Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Súplica por la restauración del pueblo
Para el director del coro; según la tonada a los Lirios; Testimonio. Salmo de Asaf.
80 Presta oído, oh Pastor de Israel(A);
tú que guías a José(B) como un rebaño;
tú que estás sentado más alto que los querubines(C); ¡resplandece!
2 Delante de Efraín, de Benjamín y de Manasés(D), despierta tu poder(E)
y ven a salvarnos.
3 Restáuranos, oh Dios(F),
y haz resplandecer tu rostro sobre nosotros(G), y seremos[a] salvos.
4 Oh Señor, Dios de los ejércitos(H),
¿hasta cuándo estarás airado[b](I) contra la oración de tu pueblo?
5 Les has dado a comer pan de lágrimas,
y les has hecho beber lágrimas(J) en gran abundancia[c].
6 Nos haces objeto de contienda para nuestros vecinos(K),
y nuestros enemigos se ríen entre sí.
7 Oh Dios de los ejércitos, restáuranos;
haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, y seremos[d] salvos.
31 He aquí, vienen días —declara el Señor— en que haré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto(A), 32 no como el pacto(B) que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra(C) de Egipto, mi pacto que ellos rompieron(D), aunque fui un esposo para ellos —declara el Señor; 33 porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días —declara el Señor—. Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré(E); y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo(F). 34 Y no tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo(G) y cada cual a su hermano, diciendo: «Conoce al Señor», porque todos me conocerán(H), desde el más pequeño de ellos hasta el más grande —declara el Señor— pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado(I).
10 Por esta voluntad[a] hemos sido santificados(A) mediante la ofrenda(B) del cuerpo de Jesucristo(C) ofrecida de una vez para siempre(D).
Cristo puede quitar los pecados
11 Y ciertamente todo sacerdote está de pie, día tras día, ministrando y ofreciendo muchas veces(E) los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados(F); 12 pero Él, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados(G) para siempre(H), se sentó[b] a la diestra de Dios(I), 13 esperando de ahí en adelante hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies(J). 14 Porque por una ofrenda Él ha hecho perfectos(K) para siempre a los que son santificados(L). 15 Y también el Espíritu Santo nos da testimonio(M); porque después de haber dicho:
16 Este es el pacto que haré[c] con ellos
después de aquellos días —dice el Señor:
Pondré mis leyes en su corazón,
y en su mente las escribiré(N), añade:
17 Y nunca más me acordaré de sus pecados e iniquidades(O).
18 Ahora bien, donde hay perdón[d] de estas cosas, ya no hay ofrenda por el pecado.
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