Revised Common Lectionary (Complementary)
Cántico de alabanza y de adoración
95 ¡Venid, aclamemos alegremente a Jehová!
¡Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación!
2 ¡Lleguemos ante su presencia con alabanza!
¡Aclamémoslo con cánticos!,
3 porque Jehová es Dios grande,
el gran Rey sobre todos los dioses.
4 En su mano están las profundidades de la tierra
y las alturas de los montes son suyas.
5 Suyo también el mar, pues él lo hizo,
y sus manos formaron la tierra seca.
6 Venid, adoremos y postrémonos;
arrodillémonos delante de Jehová, nuestro hacedor,
7 porque él es nuestro Dios;
nosotros, el pueblo de su prado
y ovejas de su mano.
Si oís hoy su voz,
Pacto de Dios con David(A)
17 Viviendo ya David en su casa, dijo al profeta Natán:
—Mira, yo habito en casa de cedro, mientras el Arca del pacto de Jehová está bajo cortinas.
2 Y Natán dijo a David:
—Haz todo lo que está en tu corazón, porque Dios está contigo.
3 Pero aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán, diciendo: 4 «Ve y di a David mi siervo: “Así ha dicho Jehová: Tú no me edificarás casa para que yo habite. 5 Pues no he habitado en casa alguna desde el día en que saqué a los hijos de Israel hasta el día de hoy; antes estuve de tienda en tienda, y de tabernáculo en tabernáculo. 6 Por dondequiera que anduve con todo Israel, nunca dije a ninguno de los jueces de Israel, a los cuales mandé que apacentaran a mi pueblo: ‘¿Por qué no me edificáis una casa de cedro?’” 7 Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueras príncipe sobre mi pueblo Israel. 8 He estado contigo en todo cuanto has andado, he cortado a todos tus enemigos de delante de ti, y te haré un nombre grande, como el nombre de los grandes de la tierra. 9 Asimismo he dispuesto lugar para mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite en él y no sea más removido; ni los malhechores lo sigan oprimiendo, como antes, 10 como en el tiempo cuando puse jueces sobre mi pueblo Israel; sino que humillaré a todos tus enemigos. Te hago saber, además, que Jehová te edificará casa. 11 Cuando se cumplan los días para que vayas con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino. 12 Él me edificará Casa, y yo confirmaré su trono eternamente. 13 Seré para él como padre, y él será para mí un hijo; no apartaré de él mi misericordia, como hice con aquel que fue antes de ti; 14 sino que lo confirmaré en mi Casa y en mi reino eternamente, y su trono será firme para siempre.”»
15 Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, habló Natán a David.
22 Después me mostró un río limpio, de agua de vida, resplandeciente como cristal, que fluía del trono de Dios y del Cordero. 2 En medio de la calle de la ciudad y a uno y otro lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. 3 Y no habrá más maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en ella, sus siervos lo servirán, 4 verán su rostro y su nombre estará en sus frentes. 5 Allí no habrá más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará y reinarán por los siglos de los siglos.
La venida de Cristo está cerca
6 Me dijo: «Estas palabras son fieles y verdaderas. El Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.
7 »¡Vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.»
8 Yo, Juan, soy el que oyó y vio estas cosas. Después que las hube oído y visto, me postré a los pies del ángel que me mostraba estas cosas, para adorarlo. 9 Pero él me dijo: «¡Mira, no lo hagas!, pues yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. ¡Adora a Dios!»
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