Revised Common Lectionary (Complementary)
Salmo 62 (61)
Sólo Dios es mi descanso
62 Al maestro del coro. De Yedutún. Salmo de David.
2 Sólo Dios es mi descanso,
de él viene mi salvación;
3 sólo él es mi roca, mi salvación,
mi fortaleza, ¡no sucumbiré!
4 ¿Hasta cuándo atacaréis a uno
tratando de derribarlo todos juntos
como a un muro que se desploma,
como a una pared a punto de caer?
5 Sólo buscan arrebatarle su grandeza,
se complacen en la mentira:
mientras bendicen con su boca
están maldiciendo en su interior. [ Pausa]
6 Sólo Dios es mi descanso,
de él viene mi esperanza.
7 Sólo él es mi roca, mi salvación,
mi fortaleza, ¡no sucumbiré!
8 En Dios está mi salvación, mi gloria
y mi fortaleza; en Dios está mi refugio.
9 Confiad siempre en él
los que formáis su pueblo;
abrid ante él vuestro corazón,
pues Dios es nuestro refugio. [ Pausa]
10 Sólo un soplo es el ser humano,
sólo un espejismo son los mortales;
todos puestos en una balanza,
todos juntos, pesan menos que un soplo.
11 No confiéis en la violencia,
no os ilusionéis con el robo;
si aumenta vuestra riqueza,
no le prestéis atención.
12 Sólo una cosa ha dicho Dios,
dos cosas yo he oído:
que de Dios es el poder
13 y tuyo el amor, mi Señor;
que tú pagas a cada uno
como merecen sus obras.
9 Desde los días de Guibeá
has seguido pecando, Israel.
¡Han persistido en su pecado!
¿No será entonces en Guibeá
donde la guerra alcance a los inicuos?
10 Se han hecho reos de doble culpa
y seré yo quien los castigue
reuniendo pueblos contra ellos.
11 Efraín era novilla bien domada
a quien le gustaba trillar.
Pues bien, yo pondré el yugo
sobre su hermosa cerviz;
unciré a Efraín para que are
y, mientras Judá abre los surcos,
a Jacob le tocará rastrillar.
12 Sembrad justicia y cosecharéis amor;
preparad el barbecho para el cultivo,
porque es tiempo de buscar al Señor;
[esperad] hasta que él venga
y derrame sobre vosotros salvación.
13 Pero como sembrasteis maldad,
cosechasteis iniquidad
y comisteis el fruto de la mentira.
Porque confiaste en tu poder,
en la multitud de tus guerreros,
14 un clamor de guerra
se alza contra tu pueblo;
todas tus fortalezas serán asoladas,
como Salmán asoló a Bet-Arbel
aquel día de la batalla,
cuando, junto con sus hijos
fue estrellada la madre [contra el suelo].
15 Es lo que os acarreará Betel
a causa de vuestra extrema maldad.
Y al nacer el día, morirá el rey de Israel.
El peligro de la riqueza
5 Vosotros, los ricos, llorad y gemid a la vista de las calamidades que se os van a echar encima. 2 Vuestra riqueza está podrida; vuestros vestidos están apolillados. 3 Hasta vuestro oro y vuestra plata están siendo presa de la herrumbre, que testimoniará contra vosotros y devorará vuestros cuerpos como fuego. ¿Para qué amontonáis riquezas ahora que el tiempo se acaba? 4 Mirad, el salario defraudado a los jornaleros que cosecharon vuestros campos está clamando, y sus clamores han llegado a los oídos del Señor del universo. 5 Habéis vivido con lujo en la tierra, entregados al placer; con ello habéis engordado para el día de la matanza. 6 Habéis condenado y asesinado al inocente que ya no os opone resistencia.
La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España