Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
34 Luego Samuel se fue a Ramá(A), pero Saúl subió a su casa en Guibeá de Saúl(B). 35 Samuel no vio más a Saúl hasta el día de su muerte(C). Y Samuel lloraba por Saúl(D), pues el Señor se había arrepentido de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel.
David ungido por Samuel
16 Y el Señor dijo a Samuel: ¿Hasta cuándo te lamentarás por Saúl(E), después que yo lo he desechado para que no reine[a] sobre Israel(F)? Llena tu cuerno de aceite y ve(G); te enviaré a Isaí(H), el de Belén, porque de entre sus hijos he escogido[b] un rey para mí(I). 2 Y Samuel respondió: ¿Cómo puedo ir? Cuando Saúl lo sepa, me matará. Y el Señor dijo: Toma contigo una novilla y di: «He venido a ofrecer sacrificio al Señor(J)». 3 Invitarás a Isaí al sacrificio y yo te mostraré lo que habrás de hacer(K); entonces me ungirás a aquel que yo te indique[c](L). 4 Samuel hizo lo que el Señor dijo, y fue a Belén(M). Y los ancianos de la ciudad vinieron a su encuentro temblando y dijeron: ¿Vienes en paz(N)? 5 Y él respondió: En paz. He venido a ofrecer sacrificio al Señor. Consagraos y venid conmigo al sacrificio(O). Samuel consagró también a Isaí y a sus hijos y los invitó al sacrificio.
6 Y aconteció que cuando ellos entraron, vio a Eliab(P), y se dijo: Ciertamente el ungido del Señor está delante de Él. 7 Pero el Señor dijo a Samuel: No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; pues Dios ve no como[d] el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón(Q). 8 Entonces Isaí llamó a Abinadab(R) y lo hizo pasar delante de Samuel. Y este dijo: Tampoco a este ha escogido el Señor. 9 Después Isaí hizo pasar a Sama[e](S). Y él dijo: Tampoco a este ha escogido el Señor. 10 Isaí hizo pasar a siete de sus hijos delante de Samuel. Pero Samuel dijo a Isaí: El Señor no ha escogido a estos. 11 Y Samuel dijo a Isaí: ¿Son estos todos tus hijos[f]? Y él respondió: Aún queda el menor, que[g] está apacentando las ovejas(T). Entonces Samuel dijo a Isaí: Manda a buscarlo[h], pues no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga acá. 12 Y envió por él y lo hizo entrar. Era rubio[i], de ojos hermosos y bien parecido(U). Y el Señor dijo: Levántate, úngele; porque este es(V). 13 Entonces Samuel tomó el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos(W); y el Espíritu del Señor vino poderosamente sobre David desde aquel día en adelante(X). Luego Samuel se levantó y se fue a Ramá.
Oración por la victoria sobre los enemigos
Para el director del coro. Salmo de David.
20 Que el Señor te responda en el día de la angustia(A).
Que el nombre(B) del Dios de Jacob(C) te ponga en alto.
2 Que desde el santuario te envíe ayuda(D),
y desde Sión te sostenga(E).
3 Que se acuerde de[a] todas tus ofrendas(F),
y halle aceptable[b] tu holocausto(G). (Selah[c])
4 Que te conceda el deseo de tu corazón(H),
y cumpla todos tus anhelos[d](I).
5 Nosotros cantaremos[e] con gozo por tu victoria[f](J),
y en el nombre de nuestro Dios alzaremos bandera(K).
Que el Señor cumpla todas tus peticiones(L).
6 Ahora sé que el Señor salva a su ungido(M);
le responderá desde su santo cielo(N),
con la potencia salvadora de su diestra[g](O).
7 Algunos confían en carros, y otros en caballos(P);
mas nosotros en el nombre del Señor nuestro Dios confiaremos[h](Q).
8 Ellos se doblegaron y cayeron(R);
pero nosotros nos hemos levantado y nos mantenemos en pie(S).
9 ¡Salva, oh Señor(T)!
Que el Rey nos responda[i] el día que clamemos(U).
6 Por tanto, animados siempre y sabiendo que mientras habitamos[a] en el cuerpo(A), estamos ausentes del Señor 7 (porque por fe andamos, no por vista[b](B)); 8 pero cobramos ánimo y preferimos más bien estar ausentes del cuerpo y habitar[c] con el Señor(C). 9 Por eso, ya sea presentes o ausentes, ambicionamos serle agradables(D). 10 Porque todos nosotros debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno sea recompensado por sus hechos estando en el cuerpo[d](E), de acuerdo con lo que hizo, sea bueno o sea malo.
La nueva criatura
11 Por tanto, conociendo el temor del Señor(A), persuadimos a los hombres, pero a Dios somos manifiestos, y espero que también seamos manifiestos en vuestras conciencias(B). 12 No nos recomendamos otra vez a vosotros(C), sino que os damos oportunidad de estar orgullosos de nosotros(D), para que tengáis respuesta para los que se jactan en las apariencias y no en el corazón. 13 Porque si estamos locos[a], es para Dios; y si estamos cuerdos, es para vosotros(E).
14 Pues el amor de Cristo nos apremia[a](A), habiendo llegado a esta conclusión: que uno murió por todos, por consiguiente, todos murieron(B); 15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos(C). 16 De manera que nosotros de ahora en adelante ya no conocemos a nadie según la carne(D); aunque hemos conocido a Cristo según la carne, sin embargo, ahora ya no le conocemos así. 17 De modo que si alguno está en Cristo(E), nueva criatura es[b](F); las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas(G).
Parábola del crecimiento de la semilla
26 Decía también: El reino de Dios es como un hombre que echa semilla en la tierra(A), 27 y se acuesta[a] y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece; cómo, él no lo sabe. 28 La tierra produce fruto por sí misma; primero la hoja, luego la espiga, y después el grano maduro[b] en la espiga. 29 Y cuando el fruto lo permite, él enseguida mete[c] la hoz(B), porque ha llegado el tiempo de la siega.
Parábola del grano de mostaza
30 (C)También decía: ¿A qué compararemos el reino de Dios(D), o con qué parábola lo describiremos? 31 Es como un grano de mostaza, el cual, cuando se siembra en la tierra, aunque es más pequeño que todas las semillas que hay en la tierra, 32 sin embargo, cuando es sembrado, crece y llega a ser más grande que todas las hortalizas y echa grandes ramas, tanto que las aves del cielo pueden anidar bajo su sombra(E).
33 Con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra, según podían oírla; 34 y sin parábolas[d](F) no les hablaba, sino que lo explicaba(G) todo en privado a sus propios discípulos.
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