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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Salmos 50:16-23

16 Pero al malvado dice Dios: No recites más las leyes mías y deja de fingir que me obedeces, 17 pues has rechazado mi disciplina, y menospreciado mis leyes. 18 Ves a un ladrón, y le ayudas y pasas el tiempo en compañía de adúlteros. 19 Tu boca se llena de perversidades y tu lengua de mentiras. 20 Calumnias a tu hermano, al hijo de tu misma madre. 21 Mientras hiciste todo esto, yo guardé silencio; pensaste que nada me importaba, pero ahora llegó el momento de reprenderte, y plantearé la lista de acusaciones contra ti. 22 Arrepiéntanse todos los que se han olvidado de Dios, antes que los despedace y nadie pueda ayudarlos.

23 Pero el que me ofrenda su gratitud, me honra. Los que andan por mis sendas recibirán salvación del Señor.

2 Samuel 13:20-36

20 Su hermano Absalón, al enterarse de lo sucedido, le dijo:

―¡Conque tu hermano Amnón durmió contigo! Pero recuerda que él es tu hermano, así que es mejor que te tranquilices y no digas nada.

Entonces Tamar se fue a vivir a la casa de su hermano Absalón, pero se mantenía muy triste.

21 Cuando el rey David oyó lo que había ocurrido, se enojó mucho. 22 Absalón, por su parte, no le dirigía la palabra a Amnón, pues sentía odio hacia él por lo que le había hecho a su hermana Tamar.

Asesinato de Amnón

23-24 Dos años más tarde, cuando estaban esquilando las ovejas de Absalón en Baal Jazor, cerca del pueblo de Efraín, Absalón invitó a su padre y a todos sus hermanos a la fiesta para celebrar la ocasión.

25 ―No, hijo mío —respondió el rey—. Si todos vamos, seríamos una carga demasiado grande para ti.

Absalón insistió, pero el rey no quiso ir, aunque le dio su bendición.

26 Entonces Absalón le dijo:

―Ya que usted no puede ir, le ruego que permita que mi hermano Amnón vaya.

―¿Por qué Amnón? —preguntó el rey.

27 Absalón siguió insistiendo hasta que el rey permitió que todos sus hijos fueran, incluso Amnón. 28 Absalón dijo a sus servidores:

―Esperen hasta que Amnón se embriague, y entonces, a una señal mía, mátenlo. No teman, yo soy el que manda aquí y esto es una orden. Sean valientes y háganlo.

29-30 Así es que ellos mataron a Amnón. Enseguida, los demás hijos del rey se subieron a sus mulas y huyeron. Mientras iban en su camino de regreso a Jerusalén, llegó a David la noticia: «¡Absalón ha dado muerte a todos tus hijos! ¡Ninguno ha quedado con vida!».

31 El rey se levantó, y en señal de dolor se rasgó su ropa y se postró en tierra. Sus criados también hicieron lo mismo. 32-33 Entonces Jonadab hijo de Simá y sobrino de David llegó y dijo:

―Eso no es verdad. El único asesinado fue Amnón, los demás hijos de mi señor están vivos. Absalón había estado preparando esto desde que Amnón violó a Tamar. No, tus hijos no han muerto. Fue solamente Amnón.

34 El centinela de la ciudad vio que una gran multitud venía bajando del cerro, y fue a decirle al rey: «Mucha gente viene bajando del cerro, por el camino de Joronayin». (Mientras tanto, Absalón se había lanzado a la fuga). 35 Entonces Jonadab le dijo al rey:

―Se da cuenta, mi rey, que yo no le mentí. ¡Mire, ahí vienen sus hijos!

36 Pronto llegaron ellos, llorando a gritos. Entonces el rey y sus oficiales lloraron juntamente con ellos.

Marcos 8:1-10

Jesús alimenta a los cuatro mil

En aquellos días, de nuevo había una gran multitud que no tenía qué comer. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:

―Siento compasión de la gente, porque ya llevan tres días aquí y se les ha acabado la comida. Si los envío sin comer, se desmayarán en el camino porque muchos han venido de lejos.

―Y en un lugar desierto como este, ¿dónde se podrá encontrar alimentos para darles de comer? —protestaron los discípulos.

―¿Cuántos panes tienen? —les preguntó.

―Siete —respondieron.

Pidió a la multitud que se sentara en el suelo. Luego tomó los siete panes, dio gracias a Dios por ellos, los partió y los fue pasando a los discípulos. Los discípulos a su vez los fueron distribuyendo. Encontraron también unos pescaditos. Jesús los bendijo y pidió a los discípulos que los repartieran. Todos comieron y se hartaron. Al terminar, recogieron siete cestas de alimentos que sobraron; y eran como cuatro mil los que comieron. Después Jesús los despidió.

10 Acto seguido se embarcó con sus discípulos hacia la región de Dalmanuta.

Nueva Biblia Viva (NBV)

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