Revised Common Lectionary (Complementary)
Prosperidad del que teme a Jehová
¡Aleluya!
112 Bienaventurado el hombre que teme a Jehová
y en sus mandamientos se deleita en gran manera.
2 Su descendencia será poderosa en la tierra;
la generación de los rectos será bendita.
3 Bienes y riquezas hay en su casa,
y su justicia permanece para siempre.
4 Resplandeció en las tinieblas luz para los rectos;
es clemente, misericordioso y justo.
5 El hombre de bien tiene misericordia y presta;
gobierna sus asuntos con justicia.
6 Por lo cual no resbalará jamás;
en memoria eterna será el justo.
7 No tendrá temor de malas noticias;
su corazón está firme, confiado en Jehová.
8 Asegurado está su corazón; no temerá,
hasta que vea en sus enemigos su deseo.
9 Reparte, da a los pobres;
su justicia permanece para siempre;
su poder será exaltado con gloria.
10 Lo verá el impío y se irritará;
crujirá los dientes y se consumirá.
El deseo de los impíos perecerá.
24 »Cuando alguien toma una mujer y se casa con ella, si no le agrada por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, se la entregará en la mano y la despedirá de su casa. 2 Una vez que esté fuera de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre. 3 Pero si este último la rechaza y le escribe una carta de divorcio, se la entrega en la mano y la despide de su casa, o si muere el último hombre que la tomó por mujer, 4 no podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer, después que fue envilecida, pues sería algo abominable delante de Jehová, y tú no debes pervertir la tierra que Jehová, tu Dios, te da como heredad.
5 »Cuando alguien esté recién casado, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará; libre quedará en su casa durante un año para alegrar a la mujer que tomó.
10 A los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor, que la mujer no se separe del marido; 11 y si se separa, quédese sin casar o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.
12 A los demás yo digo, no el Señor, que si algún hermano tiene una mujer que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. 13 Y si una mujer tiene marido que no es creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone, 14 porque el marido no creyente es santificado por la mujer; y la mujer no creyente, por el marido. De otra manera vuestros hijos serían impuros, mientras que ahora son santos. 15 Pero si el no creyente se separa, sepárese, pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a vivir en paz nos llamó Dios. 16 ¿Qué sabes tú, mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, marido, si quizá harás salva a tu mujer?
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