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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Isaías 38:10-20

10 «Yo pensé: “Debo irme en la mejor edad,
    estoy destinado a pasar el resto de mis años en el lugar de los muertos”.
11 Me dije: “No voy a ver al SEÑOR
    en el mundo de los vivos,
no voy a volver a ver a ninguno
    de los que viven en este mundo.
12 Me quitan la vida,
    levantan mi habitación como carpa de pastor.
Como hace un tejedor, enrollé mi vida,
    pero él me corta del hilo del tejido.
    Acabaste conmigo de la noche a la mañana”.

13 »Yo pedí ayuda toda la noche.
    Él quebrantó todos mis huesos como hace un león.
    Acabaste conmigo de la noche a la mañana.
14 Gorjeo como golondrina, como grulla.
    Gimo como una paloma.
Mis ojos se cansan de mirar hacia arriba.
    Dios mío, estoy muy mal, ayúdame.
15 ¿Qué puedo decirle si él me lo dijo,
    él es quien me ha hecho esto?
Caminaré despacio todos los días de mi vida
    por la amargura de mi corazón.

16 »Señor, por todo esto es que la gente vive
    y en todo esto mi espíritu se siente revivir.
    ¡Dame salud y hazme vivir!
17 Mira, tuve tal angustia,
    pero fue por mi bien.
Tú salvaste mi vida del sepulcro,
    porque perdonaste todos mis pecados.
18 En el lugar de los muertos no se te puede agradecer;
    los muertos no te pueden alabar.
Los que van al sepulcro
    no pueden confiar en tu fidelidad.
19 Son los que están vivos, los que tienen vida,
    quienes pueden darte gracias,
    como yo lo hago hoy.
Los padres enseñan a sus hijos
    acerca de tu fidelidad.
20 El SEÑOR me salva,
    así que todos los días de nuestra vida
tocaremos instrumentos de cuerda
    en el templo del SEÑOR».

Jueces 15:9-20

Los filisteos fueron a la tierra de Judá y se quedaron en un sitio llamado Lehí. Allí acamparon y empezaron a prepararse para la guerra. 10 Los hombres de Judá preguntaron:

—Filisteos, ¿por qué han venido a esta tierra para pelear contra nosotros?

Los filisteos respondieron:

—Hemos venido por Sansón, queremos llevarlo como nuestro prisionero y castigarlo por todo lo que le hizo a nuestra gente.

11 Entonces 3000 hombres fueron hasta la cueva en la roca de Etam para buscar a Sansón y le dijeron:

—¿Qué nos has hecho? ¿Acaso no te das cuenta que los filisteos nos tienen dominados?

Y Sansón respondió:

—Yo sólo los castigué por lo que me hicieron a mí.

12 Ellos dijeron:

—Hemos venido para amarrarte y entregarte a los filisteos.

Sansón dijo:

—Prométanme que ustedes no me harán daño.

13 Los hombres de Judá dijeron:

—Nosotros sólo te vamos a amarrar y te entregaremos a los filisteos. No te vamos a matar.

Entonces los hombres amarraron a Sansón con dos cuerdas nuevas y lo sacaron de la cueva.

14 Sansón llegó a la ciudad de Lehí y los filisteos salieron a recibirlo gritando de alegría. Luego el Espíritu del SEÑOR vino sobre Sansón con mucho poder, así que pudo romper las ataduras como si fueran simples cuerdas deshilachadas. Las cuerdas cayeron de sus brazos como si se hubieran derretido. 15 Sansón encontró el hueso de la quijada de un burro, lo usó como arma y así mató a más de 1000 filisteos. 16 Sansón dijo:

«Con la quijada de un burro,
    maté a los mil hombres;
con la quijada de un burro,
    los amontoné[a]».

17 Sansón terminó de hablar, soltó la quijada y llamó a ese sitio Ramat Lehí[b].

18 Sansón tenía mucha sed y le dijo al SEÑOR: «Soy tu siervo, tú me has hecho ganar esta gran victoria. Te ruego que no me dejes morir de sed ahora, no dejes que me atrapen hombres que no han sido circuncidados».

19 Había un hoyo en Lehí y Dios hizo que del hoyo brotara agua. Sansón bebió y recuperó su fuerza. Ese lugar se llamó «Manantial del que pidió ayuda»[c] y todavía existe en Lehí.

20 Así que Sansón fue jefe de Israel durante 20 años, en el tiempo en que los filisteos gobernaban.

Mateo 17:14-21

Jesús sana a un muchacho

(Mr 9:14-29; Lc 9:37-43a)

14 Cuando llegaron a donde estaba la multitud, un hombre se acercó a Jesús, se arrodilló ante él y 15 le dijo:

—¡Señor, ten compasión de mi hijo! Le dan ataques y sufre terriblemente. Muchas veces cae en el fuego o en el agua. 16 Lo llevé a tus seguidores, pero no pudieron sanarlo.

17 Cuando Jesús escuchó esto, dijo:

—¡Partida[a] de incrédulos y pervertidos! ¿Cuánto tiempo más tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho para acá.

18 Entonces Jesús le ordenó al demonio que saliera y el muchacho quedó sano desde ese día. 19 Después los seguidores se acercaron a Jesús y le preguntaron en privado:

—¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?

20 Jesús les dijo:

—Eso fue porque ustedes tienen muy poca fe. Les digo la verdad: si su fe fuera tan sólo como un grano de mostaza[b], podrían decirle a esta montaña: “Muévete de aquí para allá”, y esta se movería. Nada les sería imposible. 21 [c]

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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