Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Que toda la creación alabe al Señor
1 ¡Aleluya!
Alaben al SEÑOR desde los cielos,
alábenlo en las alturas.
2 Alábenlo todos sus ángeles,
alábenlo todos sus ejércitos[a].
3 Alábenlo el sol y la luna,
alábenlo todas las estrellas que brillan.
4 Alábenlo los altísimos cielos
y las aguas que están sobre los cielos.
5 Alaben el nombre del SEÑOR,
porque él dio una orden y todo fue creado.
6 Él lo creó todo para que existiera para siempre;
dio leyes que continúan para siempre.
7 Alaben al SEÑOR desde la tierra,
los monstruos marinos y el océano;
8 el rayo y el granizo, la nieve y el humo,
la tormenta que cumple sus mandatos;
9 las colinas y montañas,
los árboles frutales y los cedros;
10 los animales salvajes y los animales domésticos,
los reptiles y los pájaros;
11 los reyes y las naciones de la tierra,
los líderes y los gobernantes del mundo;
12 los hombres y las mujeres;
los jóvenes y los viejos.
13 Alaben todos ellos el nombre del SEÑOR,
pues su nombre está por encima de todo nombre;
su esplendor está por sobre los cielos y la tierra.
14 Él le ha dado poder a su pueblo.
Que todos los que le son fieles lo alaben,
los israelitas, su pueblo cercano.
¡Aleluya!
17 Después de la muerte de Joyadá, los jefes de Judá fueron a presentarse ante el rey y le rindieron homenaje. Él se dejó aconsejar por ellos, 18 y entonces abandonaron el templo del SEÑOR, Dios de sus antepasados, y se pusieron a adorar las imágenes de Aserá y de otros ídolos. Por causa de ese pecado, Dios se enojó mucho con Judá y con Jerusalén. 19 Entonces el SEÑOR les mandó profetas para que volvieran a él, pero no quisieron escucharlos.
20 El Espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joyadá. Él se puso de pie ante la gente en un lugar elevado y dijo: «Así dice Dios: “¿Por qué desobedecen los mandatos del SEÑOR? Así ustedes no prosperarán. Como han abandonado al SEÑOR, él también los va a abandonar a ustedes”».
21 Pero ellos hicieron planes para matar a Zacarías y lo mataron a pedradas por orden del rey en el patio del templo del SEÑOR. 22 Joás olvidó la fidelidad que Joyadá le había demostrado y mató a Zacarías hijo de Joyadá, quien mientras moría dijo: «¡Que el SEÑOR vea esto y haga justicia!»
23 Al cabo de un año el ejército sirio invadió a Judá y Jerusalén. Mataron a los principales del pueblo y enviaron todo el botín al rey de Damasco. 24 Los sirios habían llegado con un pequeño ejército, pero el SEÑOR les dio la victoria sobre el ejército de Joás, que era muy numeroso. Eso sucedió así porque habían abandonado al SEÑOR, Dios de sus antepasados. Este fue el castigo bien merecido que sufrió Joás.
Se nombran siete ayudantes
6 El número de seguidores de Jesús aumentaba más y más. Pero en esa época los seguidores judíos que hablaban griego se quejaban de los seguidores judíos que hablaban arameo. Decían que sus viudas no estaban recibiendo la ayuda diaria que les correspondía. 2 Los doce apóstoles llamaron a todo el grupo de seguidores y le dijeron:
—No es correcto que nosotros descuidemos la enseñanza de la palabra de Dios por estar administrando la ayuda diaria. 3 Entonces, hermanos, elijan de entre ustedes a siete hombres de toda su confianza. Ellos deben tener mucha sabiduría y estar llenos del Espíritu Santo. Nosotros les encargaremos ese trabajo. 4 Así podremos dedicar nuestro tiempo a orar y a enseñar la palabra de Dios.
5 A todo el grupo le gustó la idea. Entonces eligieron a estos siete hombres: Esteban, hombre de mucha fe y lleno del Espíritu Santo, Felipe[a], Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, uno de Antioquía que se había hecho judío. 6 Ellos les presentaron los siete hombres a los apóstoles, quienes oraron por los recién elegidos y les impusieron las manos.
7 La palabra de Dios se difundía más y más. El grupo de seguidores en Jerusalén crecía muchísimo, y hasta un gran número de sacerdotes obedeció el mensaje de fe.
51 »¡Ustedes son muy tercos! Son como los paganos en su forma de pensar y de entender. Siempre se rebelan contra el Espíritu Santo, igual que sus antepasados. 52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron ellos? Mataron incluso a los que anunciaron que el Justo[a] iba a venir, el mismo al que ahora ustedes traicionaron y mataron. 53 Ustedes recibieron la ley de Dios por medio de ángeles, pero no la obedecen.
Muerte de Esteban
54 Al escuchar eso, se molestaron tanto que se les veía en la cara lo furiosos que estaban.[b] 55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo, vio el esplendor de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios. 56 Entonces dijo:
—¡Miren! Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios.
57 Todos empezaron a gritar muy fuerte, se taparon los oídos y se lanzaron contra él. 58 Lo sacaron a empujones de la ciudad y empezaron a apedrearlo. Los que dieron falso testimonio contra Esteban dejaron sus mantos al cuidado de un joven llamado Saulo. 59 Ellos siguieron tirándole piedras a Esteban, pero él oraba: «Señor Jesús, recibe mi espíritu». 60 Después, se arrodilló y gritó muy fuerte: «¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado!» Y después de decir esto, murió.
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