Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Alabad al Señor por su justicia
Salmo.
98 Cantad al Señor un cántico nuevo(A),
porque ha hecho maravillas(B),
su diestra(C) y su santo brazo(D) le han dado la victoria[a].
2 El Señor ha dado a conocer su salvación;
a la vista de las naciones ha revelado su justicia[b](E).
3 Se ha acordado de su misericordia y de su fidelidad(F) para con la casa de Israel;
todos los términos de la tierra(G) han visto la salvación de nuestro Dios.
10 El día veinticuatro del mes noveno, en el año segundo de Darío, vino la palabra del Señor al profeta Hageo(A), diciendo: 11 Así dice el Señor de los ejércitos: «Pide ahora instrucción[a](B) a los sacerdotes[b]: 12 “Si alguno lleva carne consagrada en la falda[c] de su vestidura, y toca con su falda[d] pan, alimento cocido, vino, aceite o cualquier otro alimento, ¿quedará este consagrado(C)?”». Y los sacerdotes respondieron, y dijeron: No. 13 Y dijo Hageo: Si alguno, inmundo por el contacto con un cadáver[e], toca cualquiera de estas cosas, ¿quedará inmunda? Respondieron los sacerdotes, y dijeron: Quedará inmunda(D). 14 Entonces volvió a hablar Hageo y dijo: «Así es este pueblo y así es esta nación delante de mí» —declara el Señor— «y así es toda obra de sus manos; y lo que aquí ofrecen, inmundo es(E). 15 Ahora pues, considerad bien[f] esto de hoy en adelante[g](F): antes que se pusiera piedra sobre piedra en el templo del Señor(G), 16 desde aquel tiempo[h], venía alguno a un montón de veinte medidas, y había solo diez; venía alguno al lagar para sacar cincuenta cántaros, y había solo veinte. 17 Os herí con viento abrasador, con añublo y con granizo en toda obra de vuestras manos(H); pero ninguno de vosotros se volvió a mí[i]» —declara el Señor. 18 «Pero considerad bien[j] esto desde hoy en adelante[k](I), desde el día veinticuatro del mes noveno(J); desde el día en que se pusieron los cimientos del templo del Señor(K), considerad bien[l]: 19 ¿Está todavía la semilla en el granero? Todavía la vid, la higuera, el granado y el olivo no han dado fruto; pero desde hoy yo os bendeciré(L)».
Testigos de la gloria de Cristo
16 Porque cuando os dimos a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo(A), no seguimos fábulas ingeniosamente inventadas(B), sino que fuimos testigos oculares de su majestad(C). 17 Pues cuando Él recibió honor y gloria de Dios Padre, la majestuosa Gloria(D) le hizo esta declaración[a](E): Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; 18 y nosotros mismos escuchamos esta declaración[b], hecha desde el cielo cuando estábamos con Él en el monte santo(F).
La palabra profética
19 Y así tenemos la palabra profética(G) más segura[c](H), a la cual hacéis bien en prestar atención como a una lámpara(I) que brilla en el lugar oscuro, hasta que el día despunte(J) y el lucero de la mañana(K) aparezca en vuestros corazones(L). 20 Pero ante todo sabed esto(M), que ninguna profecía(N) de la Escritura es asunto de interpretación personal, 21 pues ninguna profecía fue dada[d] jamás por un acto de voluntad humana(O), sino que hombres inspirados[e] por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios[f](P).
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