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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
La Palabra (España) (BLP)
Version
Salmos 126

Salmo 126 (125)

El Señor ha hecho maravillas por nosotros

126 Cántico de peregrinación.
Cuando el Señor hizo renacer a Sión,
creíamos estar soñando.
Entonces nuestra boca se llenó de sonrisas,
nuestra lengua de canciones.
Los otros pueblos decían:
“El Señor ha hecho maravillas por ellos”.
El Señor ha hecho maravillas por nosotros
y estamos alegres.
Señor, haznos renacer
como a torrentes del Négueb.
Los que siembran entre lágrimas,
cosecharán entre cánticos.
Al ir, va llorando
el que lleva las semillas;
pero volverá entre cantos
trayendo sus gavillas.

Isaías 43:8-15

Israel, testigo del Señor

Saca al pueblo ciego, aunque tiene ojos,
a esos sordos, aunque tienen oídos.
Que se reúnan todos los pueblos,
que se junten todas las naciones.
¿Quién de ellos puede decir esto,
hablarnos de cosas pasadas?
Que traigan sus testigos y se justifiquen,
que sean oídos y se diga: “Es cierto”.
10 Vosotros sois mis testigos
—oráculo del Señor—,
mi siervo, a quien he elegido,
para que comprendáis y creáis en mí,
para que entendáis que yo soy.
Antes de mí no fue formado ningún dios,
y ninguno habrá después de mí.
11 Yo, yo soy el Señor;
no hay salvador fuera de mí.
12 Yo lo predije, yo salvé y lo hice saber,
sin que tuvierais un dios extranjero.
Y vosotros sois mis testigos
—oráculo del Señor—.
Yo soy Dios, 13 desde siempre lo soy,
y no hay quien libre de mi mano.
¿Quién puede cambiar lo que hago?

La salvación renovada

14 Así dice el Señor,
vuestro redentor, el Santo de Israel:
Por vosotros envío gente contra Babilonia
y arranco los cerrojos de vuestra prisión;
la alegría de los caldeos cambia en llanto.
15 Yo soy el Señor, vuestro Santo,
el creador de Israel, vuestro rey.

Filipenses 2:25-3:1

25 Entre tanto, me ha parecido necesario enviaros al hermano Epafrodito, colaborador y compañero mío de lucha, que vino como embajador vuestro con la misión de socorrerme. 26 Os echaba mucho de menos y estaba inquieto sabiendo que os habíais enterado de su enfermedad. 27 Es cierto que estuvo enfermo y a las puertas de la muerte; pero Dios se apiadó de él, y no sólo de él, sino también de mi, no queriendo añadir más tristeza a mi tristeza.

28 Así que me he apresurado a enviároslo para que, al verlo de nuevo, recobréis vuestra alegría y disminuya mi preocupación. 29 Acogedlo, pues, en el Señor, con alegría y estimad a quienes se portan como él; 30 pues, en efecto, por causa de Cristo ha estado a punto de morir, arriesgando su vida para suplir la ayuda que vosotros no podíais prestarme.

II.— ADVERTENCIAS Y EXHORTACIONES (3,1—4,9)

La verdadera fuente de salvación

Por lo demás, hermanos míos, alegraos en el Señor. No me molesta escribiros las mismas cosas, si a vosotros os proporciona seguridad.

La Palabra (España) (BLP)

La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España