Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Segundo canto
La novia
8 ¡Oigo la voz de mi amado!
¡Ya lo veo venir!
Viene saltando por las colinas,
viene brincando por las montañas.
9 Mi amado es como un cabrito.
¡Allí está, tras el muro!
¡Se asoma por las ventanas,
me espía por las rejas!
10 Mi amado me dijo:
«Acompáñame, amada mía;
¡ven conmigo, bella mujer!
11 El invierno ya se ha ido;
las lluvias han terminado.
12 Ya hay flores en los campos;
ha llegado el tiempo de cantar.
¡El arrullo de las tórtolas
se escucha en nuestra tierra!
13 En las higueras hay higos,
y las flores de las viñas
esparcen suave aroma.
Acompáñame, amada mía;
¡ven conmigo, bella mujer!»
Jacob llega a Padán-aram
29 Jacob continuó su viaje y llegó al territorio que está al este de Canaán. 2 En el campo vio un pozo, del cual bebía agua el ganado. Junto al pozo descansaban tres rebaños de ovejas. El pozo estaba tapado con una gran piedra, 3 y sólo se les daba agua a las ovejas cuando todos los pastores habían reunido a sus rebaños. Después de eso, volvían a tapar el pozo. 4 Jacob se acercó a los pastores que allí estaban y les preguntó de dónde eran. Cuando le dijeron que eran de Harán, 5 volvió a preguntarles:
—¿Conocen ustedes a Labán, el nieto de Nahor?
—¡Claro que sí lo conocemos! —contestaron.
6 —¿Y está bien de salud? —insistió.
Ellos respondieron:
—Bastante bien. Por cierto que ahí viene su hija Raquel con sus ovejas.
7 Entonces Jacob les sugirió:
—¡Falta mucho para que se oculte el sol! Mejor denles agua a las ovejas y llévenlas a los pastos, pues todavía no es hora de encerrarlas.
8 Pero ellos respondieron:
—No debemos darles agua todavía. Siempre esperamos a que todos los rebaños estén juntos, para destapar el pozo y darles de beber.
9 Aún estaban hablando cuando Raquel, que también era pastora, llegó con las ovejas de su padre. 10-12 Entonces Jacob quitó la piedra del pozo, y les dio agua a las ovejas; luego besó a Raquel y se echó a llorar. Después le dijo que eran primos, porque Labán era hermano de Rebeca. Al oír esto, Raquel salió corriendo a contárselo a su padre.
13 En cuanto Labán supo que allí estaba Jacob, el hijo de su hermana, rápidamente salió a su encuentro y, luego de abrazarlo y besarlo, se lo llevó a su casa. Una vez allí, Jacob le contó lo que había pasado. 14 Entonces Labán dijo: «¡Tú eres parte de mi propia familia!»
Jacob se casa con Lía y con Raquel
Un mes después de la llegada de Jacob,
3 Vamos a ver: ¿Vale la pena ser judío? ¿Conviene circuncidarse? 2 ¡Claro que sí! Porque el mensaje de Dios se les dio a los judíos antes que a nadie. 3 Y aunque es verdad que algunos de ellos no hicieron caso del mensaje, eso no significa que Dios dejará de cumplirles todo lo que les prometió. 4 ¡De ninguna manera! Aunque todo el mundo miente, Dios siempre dice la verdad. Así lo dice la Biblia:
«Todos reconocerán
que siempre dices la verdad.
Por eso ganarás el pleito
cuando te acusen ante los jueces.»
5 Todo lo malo que hacemos demuestra que Dios es justo cuando se enoja y nos castiga. No por eso vamos a decir que Dios es injusto. 6 ¡De ninguna manera! Si Dios no fuera justo, ¿cómo podría decidir quiénes son malos y quiénes son buenos? 7-8 Alguien podría pensar que no merece ser castigado, ya que sus mentiras hacen que la verdad de Dios se vea con mayor claridad. En tal caso, podría alegarse que es mejor hacer lo malo, ya que Dios convierte lo malo en bueno. Pero no se equivoquen. Pensar así es un error. Además, no es eso lo que quiero enseñar, aunque algunos me acusan de hacerlo. En todo caso, Dios es justo, y castigará a esos mentirosos.
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