Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Al director musical. Sígase la tonada de «Los Lirios». De David.
69 ¡Sálvame, oh Dios mío! Que las aguas ya me llegan al cuello. 2 Cada vez me hundo más en el lodo, y no tengo dónde apoyar el pie. Estoy en medio de aguas profundas y la corriente me arrastra.
3 He llorado hasta agotarme. Tengo la garganta seca y enronquecida. Tengo los ojos hinchados de llorar, en espera de que Dios me ayude. 4 No puedo contar a todos los que me detestan sin causa pues son más que los cabellos de mi cabeza. Los enemigos que procuran destruirme, no tienen ninguna razón para hacerlo. Me atacan con mentiras demandando que les devuelva lo que nunca les robé.
5 Oh Dios, bien sabes lo torpe que soy, y conoces todos mis pecados.
30 ¡Entonces alabaré el nombre de Dios con mi cántico! Mi gratitud será su alabanza, 31 que le agradará más que si le sacrificara un toro o buey con sus cuernos y sus pezuñas. 32 Los humildes verán a su Dios manifestándose en su favor. Con razón se alegrarán. Cuantos buscan a Dios vivirán en gozo. 33 Porque el Señor escucha el clamor de sus necesitados, y no desdeña a sus cautivos.
34 ¡Alábenlo los cielos y la tierra! Alábenlo todos los mares y cuanto en ellos hay. 35 Porque Dios salvará a Sion; él reconstruirá las ciudades de Judá, su pueblo habitará en ellas y no será desposeída. 36 Sus hijos heredarán la tierra. Todos cuantos aman su nombre vivirán allí seguros.
El pacto y la circuncisión
17 Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció y le dijo:
―Yo soy el Dios Todopoderoso. Vive siempre de acuerdo con mi voluntad y haz lo correcto, 2 y yo te prometo que te daré una descendencia numerosísima.
3 Entonces Abram se inclinó hasta tocar el suelo con su frente. Dios, por su parte, continuó diciéndole:
4 ―El pacto que voy a hacer contigo es este: Serás el padre de muchas naciones. 5 Además, a partir de hoy ya no te llamarás Abram (Padre Excelso), sino Abraham (Padre de Naciones), porque haré que seas el padre de muchas naciones. 6 Te daré muchísimos descendientes, de modo que de ti saldrán reyes y naciones. 7 Contigo y con tus descendientes haré un pacto que durará para siempre. Debido a este pacto, yo seré tu Dios y el Dios de tus descendientes. 8 A ti y a tus descendientes les regalaré para siempre toda la tierra de Canaán, es decir, la tierra en que estás viviendo ahora. Y yo seré su Dios.
9-10 Además Dios dijo a Abraham:
―A través de todos los tiempos, tú y tus descendientes deberán obedecer este pacto: todos los varones que haya en tu pueblo deberán ser circuncidados. 11 A cada varón le cortarán la carne de su prepucio. Esta será la señal de que tú y ellos aceptan mi pacto. 12 Todo varón será circuncidado al octavo día de su nacimiento. Esto se aplica tanto a los niños que nazcan en tu casa, como a aquellos que hayan sido comprados por dinero a algún extranjero. Este es un pacto que deberán obedecer siempre tus descendientes. 13 Todos, sin excepción, deben ser circuncidados. De esa manera todos los varones llevarán en su cuerpo la señal de mi pacto, que es un pacto que nunca se acabará.
Abraham, justificado por la fe
4 ¿Entonces, qué podemos decir con respecto a Abraham, nuestro antepasado como pueblo judío?
2 Si Dios lo hubiera hecho justo por las buenas obras que realizó, tendría motivos para sentirse orgulloso, aunque no ante de Dios.
3 En efecto, las Escrituras dicen que Abraham creyó a Dios, y por eso Dios lo declaró justo.
4 Quien trabaja recibe su paga no como un regalo sino como algo que se ganó. 5 En cambio, quien no hace obras para que Dios lo considere bueno, pero cree que Dios lo hace justo por creer, esa fe se le cuenta para declararlo justo.
6 David se refirió a esto al describir la alegría de la persona a quien Dios declara inocente sin haber hecho nada para merecerlo.
7 «Dichosos», dijo, «aquellos cuyos pecados han sido perdonados y olvidados.
8 Sí, dichosa la persona a quien el Señor no le toma en cuenta los pecados».
9 ¿Es esta dicha sólo para los judíos o también para todos? Ya hemos afirmado que a Abraham Dios lo hizo justo por la fe.
10 ¿Cuándo sucedió eso? Fue antes de hacerse judío, es decir, antes que lo circuncidaran.
11 Primero creyó y luego fue circuncidado. Y esa circuncisión fue como un sello, como una señal de que Dios lo había hecho justo por creer en él. Sucedió así para que Abraham fuera el padre de todos los creyentes que nunca han sido circuncidados, para mostrarles que ellos pueden ser declarados justos al creer en Dios.
12 Abraham, por supuesto, es también padre de quienes, además de estar circuncidados, siguen el ejemplo de la fe que tuvo cuando aún no se había circuncidado.
Nueva Biblia Viva, © 2006, 2008 por Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.