Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
5 Así dice el Señor:
«¡Maldito aquel que confía en los hombres,
que se apoya en fuerzas humanas
y aparta su corazón del Señor!
6 Será como una zarza en el desierto:
no se dará cuenta cuando llegue el bien.
Morará en la sequedad del desierto,
en tierras de sal, donde nadie habita.
7 »Bendito el hombre que confía en el Señor
y pone su confianza en él.
8 Será como un árbol plantado junto al agua
que extiende sus raíces hacia la corriente;
no teme que llegue el calor
y sus hojas están siempre verdes.
En época de sequía no se angustia
y nunca deja de dar fruto».
9 Nada hay tan engañoso como el corazón.
No tiene remedio.
¿Quién puede comprenderlo?
10 «Yo, el Señor, sondeo el corazón
y examino los pensamientos,
para darle a cada uno según sus acciones
y según el fruto de sus obras».
Libro I(A)
1 Dichoso es quien
no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los burladores,
2 sino que en la Ley del Señor se deleita
y día y noche medita en ella.
3 Es como el árbol plantado a la orilla de un río
que, cuando llega su tiempo, da fruto
y sus hojas jamás se marchitan.
Todo cuanto hace prospera.
4 En cambio, los malvados
son como paja arrastrada por el viento.
5 Por eso no se sostendrán los malvados en el juicio
ni los pecadores en la asamblea de los justos.
6 Porque el Señor cuida el camino de los justos,
mas la senda de los malvados lleva a la perdición.
La resurrección de los muertos
12 Ahora bien, si se predica que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos de ustedes que no hay resurrección? 13 Si no hay resurrección, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado. 14 Y si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como tampoco la fe de ustedes. 15 Aún más, resultaríamos falsos testigos de Dios por haber testificado que Dios resucitó a Cristo, lo cual no habría sucedido si en verdad los muertos no resucitan. 16 Porque, si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado. 17 Y si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es ilusoria y todavía están en sus pecados. 18 En este caso, también están perdidos los que murieron en Cristo. 19 Si la esperanza que tenemos en Cristo fuera solo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales.
20 Lo cierto es que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, como primicias de los que murieron.
Bendiciones y lamentos(A)
17 Luego bajó con ellos y se detuvo en un llano. Había allí una gran multitud de sus discípulos y mucha gente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y Sidón, 18 que habían llegado para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades. Los que eran atormentados por espíritus malignos quedaban liberados; 19 así que toda la gente procuraba tocarlo, porque de él salía poder que sanaba a todos.
20 Él entonces dirigió la mirada a sus discípulos y dijo:
«Dichosos ustedes los pobres,
porque el reino de Dios les pertenece.
21 Dichosos ustedes que ahora pasan hambre,
porque serán saciados.
Dichosos ustedes que ahora lloran,
porque luego habrán de reír.
22 Dichosos serán ustedes cuando los odien,
cuando los discriminen, los insulten y los desprestigien[a]
por causa del Hijo del hombre.
23 »Alégrense en aquel día y salten de gozo, pues miren que les espera una gran recompensa en el cielo. Dense cuenta de que los antepasados de esta gente trataron así a los profetas.
24 »Pero ¡ay de ustedes los ricos,
porque ya han recibido su consuelo!
25 ¡Ay de ustedes los que ahora están saciados,
porque sabrán lo que es pasar hambre!
¡Ay de ustedes los que ahora ríen,
porque sufrirán y llorarán!
26 ¡Ay de ustedes cuando todos los elogien!
Dense cuenta de que los antepasados de esta gente trataron así a los falsos profetas.
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