Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
El retoño de Isaí
11 Del tronco de Isaí brotará un retoño;
un renuevo nacerá de sus raíces.
2 El Espíritu del Señor reposará sobre él:
Espíritu de sabiduría y de entendimiento,
Espíritu de consejo y de poder,
Espíritu de conocimiento y de temor del Señor.
3 Él se deleitará en el temor del Señor.
No juzgará según las apariencias
ni decidirá por lo que oiga decir,
4 sino que juzgará con justicia a los necesitados,
y dará un fallo justo en favor de los pobres de la tierra.
Herirá la tierra con la vara de su boca;
matará al malvado con el aliento de sus labios.
5 La justicia será el cinto de sus lomos
y la fidelidad, el ceñidor de su cintura.
6 El lobo vivirá con el cordero,
el leopardo se echará con el cabrito,
juntos andarán el ternero y el cachorro de león
y un niño pequeño los guiará.
7 La vaca pastará con la osa,
sus crías se echarán juntas
y el león comerá paja como el buey.
8 Jugará el niño de pecho junto a la cueva de la cobra
y el recién destetado meterá la mano en el nido de la víbora.
9 No harán ningún daño ni estrago
en todo mi monte santo,
porque se llenará la tierra con el conocimiento del Señor
así como las aguas cubren los mares.
10 En aquel día se alzará la raíz de Isaí como bandera de los pueblos; hacia él correrán las naciones, y glorioso será el lugar donde repose.
De Salomón.
72 Oh Dios, concede tus juicios al rey
y tu justicia al hijo del rey.
2 Así juzgará con justicia a tu pueblo
y con juicios justos a tus pobres.
3 Brindarán los montes la paz al pueblo
y las colinas, la justicia.
4 El rey defenderá la causa de los pobres del pueblo,
salvará a los necesitados
y aplastará a los opresores.
5 Que viva el rey[a] como el sol y como la luna,
a través de las generaciones.
6 Que sea como la lluvia que cae sobre un campo segado,
como los aguaceros que empapan la tierra.
7 Que en sus días florezca la justicia,
y que abunde la paz,
hasta que la luna deje de existir.
18 Bendito sea Dios el Señor,
el Dios de Israel,
el único que hace obras portentosas.
19 Bendito sea por siempre su glorioso nombre;
¡que toda la tierra se llene de su gloria!
Amén y amén.
4 De hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza.
5 Que el Dios que infunde aliento y perseverancia les conceda vivir juntos en armonía, conforme al ejemplo de Cristo Jesús, 6 para que con un solo corazón y a una sola voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
7 Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios. 8 Les digo que Cristo se hizo servidor de los judíos[a] para demostrar la fidelidad de Dios, a fin de confirmar las promesas hechas a los patriarcas, 9 y para que los no judíos glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito:
«Por eso te alabaré entre las naciones;
cantaré salmos a tu nombre».[b]
10 En otro pasaje dice:
«Alégrense, naciones, con el pueblo de Dios».[c]
11 Y en otra parte:
«¡Alaben al Señor, naciones todas!
¡Pueblos todos, cántenle alabanzas!».[d]
12 A su vez, Isaías afirma:
«Brotará la raíz de Isaí,
el que se levantará para gobernar a las naciones;
en él los pueblos pondrán su esperanza».[e]
13 Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Juan el Bautista prepara el camino(A)
3 En aquellos días se presentó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea. 2 Decía: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca». 3 Juan era aquel de quien había escrito el profeta Isaías:
«Voz de uno que grita en el desierto:
“Preparen el camino para el Señor,
háganle sendas derechas”».[a]
4 La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello. Llevaba puesto un cinturón de cuero y se alimentaba de langostas y miel silvestre. 5 Acudía a él la gente de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región del Jordán. 6 Cuando confesaban sus pecados, él los bautizaba en el río Jordán.
7 Pero al ver que muchos fariseos y saduceos llegaban adonde él estaba bautizando, dijo: «¡Camada de víboras! ¿Quién les advirtió que huyeran del castigo que se acerca? 8 Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento. 9 No piensen que podrán decir: “Tenemos a Abraham por padre”. Porque les digo que aun de estas piedras Dios es capaz de darle hijos a Abraham. 10 El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles y todo árbol que no produzca buen fruto será cortado y arrojado al fuego.
11 »Yo los bautizo a ustedes con[b] agua como señal de su arrepentimiento. Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. 12 Tiene el aventador en la mano y limpiará su era recogiendo el trigo en su granero. La paja, en cambio, la quemará con fuego que nunca se apagará».
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