Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Himno a Dios por su poderosa liberación
Para el director del coro. Cántico. Salmo.
66 Aclamad con júbilo a Dios, toda la tierra(A);
2 cantad la gloria de su nombre(B);
haced gloriosa su alabanza(C).
3 Decid a Dios: ¡Cuán portentosas son tus obras(D)!
Por la grandeza de tu poder, tus enemigos fingirán obedecerte[a](E).
4 Toda la tierra te adorará(F),
y cantará alabanzas a ti(G),
cantará alabanzas a tu nombre. (Selah[b])
5 Venid y ved las obras de Dios(H),
admirable[c] en sus hechos(I) a favor de los hijos de los hombres.
6 Convirtió el mar en tierra seca(J);
cruzaron el río a pie(K);
regocijémonos allí en Él(L).
7 Él domina con su poder para siempre(M);
sus ojos velan sobre las naciones(N);
no se enaltezcan los rebeldes(O). (Selah)
8 Bendecid, oh pueblos, a nuestro Dios,
y haced oír la voz de su alabanza(P).
9 Él es quien nos guarda con vida[d](Q),
y no permite que nuestros pies resbalen[e](R).
10 Porque tú nos has probado(S), oh Dios;
nos has refinado como se refina la plata(T).
11 Nos metiste en la red(U);
carga pesada pusiste sobre nuestros lomos.
12 Hiciste cabalgar hombres sobre nuestras cabezas(V);
pasamos por el fuego y por el agua(W),
pero tú nos sacaste a un lugar de abundancia(X).
Falsa profecía de Hananías
28 Y sucedió que el mismo año, al principio del reinado de Sedequías, rey de Judá(A), en el año cuarto, en el mes quinto, el profeta Hananías(B), hijo de Azur, que era de Gabaón(C), me habló en la casa del Señor en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo, diciendo: 2 Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: «He quebrado el yugo del rey de Babilonia(D). 3 Dentro de dos años haré volver a este lugar todos los utensilios de la casa del Señor, que Nabucodonosor, rey de Babilonia, tomó de este lugar y llevó a Babilonia(E). 4 Y a Jeconías, hijo de Joacim, rey de Judá(F), y a todos los desterrados(G) de Judá que fueron a Babilonia, yo los haré volver a este lugar(H)» —declara el Señor— «porque romperé el yugo del rey de Babilonia(I)».
5 El profeta Jeremías respondió al profeta Hananías en presencia de los sacerdotes y en presencia de todo el pueblo(J) que estaba de pie en la casa del Señor; 6 y el profeta Jeremías dijo: Amén, así lo haga el Señor(K). Confirme[a] el Señor tus palabras, que has profetizado para que sean devueltos los utensilios de la casa del Señor y vuelvan todos los desterrados de Babilonia a este lugar. 7 Pero oye ahora esta palabra(L) que voy a hablar a tus oídos y a oídos de todo el pueblo: 8 Los profetas que fueron antes de mí y antes de ti desde la antigüedad, profetizaron guerra, calamidad y pestilencia contra muchas tierras(M) y contra grandes reinos. 9 Si un profeta[b] profetiza paz, cuando la palabra del profeta se cumpla, entonces ese profeta será conocido como el que el Señor en verdad ha enviado(N). 10 Entonces el profeta Hananías quitó el yugo del cuello del profeta Jeremías(O) y lo rompió. 11 Y Hananías habló en presencia de todo el pueblo, diciendo: Así dice el Señor(P): «De esta manera romperé el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, dentro de dos años, del cuello de todas las naciones». Y el profeta Jeremías se fue por su camino.
12 Entonces vino a Jeremías la palabra del Señor(Q), después que Hananías había roto el yugo del cuello del profeta Jeremías, diciendo: 13 Ve y habla a Hananías, diciendo: «Así dice el Señor: “Has roto yugos de madera, pero en su lugar harás yugos de hierro(R)”. 14 Porque así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: “Yugo de hierro he puesto sobre el cuello de todas estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilonia(S), y le servirán(T). Y le he dado también las bestias del campo(U)”». 15 Y el profeta Jeremías dijo al profeta Hananías: Escucha ahora, Hananías, el Señor no te ha enviado, y tú has hecho que este pueblo confíe en una mentira(V). 16 Por tanto, así dice el Señor: «He aquí, te voy a quitar[c] de sobre la faz de la tierra(W). Este año morirás, porque has aconsejado[d](X) la rebelión contra el Señor(Y)». 17 Y murió el profeta Hananías aquel mismo año, en el mes séptimo.
Curación de un leproso
12 (A)Y aconteció que estando Jesús[a] en una de las ciudades, he aquí, había allí un hombre lleno de lepra; y cuando vio a Jesús, cayó sobre su rostro y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. 13 Extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra lo dejó. 14 Y Él le mandó que no se lo dijera a nadie. Pero anda —le dijo—, muéstrate al sacerdote(B) y da una ofrenda[b] por tu purificación según lo ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio. 15 Y su fama[c] se difundía cada vez más(C), y grandes multitudes se congregaban para oírle y ser sanadas de sus enfermedades. 16 Pero con frecuencia Él se retiraba a[d] lugares solitarios y oraba(D).
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