Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
41 Dios mío,
muéstrame tu amor y sálvame,
tal como lo has prometido.
42-43 Así podré responder a mis enemigos.
Permíteme hablar con la verdad,
pues confío en tu palabra.
44-45 Puedo andar con toda libertad
porque sigo tus enseñanzas,
y siempre las cumpliré.
46 En la presencia de reyes
podré hablar de tus mandamientos
y no sentirme avergonzado.
47-48 Yo amo y deseo tu palabra
pues me llena de alegría.
Abraham ruega por Sodoma
16 Los visitantes se levantaron para seguir su camino a la ciudad de Sodoma. Abraham los acompañó por un rato para despedirlos. 17 Pero Dios pensó:
«No puedo ocultarle a Abraham lo que voy a hacer, 18 porque sus descendientes formarán una nación grande y poderosa. Por medio de ellos todas las naciones de la tierra van a ser bendecidas. 19 Para eso lo elegí, para que les ordene a sus hijos y a toda su familia que me obedezcan, y que hagan lo que es bueno y justo. Si Abraham lo hace así, yo cumpliré con todo lo que le he prometido».
20 Entonces Dios le dijo a Abraham:
—Ya son muchas las quejas que hay en contra de Sodoma y Gomorra. Ya es mucho lo que han pecado. 21 Iré allá y veré con mis propios ojos si es verdad todo lo que me han dicho.
22 Los visitantes de Abraham se apartaron de allí y se fueron a Sodoma. Sin embargo, Abraham se quedó ante Dios, 23 y acercándose a él le dijo:
—No me digas que vas a matar a los buenos junto con los malos. 24 Supongamos que en la ciudad se encuentran cincuenta personas buenas. ¿No perdonarías, por esas cincuenta personas, a todos los que allí viven? 25 ¡Tú eres el juez de toda la tierra! ¡Tú no puedes matar a los que hacen lo bueno junto con los que hacen lo malo! ¡Tú eres un Dios justo!
26 Y Dios le contestó:
—Si encuentro en Sodoma cincuenta personas buenas, por ellas perdonaré a toda la ciudad.
27 Pero Abraham volvió a decir:
—Dios mío, perdona mi atrevimiento de hablar contigo, pues ante ti no soy nada. 28 Pero, ¿qué pasará si en toda la ciudad sólo hay cuarenta y cinco personas buenas? ¿Destruirás de todos modos la ciudad?
Dios respondió:
—Si encuentro esas cuarenta y cinco personas, no la destruiré.
29 Una vez más, Abraham dijo:
—¿Y qué tal si sólo encuentras cuarenta?
Dios le aseguró:
—Por esos cuarenta, no destruiré la ciudad.
30 Pero Abraham insistió:
—Dios mío, no te enojes conmigo si sigo hablando; pero, ¿qué pasará si no hay más que treinta personas buenas?
Y Dios le dijo:
—Si encuentro esas treinta personas, no destruiré la ciudad.
31 Abraham volvió a insistir:
—Dios mío, realmente soy muy atrevido, pero ¿si sólo se encuentran veinte?
Dios respondió:
—Hasta por esos veinte, no destruiré la ciudad.
32 De nuevo dijo Abraham:
—Yo te ruego, Dios mío, que no te enojes conmigo, pero sólo insistiré una vez más. ¿Y qué tal si sólo se encuentran diez?
Y Dios le aseguró:
—Por esos diez, no destruiré la ciudad.
33 Luego de hablar con Abraham, Dios se fue de allí. Abraham, por su parte, regresó a su tienda de campaña.
Los discípulos arrancan espigas de trigo
12 Un sábado, Jesús y sus discípulos andaban por un campo sembrado de trigo. Los discípulos tuvieron hambre y comenzaron a arrancar espigas y a comerse el grano.[a]
2 Cuando los fariseos vieron que los discípulos arrancaban trigo, le dijeron a Jesús:
—¡Mira lo que hacen tus discípulos! ¡Está prohibido hacer eso en el día de descanso!
3 Jesús les respondió:
—¿No han leído en la Biblia lo que hizo el rey David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre? 4 Entraron en la casa de Dios y comieron el pan sagrado. Ni a David ni a sus compañeros les estaba permitido comer ese pan. Sólo los sacerdotes podían comerlo. 5 ¿Tampoco han leído los libros de la ley de Moisés? ¿No saben que los sacerdotes pueden trabajar en el templo en el día de descanso, sin que nadie los acuse de nada? 6 Pues les aseguro que aquí hay algo más importante que el templo. 7 Ustedes no entienden esto que Dios dijo: “No quiero que me sacrifiquen animales, sino que amen y ayuden a los demás”. Si lo entendieran, no estarían acusando a gente inocente. 8 Porque yo, el Hijo del hombre, soy quien decide lo que puede hacerse en el día de descanso, y lo que no puede hacerse.
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