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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
Salmos 27:1-6

El Señor es mi luz y mi salvación

Salmo de David.

27 El Señor es mi luz y mi salvación;
¿a quién podría yo temer?
El Señor es la fortaleza de mi vida;
¿quién podría infundirme miedo?
Mis malvados enemigos me ponen en aprietos;
se juntan y hacen planes de acabar conmigo,
pero son ellos los que tropiezan y caen.

Aunque un ejército acampe contra mí,
mi corazón no se amedrentará;
aunque me ataquen y me declaren la guerra,
en esto fincaré mi confianza:
Le he pedido al Señor, y sólo esto busco:
habitar en su casa todos los días de mi vida,
para contemplar su hermosura y solazarme en su templo.
Cuando vengan los días malos,
él me esconderá en su santuario;
me ocultará en lo más recóndito de su templo,
me pondrá en lo alto de una roca.
Ante los enemigos que me rodean
me hará levantar la cabeza,
y llevaré a su templo mis ofrendas de alegría
y allí cantaré salmos al Señor.

1 Samuel 15:34-16:13

34 Después de eso, Samuel regresó a Ramá, y Saúl se fue a su casa en Gabaa. 35 Y Samuel nunca más volvió a ver a Saúl, aunque lloraba por él. Y al Señor le pesó haber puesto a Saúl por rey de Israel.

Samuel unge a David

16 Un día, el Señor le dijo a Samuel:

«¿Hasta cuándo vas a estar triste por causa de Saúl? ¿No recuerdas que yo lo deseché como rey de Israel? Mejor llena de aceite tu cuerno, y ve a Belén; allí, vas a visitar a Yesé, porque uno de sus hijos será el próximo rey de Israel.»

Y Samuel le preguntó:

«¿Con qué pretexto voy a ir? Si Saúl llega a saber a qué voy, de seguro me matará.»

El Señor le respondió:

«Llévate una becerra de la vacada, y di que vas a ofrecerme un sacrificio. Llama luego a Yesé para que te acompañe en el sacrificio, y allí te diré lo que tienes que hacer, y consagrarás como rey a quien yo te diga.»

Y Samuel hizo lo que el Señor le dijo. En cuanto llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron temerosos a recibirlo, y le preguntaron:

«¿Vienes con intenciones pacíficas?»

Y Samuel les respondió:

«Sí, vengo a ofrecer un sacrificio al Señor. Purifíquense y acompáñenme.»

Y Samuel purificó también a Yesé y a sus hijos, y los invitó al sacrificio. Y cuando todos estuvieron reunidos, Samuel vio a Eliab, y pensó: «Seguramente, éste es el que Dios ha escogido.»

Pero el Señor le dijo:

«No te dejes llevar por su apariencia ni por su estatura, porque éste no es mi elegido. Yo soy el Señor, y veo más allá de lo que el hombre ve. El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero yo miro el corazón.»

Luego Yesé llamó a Abinadab, y lo puso enfrente de Samuel, pero éste dijo:

«Tampoco éste es el elegido del Señor.»

Yesé presentó también a Samá, y Samuel repitió que tampoco éste era el elegido del Señor. 10 Yesé le presentó a siete de sus hijos, pero Samuel le dijo que el Señor no había elegido a ninguno de ellos. 11 Y le preguntó:

«¿Éstos son todos tus hijos?»

Yesé respondió:

«Falta uno, que es el menor, pero él anda cuidando las ovejas.»

Y Samuel le dijo:

«Manda a traerlo, porque sin él no podemos sentarnos a la mesa.»

12 Yesé mandó a traerlo, y cuando éste llegó lo invitó a pasar. Era un jovencito rubio, de hermosos ojos y de agradable apariencia. Entonces el Señor le dijo a Samuel:

«Éste es mi elegido. Levántate y conságralo.»

13 Samuel tomó entonces el cuerno en donde llevaba el aceite, y lo ungió como rey en presencia de sus hermanos. Y a partir de ese día el espíritu del Señor estuvo sobre David.

Después de eso, Samuel regresó a Ramá.

Lucas 5:27-32

Llamamiento de Leví(A)

27 Después de esto, Jesús salió y vio a un cobrador de impuestos llamado Leví, que estaba sentado donde se cobraban los impuestos. Le dijo: «Sígueme.» 28 Leví se levantó y, dejándolo todo, lo siguió.

29 Más tarde, Leví ofreció un gran banquete en su casa, en honor de Jesús. Sentados a la mesa con ellos estaban muchos cobradores de impuestos y otras personas. 30 Pero los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos de Jesús, y les dijeron: «¿Por qué ustedes comen y beben con cobradores de impuestos y pecadores?»(B) 31 Jesús les respondió: «Los que están sanos no necesitan de un médico, sino los enfermos. 32 Yo no he venido a llamar al arrepentimiento a los justos, sino a los pecadores.»

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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