Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo de los hijos de Coré. Cántico.
87 Sobre el santo monte está la ciudad fundada por Dios. 2 El Señor ama los portones de Sion más que a todas las casas de Jacob.
3 De ti, ciudad de Dios, se dicen cosas gloriosas. 4 Entre los que me reconocen puedo contar a Rahab y a Babilonia, a Filistea y a Tiro, lo mismo que a Cus. Se dice: «Este nació en Sion». 5 De Sion se dirá, en efecto: «Este y aquél nacieron en ella. El Altísimo mismo la ha establecido». 6 Cuando el Señor anote en el registro a las naciones, dirá: «Este ha nacido en Sion». 7 Y mientras cantan y bailan, dicen: «En ti se hallan todos mis orígenes».
9 Anuncien esto por todas partes: ¡Prepárense para la guerra! Recluten a sus mejores soldados; junten todos sus ejércitos. 10 Conviertan sus arados en espadas y sus hoces en lanzas. Que el débil diga: «¡Soy fuerte!». 11 Júntense y vengan, naciones de todas partes. Y ahora, Señor, ¡haz descender tus guerreros!
12 Naciones, levántense pronto y suban al valle de Josafat, pues allí estableceré mi juzgado para pronunciar mi juicio sobre todas ustedes.
13 Agarren la hoz, porque la cosecha ya está lista. Vengan y pisen las uvas, porque el lagar está lleno. ¡La maldad de esta gente es grande!
14 ¡Una multitud inmensa se ha reunido en el valle llamado de la Decisión! ¡Está cercano el día en que el Señor llegará al valle de la Decisión a juzgar a las naciones!
15 Será tan grande el trastorno que incluso el sol y la luna se oscurecerán y las estrellas dejarán de alumbrar. 16 El Señor ruge como si fuera un león desde Sion, desde Jerusalén lanza su grito, y la tierra y el cielo comienzan a temblar. ¡Pero el Señor protegerá a su pueblo, será un refugio seguro para Israel!
Exhortación a los ancianos y a los jóvenes
5 Les ruego a los ancianos, yo, que también soy anciano como ellos y testigo de los sufrimientos de Cristo, y que tendré junto con ellos parte en la gloria de Cristo, 2 que, como pastores, cuiden ustedes a las ovejas de Dios que están a su cargo. No lo hagan porque es su obligación ni por ambición de dinero, sino porque tienen el deseo de servir, como Dios quiere. 3 No traten a los que están bajo su cuidado como si ustedes fueran dueños de ellos, sino sírvanles de ejemplo. 4 Así, cuando aparezca el Pastor principal, ustedes recibirán la corona de gloria que durará para siempre.
5 También a los jóvenes les digo: obedezcan a los ancianos. Trátense unos a otros con humildad, porque «Dios está en contra de los orgullosos, pero a favor de los humildes».
6 Humíllense bajo el poder de Dios, para que él los enaltezca cuando llegue el momento oportuno.
7 Dejen en las manos de Dios todas sus preocupaciones, porque él cuida de ustedes.
8 Tengan cuidado y estén siempre alertas, pues su enemigo, el diablo, anda como león rugiente buscando a quién devorar. 9 Resistan sus ataques manteniéndose firmes en la fe. Recuerden que los hermanos de ustedes en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos. 10 Y después que ustedes hayan sufrido por un poco de tiempo, Dios mismo los restaurará, los hará fuertes, firmes, y les dará seguridad. 11 A él sea el poder para siempre. Amén.
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