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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
2 Samuel 1:1

David oye de la muerte de Saúl

Después de la muerte de Saúl(A), habiendo regresado David de derrotar[a] a los amalecitas, David permaneció dos días en Siclag(B).

2 Samuel 1:17-27

Elegía de David por Saúl y Jonatán

17 Entonces David entonó esta elegía por Saúl y por su hijo Jonatán(A), 18 y ordenó[a] que enseñaran a los hijos de Judá el cántico del arco; el cual está escrito en el libro de Jaser(B):

19 «Tu[b] hermosura, oh Israel, ha perecido sobre tus montes[c].
¡Cómo han caído los valientes(C)!
20 -»No lo anuncien en Gat,
No lo proclamen en las calles de Ascalón;
Para que no se regocijen las hijas de los filisteos(D),
Para que no se alegren las hijas de los incircuncisos(E).
21 -»Oh montes de Gilboa(F),
No haya sobre ustedes rocío ni lluvia, ni campos de ofrendas(G);
Porque allí fue deshonrado el escudo de los valientes,
El escudo de Saúl, no ungido con aceite(H).
22 -»De la sangre de los muertos, de la grasa de los poderosos,
El arco de Jonatán no volvía atrás,
Y la espada(I) de Saúl no volvía vacía.
23 -»Saúl y Jonatán, amados y amables en su vida,
Y en su muerte no fueron separados;
Más ligeros eran que águilas(J),
Más fuertes que leones(K).
24 -»Hijas de Israel, lloren por Saúl,
Que las vestía lujosamente de escarlata,
Que ponía adornos de oro en sus vestidos.
25 -»¡Cómo han caído los valientes en medio de la batalla(L)!
Jonatán, muerto en tus alturas.
26 -»Estoy afligido por ti, Jonatán, hermano mío;
Tú me has sido muy estimado.
Tu amor fue para mí más maravilloso
Que el amor de las mujeres(M).
27 -»¡Cómo han caído los valientes(N),
Y perecido las armas de guerra(O)!».

Salmos 130

Salmo 130

Clamor de un pecador

Cántico de ascenso gradual.

130 Desde lo más profundo, oh Señor(A), he clamado a Ti.
¡Señor, oye mi voz(B)!
Estén atentos Tus oídos(C)
A la voz de mis súplicas(D).
Señor, si Tú tuvieras en cuenta las iniquidades,
¿Quién, oh Señor, podría permanecer(E)?
Pero en Ti hay perdón(F),
Para que seas temido(G).
¶Espero en el Señor; en Él espera mi alma(H),
Y en Su palabra tengo mi esperanza(I).
Mi alma espera al Señor
Más que los centinelas a la mañana;
Sí, más que los centinelas a la mañana(J).
Oh Israel, espera en el Señor(K),
Porque en el Señor hay misericordia(L),
Y en Él hay abundante redención(M);
Él redimirá a Israel
De todas sus iniquidades(N).

2 Corintios 8:7-15

Pero así como ustedes abundan(A) en todo: en fe, en palabra, en conocimiento, en toda solicitud, y en el amor que hemos inspirado en ustedes[a], vean que también abunden(B) en esta obra de gracia(C). No digo esto como un mandamiento(D), sino para probar[b], por la solicitud de otros, también la sinceridad del amor de ustedes. Porque conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo(E), que siendo rico, sin embargo por amor a ustedes se hizo pobre, para que por medio de Su pobreza(F) ustedes llegaran a ser ricos.

10 Doy mi opinión(G) en este asunto, porque esto les conviene a ustedes, que fueron los primeros en comenzar hace un año(H) no solo a hacer esto, sino también a desear hacerlo. 11 Ahora pues, acaben también de[c] hacerlo; para que como hubo la buena voluntad(I) para desearlo, así también la haya para llevarlo a cabo según[d] lo que tengan. 12 Porque si hay[e] buena voluntad, se acepta según lo que se tiene, no según lo que no se tiene(J).

13 Esto[f] no es para holgura de otros y para aflicción de ustedes, sino para que haya igualdad. 14 En el momento actual la abundancia de ustedes suple la necesidad de ellos, para que también la abundancia de ellos supla[g] la necesidad de ustedes(K), de modo que haya igualdad. 15 Como está escrito: «El que recogió mucho, no tuvo demasiado; y el que recogió poco, no tuvo escasez(L)».

Marcos 5:21-43

Jairo ruega por su hija

21 Cuando Jesús pasó otra vez(A) en la barca(B) al otro lado, se reunió una gran multitud alrededor de Él; así que Él se quedó[a] junto al mar(C).

22 (D)Y vino uno de los oficiales[b] de la sinagoga(E), llamado Jairo, y al ver a Jesús, se postró* a Sus pies, 23 y le rogaba* con insistencia: «Mi hijita está al borde de la muerte; te ruego que vengas y pongas las manos sobre ella(F) para que sane[c] y viva». 24 Jesús fue con él; y una gran multitud lo seguía y oprimía.

Jesús sana a una mujer

25 Había una mujer que padecía de flujo de sangre por doce años. 26 Había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía sin provecho alguno, sino que al contrario, había empeorado.

27 Cuando ella oyó hablar de Jesús, se llegó a Él por detrás entre la multitud y tocó Su manto. 28 Porque decía[d]: «Si tan solo toco Sus ropas, sanaré[e]». 29 Al instante la fuente de su sangre se secó, y sintió en su cuerpo que estaba curada de su aflicción(G). 30 Enseguida Jesús, dándose cuenta de que había salido poder de Él(H), volviéndose entre la gente, dijo: «¿Quién ha tocado Mi ropa?». 31 Y Sus discípulos le dijeron: «Ves que la multitud te oprime, y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”». 32 Pero Él miraba a su alrededor para ver a la mujer que lo había tocado[f].

33 Entonces la mujer, temerosa y temblando, dándose cuenta de lo que le había sucedido, vino y se postró delante de Él y le dijo toda la verdad. 34 «Hija, tu fe te ha sanado[g](I)», le dijo Jesús; «vete en paz(J)y queda sana de tu aflicción(K)».

Jesús resucita a la hija de Jairo

35 Mientras Él estaba todavía hablando, vinieron* unos enviados de la casa del oficial de la sinagoga(L), diciendo: «Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas aún al Maestro?». 36 Pero Jesús, oyendo lo que se hablaba, dijo* al oficial de la sinagoga(M): «No temas, cree solamente[h](N)».

37 Y no permitió que nadie fuera con Él sino solo Pedro, Jacobo[i] y Juan, hermano de Jacobo(O). 38 Fueron* a la casa del oficial de la sinagoga(P), y Jesús vio* el alboroto, y a los que lloraban y se lamentaban mucho. 39 Cuando entró les dijo*: «¿Por qué hacen alboroto y lloran? La niña no ha muerto, sino que está dormida».

40 Y se burlaban de Él. Pero echando fuera a todos, Jesús tomó* consigo al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con Él, y entró* donde estaba la niña. 41 Tomando a la niña por la mano, le dijo*: «Talita cum», que traducido significa: «Niña, a ti te digo, ¡levántate(Q)!».

42 Al instante la niña se levantó y comenzó a caminar, pues tenía doce años. Y al momento todos se quedaron completamente atónitos. 43 Entonces les dio órdenes estrictas de que nadie se enterara de esto(R); y dijo que le dieran de comer a la niña[j].

Nueva Biblia de las Américas (NBLA)

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