Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Masquil de Asaf.
78 ¡Pueblo mío, oye mis enseñanzas!
Abre tus oídos a lo que digo. 2 Porque te hablaré en parábolas; te enseñaré lecciones escondidas en nuestro pasado; 3 cosas que hemos oído y conocido, cosas que nuestros padres nos han contado. 4 No esconderemos estas verdades a nuestros hijos; diremos a la generación venidera de las gloriosas obras del Señor, de su poder y de sus grandes milagros. 5 Porque él dio sus mandatos a Jacob y a Israel sus leyes, y ordenó a nuestros padres que las enseñaran a sus hijos, 6 para que estos a su vez las enseñaran a sus hijos, aun a los que estaban por nacer. De este modo, sus leyes se transmiten de generación en generación. 7 Así, cada generación ha podido obedecer sus leyes y poner nuevamente su esperanza en Dios y no olvidarse de sus gloriosos milagros.
Celebración de la Pascua
10 Mientras estaban acampados en Guilgal, en los llanos de Jericó, celebraron la Pascua durante la tarde del día catorce del mes. 11 Al día siguiente, comenzaron a comer de lo que sacaban de los huertos y campos sembrados e hicieron panes sin levadura. 12 Al otro día ya no hubo maná y jamás volvieron a verlo. Desde entonces comenzaron a vivir de lo que producía la tierra de Canaán.
Las trompetas
6 Los siete ángeles de las siete trompetas se dispusieron a tocarlas. 7 Cuando el primero tocó la trompeta, cayó sobre la tierra una lluvia de granizo y fuego mezclados con sangre; una tercera parte de la tierra ardió y una tercera parte de los árboles quedó carbonizada; no hubo hierba verde en la tierra que no ardiera.
8-9 El segundo ángel tocó la trompeta e inmediatamente algo semejante a una inmensa montaña encendida se precipitó en el mar y destruyó una tercera parte de los barcos; una tercera parte del mar adquirió el color rojo de la sangre y murió una tercera parte de las criaturas que viven en el mar.
10 El tercer ángel tocó la trompeta y una gran estrella envuelta en llamas cayó sobre una tercera parte de los ríos y manantiales. 11 La estrella recibió el nombre de Amargura, porque una tercera parte de las aguas se volvieron amargas y murió mucha gente.
12 Cuando el cuarto ángel tocó la trompeta, una tercera parte del sol, la luna y las estrellas dejó de alumbrar. La luz del día disminuyó su intensidad en una tercera parte, y también una tercera parte de la noche quedó sin luz.
13 Y mientras miraba, un águila cruzó los cielos gritando:
«¡Ay, ay, ay, de los habitantes de la tierra, por lo que acontecerá cuando los otros tres ángeles toquen sus trompetas!».
9 El quinto ángel tocó la trompeta y cayó una estrella del cielo a la tierra y recibió la llave del pozo del abismo. 2 Al abrirlo, un humo negro como de un horno gigantesco se elevó y oscureció el sol y el aire. 3 Del humo brotaron langostas que descendieron sobre la tierra con poder para aguijonear como alacranes. 4 Se les había ordenado que no dañaran la hierba ni ninguna planta ni ningún árbol; en cambio, debían atacar a las personas que no tuvieran el sello de Dios en la frente. 5 No les estaba permitido matarlas, sino someterlas durante cinco meses a una agonía semejante al dolor del aguijonazo del alacrán. 6 En aquellos días, las personas tratarán de matarse, pero no se les concederá la muerte. Ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos.
7 Aquellas langostas parecían caballos preparados para la guerra. En la cabeza llevaban algo así como una corona de oro y tenían el rostro muy semejante al rostro humano. 8 Sus cabellos eran largos como de mujer, y sus dientes parecían dientes de leones. 9 Traían puestas corazas que parecían de hierro, y sus alas producían un estruendo semejante al de muchos carros que corren a la batalla tirados por caballos.
10 Como los alacranes, llevaban el aguijón en la cola, donde precisamente residía el poder que se les había dado para dañar a la gente durante cinco meses. 11 Y eran súbditos del ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón y en griego, Apolión.
12 Ya pasó uno de los horrores, pero todavía faltan dos.
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