Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Nos ha nacido un niño
9 A pesar de todo, no habrá más penumbra para la que estuvo angustiada. En el pasado Dios humilló a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pero en el futuro honrará a Galilea de los gentiles, desde el Camino del Mar, al otro lado del Jordán.
2 El pueblo que andaba en la oscuridad
ha visto una gran luz;
sobre los que vivían en tierra de sombra de muerte[a]
una luz ha resplandecido.
3 Tú has hecho que la nación crezca;
has aumentado su alegría.
Y se alegran ellos en tu presencia
como cuando recogen la cosecha,
como cuando reparten el botín.
4 Ciertamente tú has quebrado,
como en la derrota de Madián,
el yugo que los oprimía,
la barra que pesaba sobre sus hombros,
el bastón de mando que los subyugaba.
Salmo de David.
27 El Señor es mi luz y mi salvación;
¿a quién temeré?
El Señor es el baluarte de mi vida;
¿quién me asustará?
4 Una sola cosa pido al Señor
y es lo único que persigo:
habitar en la casa del Señor
todos los días de mi vida,
para contemplar la hermosura del Señor
y buscar orientación en su Templo.
5 Porque en el día de la aflicción
él me resguardará en su morada;
al amparo de su santuario me protegerá
y me pondrá en alto sobre una roca.
6 Me hará prevalecer
frente a los enemigos que me rodean;
en su santuario ofreceré sacrificios de alabanza
y cantaré y entonaré salmos al Señor.
7 Oye, Señor, mi voz cuando a ti clamo;
compadécete de mí y respóndeme.
8 El corazón me dice: «¡Busca su rostro!».[a]
Y yo, Señor, tu rostro busco.
9 No escondas de mí tu rostro;
no rechaces, en tu enojo, a este siervo tuyo,
porque tú has sido mi ayuda.
No me desampares ni me abandones,
Dios de mi salvación.
Divisiones en la iglesia
10 Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito. 11 Digo esto, hermanos míos, porque algunos de la familia de Cloé me han informado que hay rivalidades entre ustedes. 12 Me refiero a que unos dicen: «Yo sigo a Pablo»; otros afirman: «Yo, a Apolos»; otros: «Yo, a Cefas»; y otros: «Yo, a Cristo».
13 ¡Cómo! ¿Está dividido Cristo? ¿Acaso Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O es que fueron bautizados en el nombre de Pablo? 14 Gracias a Dios que no bauticé a ninguno de ustedes, excepto a Crispo y a Gayo, 15 de modo que nadie puede decir que fue bautizado en mi nombre. 16 Bueno, también bauticé a la familia de Estéfanas; fuera de estos, no recuerdo haber bautizado a ningún otro. 17 Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar las buenas noticias y eso sin discursos de sabiduría humana, para que la cruz de Cristo no perdiera su eficacia.
Cristo, sabiduría y poder de Dios
18 Me explico: El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios.
Jesús comienza a predicar
12 Cuando Jesús oyó que habían encarcelado a Juan, regresó a Galilea. 13 Partió de Nazaret y se fue a vivir a Capernaúm, que está junto al lago en la región de Zabulón y de Neftalí, 14 para cumplir lo dicho por el profeta Isaías:
15 «Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
desde el Camino del Mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles;
16 el pueblo que habitaba en la oscuridad
ha visto una gran luz;
sobre los que vivían en tierra de sombra de muerte
una luz ha resplandecido».[a]
17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca».
Jesús llama a sus primeros discípulos(A)
18 Mientras caminaba junto al lago de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: uno era Simón, llamado Pedro, y el otro, Andrés. Estaban echando la red al lago, pues eran pescadores. 19 «Vengan, síganme —dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres». 20 Al instante dejaron las redes y lo siguieron.
21 Más adelante vio a otros dos hermanos: Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en una barca remendando las redes. Jesús los llamó 22 y dejaron enseguida la barca y a su padre para seguirlo.
Jesús sana a los enfermos
23 Jesús recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas noticias del reino y sanando toda enfermedad y dolencia entre la gente.
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