Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
4 El Señor DIOS me enseñó lo que tengo que decir.
Así que sé qué decir para darle ánimo al débil.
Cada mañana él me despierta,
afina mi oído para escuchar como los que estudian.
5 El Señor DIOS ha abierto mi oído
y yo no fui rebelde,
no me eché para atrás.
6 No opuse resistencia a los que me golpeaban la espalda;
dejé que me arrancaran la barba.
Les puse la cara
a los que me insultaban y escupían.
7 El Señor DIOS me ayuda,
y los insultos no me hieren.
Por eso me mantendré firme,
y sé que no seré avergonzado.
8 Ya viene el que demostrará que tengo razón.
¿Me va a demandar alguien?
Presentémonos juntos al tribunal.
¿Quién me va a acusar?
Que venga y hagamos un careo.
9 Miren, el Señor DIOS me está ayudando.
¿Quién se atreverá a condenarme?
Todos ellos se desgastarán como un vestido;
serán comidos por la polilla.
No tardes en venir
(Sal 40:13-17)
Al director. Canción de David. Para conmemorar.
1 ¡Dios mío, apresúrate a rescatarme!
SEÑOR, ven pronto a ayudarme.
2 Que los que buscan destruirme
terminen sintiéndose avergonzados y humillados.
Que los que me desean el mal
se retiren sin lograr nada.
3 Que los que se burlan de mí
retrocedan avergonzados.
4 Pero que los que buscan tu ayuda
encuentren la felicidad.
Que todos los que te aman puedan decir:
«¡Qué grande es Dios!»
5 Dios mío, ven pronto y ayúdame,
que soy pobre y humilde.
SEÑOR, tú eres quien me salva y me protege.
Por favor no tardes en venir.
Fortaleza en medio del sufrimiento
12 Fijémonos entonces que nos rodean muchísimas personas que demostraron su fe. Corramos sin fallar la carrera que tenemos por delante. Quitemos de nuestra vida cualquier cosa que nos impida avanzar, especialmente el pecado que nos hace caer tan fácilmente. 2 Fijemos nuestra mirada en Jesús, en quien la fe empieza y termina. En vez del gozo que podía haber tenido, sufrió la muerte en la cruz y aceptó la humillación como si no fuera nada. Después se sentó a la derecha del trono de Dios. 3 Si alguna vez se sienten desfallecidos y agobiados, piensen en Jesús, quien soportó pacientemente el maltrato de parte de los pecadores.
Jesús dice quién estará en contra suya
(Mt 26:20-25; Mr 14:17-21; Lc 22:21-23)
21 Después de haber dicho esto, Jesús se entristeció profundamente y declaró:
—Les digo la verdad: uno de ustedes me traicionará.
22 Sus seguidores empezaron a mirarse unos a otros, sin tener idea acerca de quién estaba hablando. 23 Al lado de Jesús estaba el seguidor a quien Jesús amaba. 24 Entonces Simón Pedro le hizo señas para que le preguntara a Jesús de quién estaba hablando. 25 Este seguidor se acercó aun más a Jesús para preguntarle:
—Señor, ¿quién es?
26 Jesús le respondió:
—Voy a mojar pan en el plato. Después lo daré al que me va a traicionar.
Lo tomó y se lo entregó a Judas Iscariote, el hijo de Simón. 27 En cuanto Judas recibió el pan, Satanás entró en él. Jesús le dijo:
—Haz rápido lo que vas a hacer.
28 Pero ninguno de los que estaban comiendo con él supo por qué le había dicho esto. 29 Como Judas era el encargado del dinero, algunos pensaron que Jesús quería que comprara algo para la fiesta. Otros pensaron que quería que diera algo a los pobres. 30 Al recibir el pan, Judas se fue inmediatamente. Ya era de noche.
Jesús habla sobre su muerte
31 Después de que Judas se fue, Jesús dijo:
—Ahora el Hijo del hombre recibe honra. Dios también recibe honra a través del Hijo del hombre. 32 Si Dios recibe honra a través de él, entonces le dará honra al Hijo del hombre a través de sí mismo, y lo hará muy pronto.
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