Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Isaías 35

La alegría de los redimidos

35 Hasta los páramos y el desierto se regocijarán en aquellos días. Incluso, el desierto florecerá. Sí, habrá abundancia de flores, cánticos y júbilo. Los desiertos se volverán verdes como los montes del Líbano, hermosos como los pastos del monte Carmelo y los prados de Sarón, porque allí exhibirá el Señor su gloria, se apreciará la excelencia de nuestro Dios.

Alegra con estas noticias a todos los descorazonados, alienta a los atemorizados. Diles: «Sean valientes, no teman, porque su Dios viene para destruir a sus enemigos, viene a salvarlos». Y cuando él venga abrirá los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos, los cojos saltarán como el ciervo y los mudos gritarán y cantarán. Entonces brotarán fuentes en los páramos y arroyos en el desierto, los terrenos resecos se convertirán en estanques, con arroyos en la tierra sedienta. Donde habitaban los chacales del desierto, habrá carrizos y cañas. Y un gran camino atravesará lo que fue desierto, se le llamará «Camino Santo». Ningún hombre de corazón perverso podrá andar por él. Por él andará Dios con ustedes; ni el más torpe se extraviará. No habrá en él leones en acecho, ni algún otro peligro, solamente los salvados pasarán por allí. 10 Estos redimidos del Señor irán por ese camino a su hogar, a Sion, entonando cánticos de júbilo eterno. Nunca más habrá para ellos dolor ni suspiros. Allí sólo habrá felicidad y gozo.

Salmos 146:5-10

Pero dichosa la persona que tiene como auxilio suyo al Dios de Jacob y que tiene su esperanza en el Señor su Dios, creador del cielo y de la tierra; los mares y cuanto en ellos hay. Él es el Dios que cumple siempre todas sus promesas. El Señor hace justicia a los oprimidos, da de comer a los hambrientos y pone en libertad a los cautivos. El Señor da vista a los ciegos, el Señor ama a los justos. El Señor protege al extranjero, y cuida al huérfano y a la viuda pero desbarata los planes de los malvados.

10 ¡El Señor reinará por siempre! ¡Oh Sion, que tu Dios reine por todas las generaciones! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!

Lucas 1:46-55

El cántico de María

46 Entonces María dijo:

―Mi alma alaba al Señor, 47 mi espíritu se llena de alegría porque Dios es mi Salvador. 48 Dios se ha fijado en mí, su humilde esclava. De ahora en adelante, todas las generaciones me llamarán dichosa, 49 porque el Dios Todopoderoso ha hecho grandes cosas por mí. ¡Su nombre es santo! 50 Él siempre tiene misericordia de todos los que le honran. 51 Actuó con poder, desbarató las intrigas de los orgullosos. 52 A los poderosos los quitó de sus tronos, y a los humildes los puso en lugares de honor. 53 A los hambrientos llenó de bienes, y a los ricos los envió con las manos vacías. 54 Ayudó al pueblo de Israel, su siervo, y siempre lo trató con misericordia. 55 Cumplió así su promesa a nuestros padres: trató con misericordia a Abraham y a sus descendientes para siempre.

Santiago 5:7-10

Paciencia en los sufrimientos

Por eso, hermanos, tengan paciencia hasta que el Señor venga. Sean como el agricultor que espera a que la tierra dé su precioso fruto y aguarda con paciencia las temporadas de lluvia. Así también ustedes, manténganse firmes y esperen con paciencia la venida del Señor, que ya está cerca.

Hermanos, no se quejen unos de otros, para que no sean juzgados, pues el juez ya está a la puerta. 10 Hermanos, tomen como ejemplo a los profetas que hablaron en nombre del Señor. Ellos sufrieron y fueron pacientes.

Mateo 11:2-11

Juan el Bautista, que ya estaba preso, se enteró de los milagros que el Mesías estaba realizando y envió a dos de sus discípulos a preguntarle a Jesús:

―¿Eres tú de veras el que estábamos esperando, o debemos esperar a otro?

Jesús respondió a los mensajeros:

―Vayan donde está Juan y cuéntenle todo lo que han oído y lo que me han visto realizar. Cuéntenle que los ciegos ven, los paralíticos andan, los leprosos se curan, los sordos oyen, los muertos resucitan, y que anuncio las buenas nuevas a los pobres. Díganle, además, que benditos son los que no dudan de mí.

Cuando los discípulos de Juan se marcharon, Jesús se puso a hablar de Juan a la multitud:

«Cuando salieron al desierto a ver a Juan, ¿qué esperaban ver en él? ¿Una caña que el viento sacude? ¿o acaso a un hombre vestido de príncipe? ¡Estos se encuentran en los palacios reales! Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿a un profeta? Les aseguro que sí, y él es más que profeta: 10 Juan es aquel de quien las Escrituras dicen: “Un mensajero mío irá delante de ti para prepararte el camino”. 11 Les aseguro que de todos los hombres que han nacido en este mundo, ninguno ha sido mayor que Juan el Bautista. Y sin embargo, el más insignificante en el reino de los cielos es más grande que él.

Nueva Biblia Viva (NBV)

Nueva Biblia Viva, © 2006, 2008 por Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.