Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
14 ¡Regocíjate, ciudad de Sión!
¡Grita con júbilo, Israel!
¡Alégrate con todo tu corazón,
y gózate, ciudad de Jerusalén!
15 El Señor ha alejado a tus enemigos,
ha revocado plenamente tu condena.
El Señor, rey de Israel, está contigo:
ningún mal has de temer.
16 Aquel día se dirá a Jerusalén:
“¡No temas, ciudad de Sión,
que no desfallezcan tus manos!”.
17 El Señor, tu Dios, está contigo;
él es poderoso y salva.
Se regocija por ti con alegría,
su amor te renovará,
salta de júbilo por ti.
18 Alejaré de ti la desgracia,
el oprobio que pesaba sobre ti.
19 En aquel tiempo actuaré
contra todos tus opresores;
socorreré a los inválidos,
reuniré a los dispersos;
les daré fama y renombre
donde hoy son objeto de oprobio.
20 En aquel tiempo os haré volver
y, cuando os tenga reunidos,
os daré fama y renombre
en todas las naciones de la tierra;
ante vuestros propios ojos
cambiaré vuestra suerte,
—oráculo del Señor—.
2 Pues Dios es mi salvación,
en él confío y nada temo;
Dios es mi fuerza y mi canto,
el Señor es mi salvación.
3 Sacaréis agua gozosos
del manantial de la salvación.
4 Aquel día diréis:
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre;
contad entre los pueblos sus gestas,
proclamad que su nombre es excelso.
5 Cantad al Señor, porque ha hecho proezas,
difundid la noticia por toda la tierra.
6 Gritad, vitoread, habitantes de Sión,
que es grande entre vosotros el Santo de Israel.
4 Vivid siempre alegres en el Señor. Otra vez os lo digo: vivid con alegría. 5 Que todo el mundo os reconozca por vuestra bondad. El Señor está a punto de llegar. 6 Nada debe angustiaros; al contrario, en cualquier situación, presentad a Dios vuestros deseos, acompañando vuestras oraciones y súplicas con un corazón agradecido. 7 Y la paz de Dios, que desborda toda inteligencia, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos por medio de Cristo Jesús.
7 Decía, pues, Juan a la mucha gente que venía para que la bautizara:
— ¡Hijos de víboras! ¿Quién os ha avisado para que huyáis del inminente castigo? 8 Demostrad con hechos vuestra conversión y no andéis pensando que sois descendientes de Abrahán. Porque os digo que Dios puede sacar de estas piedras descendientes de Abrahán. 9 Ya está el hacha preparada para cortar de raíz los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego.
10 La gente preguntaba a Juan:
— ¿Qué debemos hacer?
11 Y él les contestaba:
— El que tenga dos túnicas, ceda una al que no tiene ninguna: el que tenga comida, compártala con el que no tiene.
12 Se acercaron también unos recaudadores de impuestos para que los bautizara y le preguntaron:
— Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?
13 Juan les dijo:
— No exijáis más tributo del que está establecido.
14 También le preguntaron unos soldados:
— Y nosotros, ¿qué debemos hacer?
Les contestó:
— Conformaos con vuestra paga y no hagáis extorsión ni chantaje a nadie.
15 Así que la gente estaba expectante y todos se preguntaban en su interior si Juan no sería el Mesías. 16 Tuvo, pues, Juan que declarar públicamente:
— Yo os bautizo con agua, pero viene uno más poderoso que yo. Yo ni siquiera soy digno de desatar las correas de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. 17 Llega, bieldo en mano, dispuesto a limpiar su era; guardará el trigo en su granero, mientras que con la paja hará una hoguera que arderá sin fin.
18 Con estos y otros muchos discursos exhortaba Juan a la gente y anunciaba al pueblo la buena noticia.
La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España