te he ordenado: 7-11 el santuario, el cofre del pacto, la mesa para el pan, el candelabro de oro puro, el altar del incienso, el altar de las ofrendas quemadas, el recipiente de bronce con su base, los trajes de los sacerdotes, el aceite de consagrar,[a] el incienso de olor agradable para el santuario, y todos los utensilios para el culto.
»Todo esto deberán hacerlo siguiendo las instrucciones que te he dado».
Los líderes de la iglesia
5 Quiero darles un consejo a los líderes de la iglesia. Yo también soy líder como ellos, y soy testigo de cómo sufrió Cristo. Además, cuando Cristo regrese y muestre lo maravilloso que es él, disfrutaré de parte de su gloria. Mi consejo es el siguiente: 2 Cuiden ustedes de las personas que Dios dejó a su cargo, pues ellas pertenecen a Dios. Cuídenlas, como cuida el pastor a sus ovejas. Háganlo por el gusto de servir, que es lo que a Dios le agrada, y no por obligación ni para ganar dinero. 3 No traten a los que Dios les encargó como si ustedes fueran sus amos; más bien, procuren ser un ejemplo para ellos. 4 Así, cuando regrese Cristo, que es el Pastor principal, ustedes recibirán un maravilloso premio que durará para siempre.
Los miembros de la iglesia
5 Del mismo modo ustedes, los jóvenes, deben obedecer la autoridad de los líderes de la iglesia. Todos deben tratarse con humildad, pues la Biblia dice:
«Dios se opone a los orgullosos,
pero brinda su ayuda a los humildes.»
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