Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
111 ¡Aleluya! Agradeceré al Señor con todo mi corazón en compañía de los rectos. 2 Que grandes son las obras del Señor; todos los que en ellas se deleitan deben pensar en ellas. 3 Todo lo que él hace revela su gloria y majestad. Su justicia nunca falta.
4 ¿Quién podrá olvidar las maravillas que él hace? ¡El Señor es bondadoso y misericordioso! 5 Él da alimento a quienes en él confían; jamás olvida su pacto. 6 Él ha mostrado su gran poder a su pueblo dándole la tierra de otras naciones. 7 Todo cuanto él hace es justo y bueno, y todas sus leyes son rectas, 8 no cambian nunca, deben obedecerse fielmente. 9 Él ha pagado el precio del rescate por su pueblo, y estableció con ellos su pacto para siempre. ¡Su nombre es santo e imponente!
10 El principio de la sabiduría es el temor al Señor. La recompensa para todos los que lo obedecen es la sabiduría. ¡Alabemos su nombre por siempre!
28 »Obedece cuidadosamente todos estos mandamientos. Si haces lo que al Señor tu Dios le agrada, te irá bien a ti y a tus hijos para siempre. 29 Cuando Dios destruya las naciones que habitan en la tierra donde tú vivirás, y las hayas expulsado, 30 procura no seguir su ejemplo ni adores a sus dioses. Tampoco te dejes llevar por la curiosidad y preguntes cómo adoran a sus dioses estas naciones, para luego ir y adorarlos de la manera que ellos lo hacen. 31 No debes insultar a tu Dios de esa manera. Estas naciones han hecho cosas abominables que él aborrece, todo en nombre de su religión. Hasta han llegado a quemar a sus hijos y a sus hijas delante de sus dioses. 32 Obedece todos los mandamientos que yo te doy; no les añadas ni les quites nada.
A la iglesia de Pérgamo
12 »Escríbele al ángel de la iglesia en Pérgamo:
El que tiene en la boca la espada aguda de dos filos te envía este mensaje:
13 Sé bien que vives en la ciudad donde Satanás tiene su trono; sin embargo, te has mantenido fiel a mí y no me negaste ni siquiera cuando en esa ciudad de Satanás llevaban al martirio a Antipas, mi fiel testigo.
14 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: Toleras a los que persisten en la doctrina de Balaam, el que le enseñó a Balac cómo hacer caer en pecado al pueblo de Israel, alentándolo a entregarse a fiestas idólatras e incitándolo a la inmoralidad sexual. 15 También toleras a los que persisten en la doctrina de los nicolaítas.
16 Si no te arrepientes, iré pronto a ti y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.
17 El que tenga oídos, escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias: El que salga vencedor comerá del maná escondido, y le daré una piedra blanca en la que habré grabado un nuevo nombre que sólo conoce el que lo recibe.
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