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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Versión Internacional (NVI)
Version
Salmos 119:105-112

Nun

105 Tu palabra es una lámpara a mis pies;
    es una luz en mi sendero.
106 Hice un juramento y lo he confirmado:
    que cumpliré tus justas leyes.
107 Señor, es mucho lo que he sufrido;
    dame vida conforme a tu palabra.
108 Señor, acepta las ofrendas que brotan de mis labios;
    enséñame tus leyes.
109 Mi vida pende de un hilo,[a]
    pero no me olvido de tu Ley.
110 Los malvados me han tendido una trampa,
    pero no me aparto de tus preceptos.
111 Tus mandatos son mi herencia permanente;
    son la alegría de mi corazón.
112 Inclino mi corazón a cumplir tus estatutos
    para siempre y hasta el fin.

Proverbios 6:6-23

¡Anda, perezoso, fíjate en la hormiga!
    ¡Fíjate en lo que hace y adquiere sabiduría!
No tiene quien la mande
    ni quien la vigile ni gobierne;
con todo, en el verano almacena provisiones
    y durante la cosecha recoge alimentos.

Perezoso, ¿cuánto tiempo más seguirás acostado?
    ¿Cuándo despertarás de tu sueño?
10 Un corto sueño, una breve siesta,
    un pequeño descanso, cruzado de brazos…
11 ¡y te asaltará la pobreza como un bandido,
    y la escasez como un hombre armado![a]

12 El perverso y el malvado,
    el vagabundo de boca corrupta,
13 hace guiños con los ojos
    y señas con los pies y con los dedos.
14 Él trama el mal en su corazón[b]
    y siempre anda provocando pleitos.
15 Por eso le sobrevendrá la ruina;
    ¡de repente será destruido y no podrá evitarlo!

16 Hay seis cosas que el Señor aborrece

y siete que le son detestables:

17 los ojos que se enaltecen,

la lengua que miente,

las manos que derraman sangre inocente,

18 el corazón que trama planes perversos,

los pies que corren a hacer lo malo,

19 el testigo falso que propaga mentiras

y el que siembra discordia entre hermanos.

Advertencia contra el adulterio

20 Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre
    y no abandones la enseñanza de tu madre.
21 Grábatelos en tu corazón;
    cuélgatelos al cuello.
22 Cuando camines, te servirán de guía;
    cuando duermas, vigilarán tu sueño;
    cuando despiertes, hablarán contigo.
23 El mandamiento es una lámpara,
    la enseñanza es una luz
y la disciplina es
    el camino a la vida.

Juan 8:12-30

Validez del testimonio de Jesús

12 Una vez más Jesús se dirigió a la gente y dijo:

—Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.

13 —Tú te presentas como tu propio testigo —alegaron los fariseos—, así que tu testimonio no es válido.

14 —Aunque yo sea mi propio testigo —respondió Jesús—, mi testimonio es válido, porque sé de dónde he venido y a dónde voy. Pero ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy. 15 Ustedes juzgan según criterios humanos; yo, en cambio, no juzgo a nadie. 16 Y si lo hago, mis juicios son válidos porque no los emito por mi cuenta, sino en unión con el Padre que me envió. 17 En la Ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos personas es válido. 18 Yo soy testigo de mí mismo y el Padre que me envió también da testimonio de mí.

19 Ellos preguntaron:

—¿Dónde está tu padre?

Jesús respondió:

—Ustedes no me conocen a mí ni a mi Padre. Si me conocieran, también conocerían a mi Padre.

20 Estas palabras las dijo Jesús en el lugar donde se depositaban las ofrendas, mientras enseñaba en el Templo. Pero nadie le echó mano, porque aún no había llegado su tiempo.

Yo no soy de este mundo

21 De nuevo Jesús les dijo:

—Yo me voy y ustedes me buscarán, pero en su pecado morirán. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir.

22 Comentaban, por tanto, los judíos: «¿Acaso piensa suicidarse? ¿Será por eso que dice: “Adonde yo voy, ustedes no pueden ir”?».

23 —Ustedes son de aquí abajo —continuó Jesús—; yo soy de allá arriba. Ustedes son de este mundo; yo no soy de este mundo. 24 Por eso les he dicho que morirán en sus pecados, pues, si no creen que yo soy el que afirmo ser,[a] en sus pecados morirán.

25 —¿Quién eres tú? —le preguntaron.

—En primer lugar, ¿qué tengo que explicarles?[b] —contestó Jesús—. 26 Son muchas las cosas que tengo que decir y juzgar de ustedes. Pero el que me envió es veraz, y lo que le he oído decir es lo mismo que le repito al mundo.

27 Ellos no entendieron que les hablaba de su Padre. 28 Por eso Jesús añadió:

—Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, sabrán ustedes que yo soy y que no hago nada por mi propia cuenta, sino que hablo conforme a lo que el Padre me ha enseñado. 29 El que me envió está conmigo; no me ha dejado solo, porque siempre hago lo que le agrada.

30 Mientras aún hablaba, muchos creyeron en él.

Nueva Versión Internacional (NVI)

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