Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Oración vespertina de confianza en Dios
Para el director del coro[a]; para instrumentos de cuerda. Salmo de David.
4 Cuando clamo(A), respóndeme(B), oh Dios de mi justicia.
En la angustia me has aliviado[b](C);
ten piedad de mí(D), escucha mi oración(E).
2 Hijos de hombres, ¿hasta cuándo cambiaréis mi honra[c](F) en deshonra(G)?
¿Hasta cuándo amaréis la vanidad[d](H) y buscaréis la mentira(I)? (Selah[e])
3 Sabed, pues, que el Señor ha apartado[f](J) al piadoso(K) para sí;
el Señor oye cuando a Él clamo(L).
2 En aquellos días, yo, Daniel, había estado en duelo(A) durante tres semanas completas. 3 No comí manjar delicado[a] ni entró en mi boca carne ni vino(B), ni usé ungüento alguno, hasta que se cumplieron las tres semanas. 4 Y el día veinticuatro del primer mes, estando yo junto a la orilla del gran río(C), es decir, el Tigris[b], 5 alcé los ojos y miré, y he aquí, había un hombre vestido de lino(D), cuya cintura estaba ceñida con un cinturón de oro(E) puro de Ufaz(F). 6 Su cuerpo era como de berilo[c], su rostro tenía[d] la apariencia de un relámpago, sus ojos eran como antorchas de fuego, sus brazos y pies como el brillo del bronce bruñido(G), y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud. 7 Y solo yo, Daniel, vi la visión(H); los hombres que estaban conmigo no vieron la visión(I), pero un gran terror(J) cayó sobre ellos y huyeron a esconderse. 8 Me quedé solo(K) viendo esta gran visión; no me quedaron fuerzas, y mi rostro[e] se demudó, desfigurándose(L), sin retener yo fuerza alguna. 9 Pero oí el sonido de sus palabras, y al oír el sonido de sus palabras, caí en un sueño profundo sobre mi rostro, con mi rostro en tierra(M).
10 Entonces, he aquí, una mano me tocó(N), y me hizo temblar sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos. 11 Y me dijo: Daniel, hombre muy estimado[f](O), entiende(P) las palabras que te voy a decir y ponte en pie[g](Q), porque ahora he sido enviado a ti. Cuando él me dijo estas palabras, me puse en pie temblando(R). 12 Entonces me dijo: No temas(S), Daniel, porque desde el primer día en que te propusiste en tu corazón entender y humillarte delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras, y a causa de tus palabras he venido(T). 13 Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso[h] por veintiún días, pero he aquí, Miguel, uno de los primeros príncipes(U), vino en mi ayuda, ya que yo había sido dejado allí con los reyes de Persia. 14 Y he venido para darte a conocer(V) lo que sucederá a tu pueblo al final de los días(W), porque la visión es para días aún lejanos(X). 15 Cuando habló conmigo estas palabras, volví[i] mi rostro a tierra y enmudecí(Y). 16 Y he aquí, uno semejante a un hombre[j](Z) tocó mis labios; entonces abrí mi boca y hablé(AA), y dije al que estaba delante de mí: Señor mío, a causa de la visión me ha invadido la angustia[k] y me he quedado sin fuerzas(AB). 17 ¿Cómo podrá, pues, este siervo de mi señor hablar con uno como mi señor(AC)? Porque a mí en este momento no me queda fuerza alguna, ni tampoco me queda aliento(AD).
18 Entonces el que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez y me fortaleció(AE), 19 y me dijo: No temas, hombre muy estimado[l]. La paz sea contigo[m](AF); sé fuerte y esfuérzate(AG). Cuando habló conmigo, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido(AH).
26 Os he escrito estas cosas respecto a los que están tratando de engañaros(A). 27 Y en cuanto a vosotros, la unción que recibisteis de Él permanece en vosotros(B), y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; pero así como su unción os enseña acerca de todas las cosas(C), y es verdadera y no mentira(D), y así como os ha enseñado, permanecéis[a] en Él. 28 Y ahora, hijos[b](E), permaneced en Él, para que cuando se manifieste(F), tengamos confianza(G) y no nos apartemos de Él avergonzados[c](H) en su venida[d](I).
Copyright © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation