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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Nehemías 8:1-3

Esdras lee la ley

Todo el pueblo de Israel se reunió en la plaza frente a la puerta de las Aguas. Le pidieron al maestro Esdras que trajera el libro de la ley de Moisés que el SEÑOR le había entregado al pueblo de Israel para que lo obedeciera. Entonces el sacerdote Esdras llevó el libro de la ley ante la multitud que estaba compuesta por hombres, mujeres y niños capaces de escuchar y entender. Era el primer día[a] del séptimo mes del año. Desde el amanecer hasta el mediodía, Esdras leyó el libro de la ley en la plaza frente a la puerta de las Aguas. Todos los hombres y mujeres que estaban escuchando prestaron mucha atención a la lectura del libro.

Nehemías 8:5-6

Esdras abrió el libro ante los ojos de todos, ya que él estaba parado sobre una torre. Cuando abrió el libro, todos se pusieron de pie. Esdras bendijo al SEÑOR, el gran Dios y todos con las manos levantadas respondieron: «Así sea, así sea». Todos se postraron rostro en tierra y alabaron al SEÑOR.

Nehemías 8:8-10

Ellos leyeron el libro de la ley de Dios y explicaron parte por parte lo que significaba para que todos pudieran entender. El gobernador Nehemías, el sacerdote y maestro Esdras, y los levitas que estaban enseñando dijeron a todos: «Este día es sagrado[a] para el SEÑOR, su Dios. No lloren ni estén tristes». Esto lo decían porque todo el pueblo lloraba escuchando las palabras de Dios en la ley. 10 Esdras les dijo: «Vayan, coman una cena, beban vino dulce y denle una parte a aquellos que no tienen nada preparado porque este día es sagrado para nuestro SEÑOR. No estén tristes porque la alegría en el SEÑOR es su fortaleza».

Salmos 19

La creación habla de Dios

Al director. Canción de David.

Los cielos cuentan la gloria de Dios
    y el firmamento declara lo que sus manos han hecho.
Un día le cuenta a otro este mensaje
    y cada noche a la siguiente.
No se escucha lenguaje ni palabras,
    ni se emite una voz que podamos oír.
Sin embargo, su voz atraviesa el mundo entero,
    sus palabras llegan al último rincón de la tierra.

Dios le ha dado al sol el cielo como hogar.
    Y como cuando sale un novio de la alcoba nupcial,
o como cuando un atleta se dispone a recorrer su camino
    así sale feliz el sol para hacer su recorrido.
Comienza su carrera en un punto del cielo
    y hace todo su recorrido hasta llegar al final;
    nada en la tierra puede escapar de su calor.

La enseñanza del SEÑOR es perfecta,
    reconforta el ánimo.
Lo que dice el SEÑOR en su pacto es seguro,
    ayuda a los ignorantes a volverse sabios.
Las leyes del SEÑOR son justas,
    hacen feliz a la gente.
Los mandamientos del SEÑOR son buenos,
    le muestran a la gente el camino correcto a seguir.

El mandato de respetar al SEÑOR es puro;
    permanece para siempre.
Las decisiones del SEÑOR son siempre justas;
    absolutamente correctas.
10 Sus enseñanzas valen más que el oro puro;
    son más dulces que la miel recién salida del panal.
11 Tus enseñanzas previenen de todo peligro a quienes te respetan.
    Los que te obedecen serán recompensados.

12 ¿Quién puede darse cuenta de absolutamente todos sus errores?
    Así que te pido que me ayudes a no cometer pecados sin darme cuenta.
13 Protégeme de la soberbia;
    no dejes que la soberbia gobierne mi vida.
Sólo así podré estar puro
    y libre de toda culpa.
14 SEÑOR, tú eres mi roca;
    eres quien me salva.
Deseo que te complazca
    todo lo que digo y pienso.

1 Corintios 12:12-31

El cuerpo de Cristo

12 Nuestro cuerpo tiene muchas partes, pero todas esas partes forman un solo cuerpo. Lo mismo sucede con Cristo: 13 ya sea judíos o no[a], esclavos o libres, todos hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para formar parte de un solo cuerpo; a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu.

14 El cuerpo humano no está hecho de una sola parte, sino de muchas. 15 Si el pie dijera: «Como no soy mano, entonces no formo parte del cuerpo», no por eso dejaría de formar parte de él. 16 Si el oído dijera: «Como no soy ojo, entonces no formo parte del cuerpo», no por eso dejaría de formar parte de él. 17 Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿cómo podría oír? Si todo el cuerpo fuera oído, ¿cómo podría oler? 18 Dios puso todas y cada una de las partes del cuerpo como él quiso. 19 Si todas las partes fueran la misma, entonces no sería cuerpo. 20 Por eso hay muchas partes, pero un solo cuerpo.

21 El ojo no puede decirle a la mano: «No te necesito». Tampoco la cabeza puede decirle a los pies: «No los necesito». 22 Al contrario, todas las partes del cuerpo, hasta las más sencillas, son muy importantes y necesarias. 23 Y las partes del cuerpo que menos apreciamos, son las que tratamos con más cuidado. Las partes que no queremos mostrar son las que tratamos con más modestia. 24 Las partes más presentables no requieren que las cuidemos tanto, pero Dios ha unido todo el cuerpo de manera que las partes menos apreciadas reciban más honor. 25 Dios lo hizo así para que nuestro cuerpo no esté dividido, para que cada parte del cuerpo se preocupe por cuidar de las demás. 26 Si una parte sufre, todas sufren. Igualmente, si una parte recibe honor, todas las otras partes comparten su alegría.

27 Todos ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es una parte de ese cuerpo. 28 En la iglesia, Dios puso primero a los apóstoles, luego a los profetas y luego a los maestros. También eligió a algunos para hacer milagros, a otros para tener dones de sanar a los enfermos, a otros para ayudar a los demás, a otros para dirigir y a otros para hablar en lenguas. 29 No todos son apóstoles, no todos son profetas, ni todos son maestros. No todos pueden hacer milagros 30 ni todos tienen el don de sanar a los enfermos. No todos pueden hablar en lenguas ni todos pueden interpretarlas. 31 Busquen tener los dones del Espíritu que ustedes consideran mejores. Pero yo quiero mostrarles una manera de vivir que es mucho mejor.

Lucas 4:14-21

Jesús comienza su obra

(Mt 4:12-17; Mr 1:14-15)

14 Jesús regresó a Galilea con el poder del Espíritu; toda la gente de esa región hablaba muy bien de él. 15 Jesús comenzó a enseñar en sus sinagogas, y todos lo honraban.

Jesús visita su pueblo

(Mt 13:53-58; Mr 6:1-6)

16 Entonces Jesús regresó a Nazaret, el pueblo donde había crecido. Como de costumbre, fue a la sinagoga en el día de descanso y se puso de pie para leer las Escrituras. 17 Le dieron el libro del profeta Isaías, lo abrió y encontró la parte donde está escrito:

18 «El Señor ha puesto su Espíritu en mí,
    porque me eligió para anunciar las buenas noticias a los pobres.
Me envió a contarles a los prisioneros que serán liberados.
    A contarles a los ciegos que verán de nuevo,
y a liberar a los oprimidos;
19     (A)para anunciar que este año
    el Señor mostrará su bondad».[a]

20 Luego Jesús enrolló el libro, se lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos los que estaban en la sinagoga le ponían mucha atención. 21 Entonces Jesús les dijo:

—Lo que acabo de leerles se ha cumplido hoy ante ustedes.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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