Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Vanidad de la vida
Para el director del coro, para Jedutún[a]. Salmo de David.
39 Yo dije: Guardaré mis caminos(A),
para no pecar con mi lengua(B);
guardaré mi boca como con mordaza(C),
mientras el impío esté en mi presencia.
2 Enmudecí y callé[b](D);
guardé silencio aun acerca de lo bueno,
y se agravó mi dolor[c].
3 Ardía mi corazón dentro de mí(E);
mientras meditaba, se encendió[d] el fuego;
entonces dije con mi lengua:
4 Señor, hazme saber mi fin(F),
y cuál es la medida de mis días,
para que yo sepa cuán efímero[e] soy(G).
5 He aquí, tú has hecho mis días muy breves[f](H),
y mi existencia es como nada delante de ti(I);
ciertamente todo hombre, aun en la plenitud de su vigor[g], es solo un soplo[h](J). (Selah[i])
6 Sí, como una sombra[j] anda el hombre(K);
ciertamente en vano se afana[k](L);
acumula riquezas, y no sabe quién las recogerá(M).
7 Y ahora, Señor, ¿qué espero?
En ti está mi esperanza(N).
8 Líbrame de todas mis transgresiones(O);
no me hagas la burla[l] de los necios(P).
9 Mudo me he quedado(Q), no abro la boca,
porque tú eres el que ha obrado(R).
10 Quita de mí tu plaga(S);
por la dureza de tu mano estoy pereciendo[m](T).
11 Con castigos corriges al hombre por su iniquidad(U);
como la polilla, consumes lo que es más precioso para él(V);
ciertamente, todo hombre es solo un soplo(W). (Selah)
Consecuencias por violar el pacto
11 La palabra que vino a Jeremías de parte del Señor, diciendo: 2 Oíd las palabras de este pacto(A), y decidlas a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén(B). 3 Les diréis: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Maldito el hombre que no obedezca las palabras de este pacto(C) 4 que mandé a vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto(D), del horno de hierro(E), diciéndoles: ‘Escuchad mi voz, y haced[a] conforme a todo lo que yo os mando(F); y vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios(G)’, 5 para confirmar el juramento que juré a vuestros padres, de darles una tierra que mana leche y miel(H), como lo es hoy”». Entonces respondí y dije: Amén, Señor(I).
6 Y el Señor me dijo: Proclama todas estas palabras(J) en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén(K), diciendo: «Oíd las palabras de este pacto y cumplidlas(L). 7 Porque bien advertí(M) a vuestros padres el día que los hice subir de la tierra de Egipto(N), y hasta hoy los he amonestado con insistencia[b], diciéndoles: “Escuchad mi voz(O)”. 8 Pero no escucharon ni inclinaron su oído, sino que cada cual anduvo en la terquedad de su malvado corazón(P). Por tanto, hice caer sobre ellos todas las palabras de este pacto, que yo les mandé cumplir y no lo cumplieron(Q)».
9 Entonces el Señor me dijo: Se ha descubierto una conspiración(R) entre los hombres de Judá y entre los habitantes de Jerusalén. 10 Se han vuelto a las iniquidades de sus antepasados[c], los cuales rehusaron escuchar mis palabras(S), y se han ido tras otros dioses para servirlos(T). La casa de Israel y la casa de Judá han violado mi pacto(U), el cual hice con sus padres. 11 Por tanto, así dice el Señor: He aquí, traigo sobre ellos una calamidad(V) de la que no podrán escapar(W); aunque clamen a mí, no los escucharé(X). 12 Entonces irán las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén, y clamarán a los dioses a quienes queman incienso(Y), pero ellos ciertamente no podrán salvarlos en la hora de su aflicción. 13 Porque según el número de tus ciudades son tus dioses, oh Judá, y según el número de las calles de Jerusalén(Z), son los altares que has levantado a lo vergonzoso(AA), altares para quemar incienso a Baal(AB).
14 Pero tú no ruegues por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración; porque no escucharé(AC) cuando clamen a mí a causa de su aflicción(AD).
15 ¿Qué derecho tiene[d] mi amada en mi casa
cuando ha hecho tantas vilezas(AE)?
¿Puede la carne consagrada quitar de ti tu calamidad(AF)
para[e] que puedas regocijarte?
16 Olivo frondoso(AG), hermoso en fruto y forma,
te puso por nombre el Señor.
Con ruido de un gran estrépito(AH)
ha prendido fuego en él,
y sus ramas son inservibles(AI).
17 El Señor de los ejércitos, que te plantó(AJ), ha decretado una calamidad contra ti a causa de la maldad que la casa de Israel y la casa de Judá(AK) han hecho[f], provocándome al ofrecer sacrificios[g] a Baal(AL).
Con Dios no hay parcialidad
2 Por lo cual no tienes excusa(A), oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas, pues al juzgar a otro, a ti mismo te condenas, porque tú que juzgas practicas las mismas cosas(B). 2 Y sabemos que el juicio de Dios justamente cae sobre[a] los que practican tales cosas. 3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que condenas a los que practican tales cosas y haces lo mismo(C), que escaparás al juicio de Dios? 4 ¿O tienes en poco las riquezas(D) de su bondad(E), tolerancia(F) y paciencia(G), ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento(H)? 5 Mas por causa de[b] tu terquedad y de tu corazón no arrepentido, estás acumulando(I) ira para ti en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios(J), 6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras(K): 7 a los que por la perseverancia en hacer el bien(L) buscan gloria, honor(M) e inmortalidad(N): vida eterna(O); 8 pero a los que son ambiciosos(P) y no obedecen a la verdad(Q), sino que obedecen a la injusticia: ira e indignación. 9 Habrá tribulación y angustia(R) para[c] toda alma humana que hace lo malo, el judío primeramente(S) y también el griego; 10 pero gloria y honor(T) y paz para todo el que hace lo bueno, al judío primeramente, y también al griego(U). 11 Porque en Dios no hay acepción de personas(V).
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