Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
La salida de Egipto (12,1—15,21)
La Pascua
12 Estando aún Moisés y Aarón en Egipto, les dijo el Señor:
2 — Este mes será para vosotros el principal, el mes con que comenzaréis el año. 3 Decid a toda la comunidad de Israel: el diez de este mes cada uno se ha de hacer con un cordero, uno por cada casa y familia. 4 Si la familia es muy pequeña para comérselo entero, que se junte con su vecino más próximo teniendo en cuenta el número de comensales y la porción de cordero que cada uno pueda comer. 5 El cordero deberá ser de un año, macho y sin ningún defecto. Podrá ser cordero o cabrito. 6 Lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y en la tarde de ese día toda la comunidad de Israel procederá a inmolarlo. 7 Untaréis luego con la sangre del animal las jambas y el dintel de la puerta de las casas en que se haya de comer. 8 En esa noche se comerá la carne asada al fuego, acompañada de hierbas amargas y panes sin levadura. 9 No comeréis nada crudo o cocido. Todo deberá estar asado al fuego: cabeza, patas y vísceras. 10 Nada dejaréis para el día siguiente; si queda algo, lo quemaréis. 11 Lo comeréis así: la túnica atada, las sandalias abrochadas y la vara en la mano; os lo comeréis a toda prisa. Es la Pascua del Señor.
12 Esa noche recorreré el país de Egipto para exterminar a todos sus primogénitos, tanto personas como animales. De este modo, yo, el Señor, daré un justo escarmiento a todos los dioses egipcios. 13 La sangre servirá de señal en las casas que habitáis: cuando yo vea la sangre pasaré de largo y no os alcanzará la plaga exterminadora con que castigaré a Egipto. 14 Ese será para vosotros un día memorable; en él celebraréis fiesta en honor del Señor, y esto quedará como institución perpetua para las generaciones futuras.
Salmo 149
Que Israel se regocije en su creador
149 ¡Aleluya!
Cantad al Señor un cántico nuevo,
alabadlo en la asamblea de los fieles.
2 Que Israel se regocije en su creador,
que los hijos de Sión se gocen en su rey.
3 Que alaben su nombre entre danzas,
que le canten con cítara y pandero,
4 porque el Señor ama a su pueblo,
a los humildes honra con la victoria.
5 Que los fieles exulten triunfantes,
que en sus lechos griten de alegría,
6 con himnos a Dios en sus gargantas
y espadas de dos filos en sus manos;
7 se vengarán así de las naciones,
castigarán a los pueblos,
8 apresarán a sus reyes con grilletes,
a sus poderosos con cadenas de hierro.
9 Se cumplirá de este modo la sentencia escrita,
y será un honor para todos sus fieles.
¡Aleluya!
Invitación al amor y a la buena conducta
8 Si con alguno tenéis deudas, que sean de amor, pues quien ama al prójimo ha cumplido la ley. 9 Porque el no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás y cualquier otro posible mandamiento se resume en estas palabras: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 10 El que ama no hace daño al prójimo; o sea, que el amor constituye la plenitud de la ley.
11 Conocéis, además, el momento especial en que vivimos: que ya es hora de despertar del sueño, pues nuestra salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando empezamos a creer. 12 La noche está avanzada, el día a punto de llegar. Así que renunciemos a las obras de las tinieblas y equipémonos con las armas de la luz. 13 Comportémonos con el decoro de quien vive en pleno día: nada de orgías ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de contiendas ni envidias. 14 Al contrario, revestíos de Jesucristo, el Señor, y no fomentéis las desordenadas apetencias de la humana naturaleza.
La corrección fraterna (Lc 17,3)
15 Si alguna vez tu hermano te ofende, ve a buscarlo y habla a solas con él para hacerle ver su falta. Si te escucha, ya te lo has ganado. 16 Si no quiere escucharte, insiste llevando contigo una o dos personas más, para que el asunto se resuelva en presencia de dos o tres testigos. 17 Si tampoco les hace caso a ellos, manifiéstalo a la comunidad. Y si ni siquiera a la comunidad hace caso, tenlo por pagano o recaudador de impuestos. 18 Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. 19 Algo os digo también: si dos de vosotros os ponéis de acuerdo, aquí en la tierra, para pedir cualquier cosa, mi Padre que está en el cielo os lo concederá. 20 Pues allí donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España